Ya sea una fallida guerra frontal contra el narcotráfico o una política igualmente errática de abrazos y no balazos, las víctimas colaterales del crimen organizado siempre será la sociedad civil. Esto queda más que claro en este poderoso filme de Tatiana Huezo que apenas el miércoles 17 de noviembre se integró a la oferta de Netflix.
El título, con el que México aspira a obtener un pase en la categoría Mejor Película Internacional en la próxima edición del Oscar, es una versión, más que adaptación, de la novela de Jennifer Clement y sigue la accidentada historia de unas adolescentes que apenas sobreviven en la zona montañosa de Guerrero, donde los mayores se dedican a trabajar en el cultivo de amapola.
El centro de atención está en Ana (Ana Cristina Ordóñez González) y su madre, Rita (Mayra Batalla), siempre azorada con la posibilidad de que desaparezcan a la chica, sólo por su condición de mujer. Por eso le corta el pelo y la obliga a esconderse en un agujero en el suelo.
Sin embargo, más que una cinta que refleje el horror de este lugar y de esta precaria condición de vida, la idea aquí es contarlo todo desde la perspectiva de la niñez y su transición a la pubertad, donde Ana (ahora encarnada por Marya Membreño) enfrenta un mayor reto de disfrazar su feminidad, estando al acecho de los hombres que pueden tomarla en cualquier momento.
La directora Tatiana Huezo no sólo muestra su empatía con los personajes que construye en la pantalla grande, también deja en claro que es una realizadora sumamente inteligente, que sabe cómo armar una película que no escandalice, pero que conmueva, y, por lo tanto, no se olvide.
Apoyada por un estupendo elenco, Huezo deja en claro cuál es la función del cine: armar una película tan perfecta que sea capaz de alterar la percepción que el público tenía ya de una triste realidad en México: las mujeres en manos de los cárteles. Qué susceptibilidad, vaya manera espléndida de cuestionar el horror cotidiano del narco en las comunidades más remotas de este ensangrentado México. ****
Punto final. – “Una película de policías”, otra buena opción en Netflix, ahora situada en Ciudad de México.