Debido al confinamiento provocado por la pandemia del virus SARS-CoV-2 (que causa la enfermedad COVID19) la población pasa más tiempo sentada frente a una computadora, lo que puede provocar dolores de espalda. Sin embargo, no atender estas molestias y dejarlas pasar creyendo que se trata de un simple dolor podría traer consecuencias más graves, ya que se puede tratar de alguna enfermedad más seria como la espondilitis anquilosante (EA).
Esta enfermedad se trata de una inflamación en ciertas partes de la columna vertebral que con el tiempo causa rigidez en las articulaciones y tejidos de la columna. Sus síntomas son: dolor fuerte en la espalda (sobre todo por las noches y que permanece por más de tres meses), cansancio extremo, rigidez por las mañanas que mejora con el pasar del día y discapacidad funcional de la espalda. Los estudios demuestran que este padecimiento es más común en hombres que en mujeres. No obstante, los síntomas más recurrentes en mujeres son: dolor en cadera, cuello y rodillas.
“Esta inflamación en la espalda puede degenerar tanto la columna ocasionando que el enfermo únicamente tenga un 30 por ciento de movilidad. La espondilitis anquilosante se presenta en personas jóvenes, entre 20 y 45 años” comentó la Doctora Katia Rejón.
Para poder diagnosticar la espondilitis anquilosante es necesario acudir a un reumatólogo y someterse a una serie de exámenes como: las pruebas físicas, que se trata de revisar la inflamación, dolor, sensibilidad y grado de movimiento, pruebas de rayos equis, resonancia, tomografía y ultrasonido para mostrar signos de daño en las articulaciones y las pruebas de laboratorio, como la prueba de proteína C reactiva (PCR), que puede indicar inflamación u otros padecimientos.
La Doctora Rejón también agregó que algunos modificadores pueden ayudar con el dolor, pero eventualmente será necesario intentar otros tratamientos como la terapia biológica (medicamento sintético) que ha demostrado limitar la progresión de esta enfermedad. Además, con la implementación de esta terapia el paciente puede recuperarse hasta en un 80 por ciento, dependiendo del grado de avance de la enfermedad.
