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jueves, febrero 15, 2024
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Falla Fiscalía en homicidio de estadounidenses

El imputado por el crimen de una pareja norteamericana en Bahía de los Ángeles en 2018, quedó libre tras audiencia de vinculación al proceso al demostrar errores del Ministerio Público, como declaraciones falsas y forzadas

La liberación de Héctor Daniel Quiñónez Cortez, imputado por el homicidio de dos estadounidenses el 2 junio de 2018 en Bahía de los Ángeles, dejó en evidencia fallas de la Fiscalía al intentar probar la teoría del caso, inclusive presentando declaraciones falsas de testigos.


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Durante la audiencia de vinculación a proceso dentro de la causa penal 01712/2019, con Número Único de Caso 01-2018-08763 y celebrada el 18 de diciembre del año en curso en la Sala Uno, el juez José Luis Castañeda dictó el auto de no vinculación a favor del imputado, por lo que ordenó su inmediata liberación.

Cinco días antes, el 13 de diciembre, el fiscal regional en Ensenada, Marco Antonio López Valdez, anunció en rueda de prensa la detención del presunto responsable por el homicidio calificado de Jo Anne Butler, de 69 años, y Ray Edward Ball, de 72, ocurrido la madrugada del 2 de junio del año pasado en el domicilio que la pareja en retiro habitaba en la delegación Bahía de Los Ángeles.

Ambos perdieron la vida a consecuencia de heridas de proyectil de arma de fuego y, conforme a datos de prueba recabados en la carpeta de investigación, se presumió un posible móvil el intento de robo de dos motores fuera de bordo.


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El Informe Policial Homologado da cuenta de cómo en la escena del crimen se encontraron doce casquillos calibre .9 milímetros. Los dos cuerpos presentaban heridas por proyectil de arma de fuego, perforantes de encéfalo y bóveda craneal.

A lo largo de cuatro horas de audiencia, el juez Castañeda reprendió varias veces a los agentes del Ministerio Público, Gregorio Ramírez Gutiérrez y Cristian Gerardo Flores Echeverría, al no apegarse a las técnicas de contrainterrogatorio y tratar de intimidar a los testigos ofrecidos por la defensa a cargo de los abogados Rubén Arenívar Garza, Manuel Bastida Estrada y Miguel Ángel Hernández.

De igual forma, lamentó prácticas o vicios “de antes” y exhibió al agente de la Fiscalía, Armando Silvestre Mendoza -encargado de investigar el caso-, por no presentarse a la audiencia bajo el pretexto de encontrarse comisionado en Isla de Cedros del 12 al 23 de diciembre, siendo que en esas fechas compareció ante el propio Castañeda en otro asunto penal. Inclusive, podría haber responsabilidad del agente que armó el caso.

 

NIEGAN HABER DECLARADO LO EXPUESTO POR LA FISCALÍA

La defensa llamó a tres testimoniales de habitantes de Bahía de los Ángeles, conocidos de Héctor Daniel “El Yiyo”, coincidiendo en declaraciones no reconocidas que fueron utilizadas por la Fiscalía para armar la teoría del caso.

Rafael “M”, de oficio albañil, dijo conocer al imputado “desde plebe” y haberlo visto en el poblado una semana antes de la audiencia.

Declaró que varias veces agentes ministeriales le preguntaron si sabía quién mató a los dos estadounidenses y la respuesta fue la misma: no. “No sé quién los mató, no creo que Héctor Daniel participó en el homicidio, una gente que hace eso normalmente tira a perderse y el imputado va a cada rato a Bahía”, insistió.

¿Le firmaste alguna declaración a los ministeriales?, le cuestionó la defensa. “Sí, oiga, la verdad sí. Le voy a ser franco y derecho: se lo firmé yo porque no supe lo que ellos estaban escribiendo. ¿Sabe por qué? Porque yo no sé leer ni escribir y se lo firmé con mi dedo, así de fácil”.

¿Usted supo lo que decían esas hojas?, insistió el abogado Arenívar. “No, pues no, en realidad no. Hasta ahorita soy un burrito, lo digo derecho”.

