Regalan la reggaetonera argentina y el cantante boricua momentos inolvidables en el encuentro de música urbana celebrado en la capital mexicana.
Nada fue impedimento para que Nathy Peluso pusiera a bailar y gritar a la capital mexicana, ni siquiera los más de 30 minutos que se retrasó su aparición, pues cuando entre efusivos gritos de “Nathy, Nathy” por fin emergió entre las luces rosadas del escenario Sprite, y todo aquello se descontroló.
La argentina, que fusiona en sus polémicas letras los ritmos del hip-hop, soul, trap y hasta algo jazz demostró que el poder femenino la está rompiendo en el género. Con canciones como “Celebré” y la famosísima “Una perra sorprendente” hizo que las mujeres sacaran sus mejores dotes para el arte del perreo y twerk, mientras que los hombres coreaban y chiflaban a la aclamada cantante.
“Sana, sana”, “Ateo” y ritmos de salsa fueron otros de los temas elegidos para celebrar su visita a México y el retorno a los escenarios, donde Nathy se mostró entusiasmada cuando el público le pidió no abandonar el escenario y con un emotivo “Gracias por el calorcito que me están dando, los amo mi gente”, se despidió.
Si el festival Flow Fest brilló por algo, además de su extravagancia, fue por los artistas que pese a la molestia generada por el empalme de los horarios de sus presentaciones, vibraron de manera emotiva el complejo deportivo, lugar en el que el cantautor boricua Myke Towers arribó puntual, y en más de una ocasión dejó saber su sorpresa ante los miles de fans que abarrotaron el escenario y lo agradeció ofreciendo uno de los show más cantados y bailados de la noche. “¿Dónde están las mujeres solteras?” preguntaba continuamente mientras las chicas enloquecían con el puertorriqueño.
Towers es una de las voces nuevas del reggaeton, pero ha sabido ganarse el cariño y aceptación del público que se ha vuelto más demandante con quienes se suman a esta familia del género y se lo dejaron saber no sólo abarrotando el lugar sino coreando de principio a fin los temas “Fiel”, “Bandido”, “La Curiosidad”, “Diosa” y “La Play”, y aunque ya entrada la noche el frío abrazaba la Curva 4 del Autódromo, el calor estaba a flor de piel entre las micheladas, los cigarrillos y el perreo. (Melanie M. Pérez / Especial para ZETA)
