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jueves, febrero 15, 2024
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El atentado; 24 años exigiendo justicia

El 27 de noviembre de 1997, a balazos, despojaron de la tranquilidad y la salud al codirector fundador de ZETA, Jesús Blancornelas. A su escolta, Luis Valero, le arrebataron la vida. Fueron asesinos al servicio de los hermanos Benjamín, Ramón y Javier Arellano Félix, cabezas del cártel que se identifica con sus apellidos. Como evidencia, uno de los jefes de sicarios del CAF murió en la escena.

El tiempo, como la frustración y la impunidad, se acumulan: fueron 13 años de nada en las unidades, fiscalía y subprocuradurías que atienden delitos contra la salud y delincuencia organizada en la PGR; y van otros once años de más vacío en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).


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En 2006, Blancornelas falleció a causa de cáncer, esperando la justicia que sigue sin llegar.

Por eso el reclamo se repite al cumplirse 24 años del ataque. Se exige a la Fiscalía General de la República iniciar carpetas, detener y procesar a quienes ordenaron y a quienes participaron en la balacera en la que el codirector de ZETA sobrevivió a las heridas de cuatro balas, y su escolta Luis Valero murió con ocho impactos en el cuerpo, en medio de una lluvia de plomo que sumó decenas y decenas de casquillos.

El 26 de enero de 2008, Alfredo Araujo Ávila “El Popeye”, estadounidense del barrio Logan Heights de San Diego, fue detenido en Tijuana. Era sospechoso de haber participado en el atentado homicida contra el líder de ZETA.


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Ante el personal de la entonces Procuraduría General de la República, aseguró no ser responsable del ataque al periodista, pero informó que sus amigos fallaron porque Ramón Arellano Félix -asesinado en 2002- ordenó a David Corona Barrón “El CH” que usaran armas distintas a las que acostumbraban, para que no pudieran relacionarlos con el ataque.

Sin más investigación respecto al caso Blancornelas, sin imputar a los hermanos Arellano sobrevivientes y cabezas del cártel, Araujo fue enviado al penal de máxima seguridad Altiplano, en Almoloya de Juárez, porque tenía orden de aprehensión y admitió haber participado en el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Evidentemente, decidieron no tomar en cuenta que en 1997, la Fiscalía Especial de Atención de Delitos contra la Salud (FEADS) había identificado -incluso hablaron de estar procesando órdenes de aprehensión- como atacantes del codirector de ZETA al fallecido David Corona y a sus servidores: Isaac Guevara Hernández “El Zigzag”, Michael Antony Jarboe “El Pee Wee”, José Alberto Márquez “El Bat”, Marco Antonio Quiñones “El Pato”, Alberto González Ortega, Alfredo Araujo Ávila “El Popeye” y Antonio Peña Huerta o Adelaido Reyes.

Este último, Reyes, también fue detenido por agentes federales en febrero de 2009, junto a otro matón del CAF, en posesión de armas de alto poder. Cuerpos de seguridad fueron amenazados por la frecuencia de radio por otro matón mexicoamericano Melvin Gutiérrez Quiroz -apresado en 2013-, quien dijo, los rescataría.

Le preguntaron a Adelaido de su colaboración criminal contra Blancornelas, y manifestó que ya lo habían detenido y tratado de procesar en una ocasión por ese caso, sin éxito; también rechazó haber participado y no se habló más del tema. El Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de Baja California, inició el expediente penal 440/2013 en su contra, y el último acuerdo se lo otorgaron en noviembre de 2018.

José Alberto Márquez “El Bat”, detenido en Tijuana en 2003, tampoco fue imputado por el caso en los cuatro años que estuvo preso en México, lo extraditaron a Estados Unidos en 2007 y allá lo sentenciaron a cadena perpetua en 2011, por conspirar para distribuir y vender drogas.

La exoneración más escandalosa fue la de Marco Antonio Quiñones “El Pato”-aprehendido en 2003-, quien ha sido el único acusado por el atentado. En 2013, el juez Roberto Hoyos Aponte, del Juzgado Sexto de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, le decretó libertad porque su suegra, esposa y la señora del aseo, declararon que el día de los hechos, Quiñones estuvo en su casa y la FGR no probó lo contrario. En octubre de 2016, este delincuente cumplió una pena de 12 años nueve meses por delincuencia organizada y debió recuperar su libertad.

En julio de 2016, sentenciaron a Saúl Montes de Oca Morlett -detenido en marzo de 2008- a 151 años de prisión por delitos de delincuencia organizada y secuestro. En el boletín de prensa, la PGR -hoy FGR- señaló que este líder de célula del CAF, había participado en el ataque contra Jesús Blancornelas, pero en los ocho años que tardó el proceso contra el traficante, la fiscalía federal no inició ninguna carpeta ministerial por el intento de homicidio del periodista y la muerte de Valero.

El narcojunior Fabián Martínez “El Tiburón” identificado como uno de sus agresores por Blanco, se suicidó en Jalisco en1998; Alberto González Ortega fue asesinado en 1998 en Rhode Island, Estados Unidos; a Isaac Guevara lo detuvieron en 1994 y lo liberaron en 1995 sin acusarlo; y de Anthony Jarboe nada se sabe.

En cuanto a los autores intelectuales, Benjamín Arellano Félix fue preso en México y extraditado EU, donde también está encarcelado su hermano Javier, quien declaró que David Corona era uno de sus jefes sicarios; fueron sentenciados por tráfico en el país vecino, pero ninguno de los dos ha sido acusado por tratar de callar al periodista a balazos, al evidenciar sus acciones criminales.

La pena máxima para los matones en México es de 50 años, pero los homicidas fallidos del codirector de ZETA y asesinos de Valero, no les importan, ni se preocupan.

La conclusión ante la exhibición de impune ineficiencia, la describió y publicó el propio Blancornelas desde el año 2000: “La PGR tiene el caso. Todavía es hora que no aclaran nada. En mayo les solicité información. Ninguna respuesta. Todo mundo sabe cuántos y cómo se llaman los que dispararon. No es un secreto quién ordenó hacerlo. No creo que sean incapaces para capturarlos. Ni que tengan miedo. Son de los mismos”.

Autor(a)

Rosario Mosso Castro
Rosario Mosso Castro
Editora de Semanario ZETA.
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