Foto: Cortesía

Al intentar el contrainterrogatorio del testigo, el juez reprendió a los agentes por no cuestionarlo sobre lo respondido a la defensa: “No es su testigo, no le puede hacer más preguntas, quiero entender que conoce las técnicas”, soltó el impartidor de justicia.

Tras un receso, los agentes muestran al testigo su declaración “firmada” en la que además de huella dactilar, plasmó iniciales de su nombre. El testigo reconoció que era lo único que sabía escribir. Con este argumento, los agentes dijeron que había contradicción en este, sin embargo, juez y defensa coincidieron en que, en vez de perjudicar al imputado, le beneficiaba lo expuesto por el Ministerio Publico.

Después se leyó parte de su declaración hecha al agente ministerial. El viernes 1 de junio de 2018, aproximadamente las siete de la noche, estando en su casa, entrando por el negocio Los Pinos hacia el cerro casi al final, “… escuché que ‘El Yiyo’ le preguntó a su hermana Yesenia ‘¿dónde está la maleta?’, contestando Yesenia ‘está en el…’. Fue en ese momento que ‘El Yiyo’ mira a mi hija Paola, preguntó dónde estaba trabajando mi hijo Tito, ella contestó que no sabía nada, lo que se me hizo muy raro que ‘El Yiyo’ preguntara por mi hijo. En eso ‘El Yiyo’ salió de su casa en una camioneta, no recuerdo si de 4 puertas o 2, lo que sí miré fue una franja oscura en la parte de abajo. Mi hijo Norberto llegó a las 01:00 horas al lugar donde me encontraba, una casa que cuido en el poblado. Me comentó sorprendido que habían matado a balazos a Ray y Jo. Después de eso ‘El Yiyo’ y un amigo de él que le dicen ‘El Bone’ ya no se han mirado en el pueblo, vienen muy poco de entrada por salida y se la pasan encerrados, a veces llegan de noche y muy pronto se van. Sé que ‘El Bone’ se llama Gustavo. Esa noche de viernes para amanecer sábado andaban juntos ‘Yiyo’, ‘Bone’ y ‘Furcio’, después de lo sucedido ya no se miraron en el poblado”.

La defensa le preguntó si eso fue lo que declaró al agente ministerial y respondió “no, fíjese que no, no se lo dije”.

El Ministerio Público reviró si sabía que estaba bajo protesta de decir verdad, lo cual fue objetado por la defensa al tratar de intimidarlo, derivando una nueva reprimenda del juez hacia los agentes. Los representantes de la Fiscalía indicaron al testigo que mencionó no saber la identidad del asesino, provocando otra objeción de la defensa y un regaño más por parte del juzgador: “Está sentando bases sobre el aire, de algo que él dice que no dijo”.

Norberto “M”, otro de los citados por la defensa, comentó haber declarado a los ministeriales que no sabía la identidad del asesino y acusó que lo hicieron firmar un documento que no leyó. “Llegaron y me dijeron que lo firmara. No estoy impuesto a este jale, llegaron a acosarme”.

¿El día que los mataron, fuiste a casa de las víctimas?, preguntó la defensa. “Sí, porque a mi esposa le hablaron que algo pasaba en la casa de los americanos, me avisó, fui y estaba lleno de gobierno. Tenían un bote, el bote estaba en la orilla de la playa, con motor, no le faltaba nada, yo lo miré”.

Luego leyó lo asentado en el acta de entrevista: “Llegamos a medio camino por donde estaban huellas de rodado, para mi experiencia las mismas que estaban a orilla de la playa cerca del bote de Ray, lo sé porque tengo experiencia en buscar huellas de animales, así como rodado de llantas de vehículo, asimismo miré varios botes de cerveza de color azul marca Bud Light, al parecer ‘Yiyo’ y sus amigos estaban tomando esa noche que fueron asesinados. Quiero agregar que ‘El Yiyo’ llega a casa de sus papás, con una franja oscura abajo, parecida a la que miraron vecinos de Ray el día de los hechos”.

