En el programa de investigación por parte de nuestro selecto grupo de científicos mexicanos, donde el objetivo principal son los mastocitos, la sintomatología, el fortalecimiento del sistema inmunológico, llevamos a cabo los correspondientes análisis de orina y sangre. Gracias al sistema nerviosos central, tenemos nuevas formas, fuera de los antibióticos, y procedemos a unir a los médicos con los veterinarios.
El responsable de dicho programa es el Doctor Ricardo Guerrero Guerrero, especialista en medicina familiar, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Mexicano del Seguro Social, quien se encuentra trabajando en la enfermedad de Lyme (borreliosis de Lyme) así como el uso de probióticos.
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Al respecto de lo último, toda vez que contamos con hongos, parásitos y bacterias, enfermedades transmisibles entre los animales y humanos, como es el caso de la esclerosis múltiple asociada a etiología infecciosa (multiple sclerosis associated to infectious disease) y el papel de la microbiata intestinal en el desarrollo de la esclerosis múltiple. También se trabaja en la neorología y actualización de la esclerosis múltiple, inicialmente con cefalea frontoparietal izquierda, dolor neuropático y agudeza visual disminuida; entonces se realiza una resonancia magnética cerebral, donde generalmente se reportan múltiples lesiones desmielinizantes precentrales, compatibles con un diagnóstico de esclerosis múltiple.
La etiología de la esclerosis permanece sin definir. La hipótesis más aceptada se caracteriza por ser el resultado de la combinación de una determinada predisposición genética y de un factor ambiental no conocido desencadenante; se ha postulado que este factor ambiental podría ser en gran medida de origen infeccioso. En lo que corresponde a la teoría de las espiroquetas, desde 1954 se ha relacionado vagamente, sin evidencia concluyente, como factor desencadenante de la esclerosis múltiple.
En 1986, David Gay (et al.) propuso que las teorías sobre espiroquetas habían sido indebidamente descartadas, proponiendo la hipótesis sobre una espiroqueta adquirida a partir de una sinusitis crónica, con diseminación de organismos a través de análisis bacteriológicos; pero todo lo anterior no logró repercusión científica. Actualmente, los agentes infecciosos de mayor interés en los últimos años se concentran en clemydophilia pneumonie, el virus del herpes humano tipo 6 y, principalmente, el virus de Epstein-Bar. Por otro lado, tenemos el descubrimiento del antibiótico clave para tratar el Parkinson: un viejo antibiótico -utilizado en muy bajas dosis- podría ser la clave para tratar la enfermedad de Parkinson.
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Según un descubrimiento realizado por científicos argentinos, la doxicilina, un antibiótico que fue patentado en 1957 y que frecuentemente es utilizado para tratar neumonías, es capaz de reducir la toxicidad de una proteína responsable de programar la muerte de las neuronas en la enfermedad, informó el diario Clarín.
Los investigadores estuvieron liderados por la argentina Rosana Chehín, del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas, y Rita Raisman-Vozari, del Instituto para el Cerebro y la Médula Espinal en París, Francia. Citada por el diario, Chehín explicó que las enfermedades neurodegenerativas “se caracterizan por una importante pérdida de neuronas en el sistema nervioso”. De ahí se deriva la disminución de funciones motoras, cognitivas y autónomas de las personas que la padecen.
“Todas las enfermedades neurodegenerativas comparten un mecanismo patogénico común: la agregación de proteínas mal plegadas. En efecto, en un cerebro normal las proteínas cumplen una función biológica, gracias a su plegamiento específico; pero en estados patológicos, este plegamiento se altera y las proteínas comienzan a agregarse entre sí. Se vuelven tóxicas y se produce no solo la muerte de la neurona, sino también su contagio o transmisión a las neuronas vecinas”, sostiene la científica.
Lic. Sergio David Modelevsky Arce.
Tijuana, BC.
