A través de una introspección a la recreación de voces contestatarias de México y ante las narrativas juveniles expuestas en distintos contextos socioculturales, el investigador José Manuel Valenzuela Arce concibe “Voces divergentes. Jóvenes, resistencias y narcocultura”, texto interdisciplinario, histórico, conceptual, sociológico y de narrativa amable, en el que plasma movimientos estudiantiles de los 60 hasta la actualidad, con el surgimiento de la narcocultura y analizando las figuras de Germán Valdés ‘Tin Tan’, Celso Piña y Carlos Monsiváis.
“El libro está construido a partir de voces divergentes que se colocaron en la periferia del discurso central y fueron críticas, denostadas desde el poder, cuestionadas, desautorizadas desde ciertas lógicas. En este caso, cada uno tiene su propia particularidad, pero el 68 y las implicaciones que tuvo en términos de la emergencia de núcleos amplios juveniles, particularmente articulados a la idea del estudiante como epítome de lo que era desde la narrativa oficial lo mejor de la sociedad, que de repente asume posiciones muy críticas y viene un encontronazo con la perspectiva anquilosada y represiva de parte del Estado mexicano, y asociado está todo lo que fue la erupción de la contracultura con figuras como ‘Tin Tan’ y Celso Piña”, destacó a ZETA Valenzuela Arce.
“No es que el personaje de ‘Tin Tan’ fuera una voz disidente, sino que, al encarnar el prototipo del pachuco, que era algo muy cuestionado desde voces muy legitimadas, particularmente en él se articulaba mucho de los estereotipos que desde el centro del país se habían construido sobre la gente de la frontera. Conocía la teórica del pachuco perfectamente y lo encarnaba en sus primeras películas, con la que se compra el odio y activa la discusión de José Vasconcelos, Salvador Novo, Octavio Paz, que veían con escepticismo y desprecio al pachuco”, amplió el investigador de El Colegio de la Frontera Norte.
Respecto a Piña, “básicamente es su asociación con el movimiento ‘Cholombiano’, y esta perspectiva que emergió de los barrios y colonias de las periferias de Monterrey, de jóvenes que hicieron articulación de las expresiones del cholismo y lo que era la impronta musical de la cumbia y el vallenato, y que hicieron su propia recreación con Celso Piña, siendo una figura emblemática junto a El Gran Silencio. (El texto) Está construido a partir de una entrevista de 30 páginas donde él cuenta su propia historia en una narrativa autobiográfica, de cómo se interesa en la cumbia, el vallenato, la asociación con los movimientos sonideros, parte de cómo en México se recreó este sonido que emergía en los barrios, pero a mí, por su cercanía estética y de códigos con el cholismo, me parecieron ‘cholombianos’. El vallenato tiene como base el acordeón, similar a lo que ocurre en la música del Noroeste”, complementó sobre el material.
Visto como una aproximación cultural de cuatro capítulos de códigos y exponentes que permiten comprender procesos políticos y resistencias sociales que definen la vida, “Voces divergentes. Jóvenes, resistencias y narcocultura” es parte de la colección Intersecciones de la Secretaría de Cultura, para públicos no sólo académicos.