La defensa le cuestionó si había dicho eso y lo negó. “No, ni de las huellas, ni de la camioneta”.

Abraham “A”, pescador de Bahía de los Ángeles y vecino del imputado, reconoció haber firmado una declaración, “pero no lo que ahí dice”. Al leer parte de la declaración, insistió en no haber manifestado lo ahí escrito.

 

RESTOS DE PÓLVORA EN UNA DE LAS VÍCTIMAS

Al desahogarse la testimonial del perito químico-forense Lilia Griselda, se expusieron dictámenes elaborados por ella, así como informes consistentes en muestro de latas de cerveza, un bate metálico, residuos de pólvora en manos de los occisos, líquido seminal y de células sexuales.

La experta manifestó que en el cuerpo de Jo Anne Buttler no se encontraron residuos de pólvora.

“La ausencia de elementos de pólvora nos puede llevar a concluir que no se encontró expuesta a los residuos de disparo, es decir, que estuvo en un área lejana o no tan en contacto con la zona de disparo, aunque también puede ser por limpieza posterior a la efectuación del disparo o al contacto con la superficie contaminada”, detalló.

En el caso de Ray Edward Ball sí se encontraron restos de pólvora en sus manos, la conclusión pudiera ser que haya efectuado disparos de arma de fuego, que se haya encontrado cercano al lugar o al momento de que se haya efectuado un disparo por otra persona, y eso cause contaminación en sus manos; o que posterior al disparo, esta persona haya tenido contacto con la misma o con los elementos metálicos suspendidos.

También se practicaron exámenes toxicológicos que resultaron negativos en ambos.

Durante la testimonial, el juez reprendió en dos ocasiones a los agentes del Ministerio Público por objetar las preguntas de la defensa y no dejar avanzar, y se presentó la testimonial del perito en lofoscopía Angélica “C”, quien realizó búsqueda de huellas dactilares y palmares en latas de cerveza y un bate de aluminio, con resultados negativos. Al ser contrainterrogada sobre la ausencia de huellas, puntualizó que existen varios factores como la temperatura, el clima y/o manipulación con guantes.

 

JUEZ DA LA RAZÓN A LA DEFENSA

El abogado Rubén Arenívar solicitó al juez la no vinculación a proceso por no existir indicios razonables sobre la responsabilidad de Héctor Daniel en el doble homicidio.

Los peritos no encontraron huellas, los testigos no reconocen lo plasmado en las entrevistas, se sintieron intimidados. El único que tiene residuos de pólvora es Ray Ball, probablemente mató a la mujer y luego se mató, pero los ministeriales siguieron la teoría de otro asesino con base en un testigo, que en audiencia afirmó no haber declarado lo que se le atribuye.

“No hay ningún dato de prueba que corrobore el robo del motor fuera de borda, ni siquiera las entrevistas falsas arrojan indicios de que ‘El Yiyo’ haya sido. El bote tiene su motor, se cae el supuesto móvil”, insistió.

Cobra relevancia que el agente ministerial no se haya presentado a declarar, pese a que esta semana compareció en otra causa penal.

“No hay un solo dato de prueba que nos haga presumir de manera responsable que Héctor haya privado de la vida a los dos (norteamericanos), la defensa pudo contrainterrogar, pero no lo hizo, no pudo hacer caer la versión del testigo”, resumió.

Por su parte, la Fiscalía consideró la existencia de indicios razonables, testimonios que lo incriminan y pidió al juez valorar la primera declaración de los testigos por el principio de inmediatez procesal, ya que el agente ministerial, “las obtuvo de buena fe y legalidad. Hoy dan un testimonio distinto, ¿quién firma sin leer?”, cuestionó el agente del Ministerio Público.

Con estos elementos, el juez José Luis Castañeda resolvió que nadie observó al imputado en el sitio del crimen, que los datos de prueba para vincularlo eran muy bajos y la mayoría fueron desvirtuados, por lo que dictó auto de no vinculación y ordenó su liberación.

La Fiscalía deberá seguir con la investigación y, en caso de obtener mayores datos de prueba, volver a imputar a Héctor Daniel.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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