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lunes, febrero 19, 2024
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Tiempo de la sororidad

“¿Será el tiempo de las mujeres?”. Casi me siento ofendida cuando me lo preguntan. Entonces me pregunto en silencio: ¿Será que nuestra sociedad deje de ser tan machista? ¿Será que dejemos de relacionarnos un poquito desde el androcentrismo? ¿Será que los estereotipos y los roles de género arcaicos y dañinos van a ceder un poco el terreno en la conciencia colectiva de nuestra sociedad bajacaliforniana? ¿Acaso la discriminación que ha imperado se va a desvanecer un poquito para darle paso a la igualdad, a la real? ¿Estaremos acercándonos a la justicia para las mujeres?

Lo deseamos todas y todos aquellos que buscamos una sociedad igualitaria y justa. Quienes creemos que siempre debería ser tiempo de las mujeres igual que de los hombres, igualdad de oportunidades y circunstancias. Creo que más allá de pensar si es el tiempo de las mujeres nos vendría bien, darnos cuenta de que es tiempo de la sororidad.


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Las mujeres y las niñas somos más de la mitad de la población del mundo y somos las primeras en sufrir los embates de las crisis mundiales, las primeras en vivir las carencias y las faltas de oportunidades para el desarrollo. Esta situación la ha venido a evidenciar y agudizar la crisis socio-sanitaria por COVID-19.

Definitivamente reconocemos avances y medidas afirmativas importantes que han venido haciendo menos grande la brecha de desigualdad.

El término “sororidad” está cada vez está más presente en nuestro lenguaje y en los medios escritos, a pesar de que tiene ya más de 50 años, cuando la escritora Kate Millett, líder del feminismo en los 70’s, propuso esta palabra con el fin de recoger una idea por la que luchaba en su día a día como férrea activista: Conseguir una unión social entre mujeres sin que existieran diferencias de clases, religiones o etnias.


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Bajo el lema “Women of the world, unite!”, Millet acuñó la palabra “sisterhood”, la cual se tradujo a nuestro idioma añadiendo el término latino soror (hermana). Es sin duda una idea que inspira, porque lejos de quedarse en la mera etiqueta, busca alentarnos, fortalecernos como colectivo y visualizarnos en nuestros contextos cotidianos para conseguir cambios.

Sororidad es un término poco conocido; uno utilizado para referirse a la hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de género. Habla de la lucha de las mujeres unidas con objetivos comunes a pesar de sus diferencias y busca la incidencia en la política y la legislación. La sororidad va mucho más allá de la solidaridad; la sororidad plantea objetivos específicos que nacen de la necesidad de salir de las opresiones.

A nivel lingüístico, la palabra sigue el mismo patrón que fraternidad, cuya raíz latina es frater (hermano), pero en este caso la raíz sería soror (hermana), aludiendo así a la relación entre iguales de las personas de sexo femenino.

La Real Academia Española (RAE) -institución dedicada a la regularización lingüística mediante la promulgación de normativas dirigidas a fomentar la unidad idiomática entre o dentro de los diversos territorios que componen el mundo hispanohablante-, dispone estas dos acepciones de la palabra sororidad: “amistad o afecto entre mujeres” y “relación de solidaridad entre las mujeres en la lucha por su empoderamiento”.

La sororidad es un pacto social, ético y emocional construido entre mujeres. Es saber, ante todo, que juntas somos más fuertes que por separado, que el empoderamiento solo es posible si creamos fuertes alianzas entre nosotras, tratándonos como hermanas y no como enemigas. Una relación fundamentada en nuestra valía como colectivo con la intención de generar un auténtico cambio en nuestra sociedad.

Imaginar la ciudadanía de las mujeres e ir construyendo lo que hoy llamamos derechos humanos de las mujeres, ha requerido el encuentro político entre mujeres dueñas del lenguaje, el pensamiento y el análisis político sobre la situación y la condición de las mujeres, ha requerido sororidad.

Es tiempo de construir una sociedad de paz y de justicia, que no se entiende sin igualdad real entre hombres y mujeres. Es tiempo de darnos la mano unas a las otras, hacer equipo y empujar juntas las estructuras hacia la justicia. Es tiempo de sororidad.

 

Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.

Correo: melbaadriana@hotmail.com

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