Enero de 2020, otra vez los estadounidenses habrán de votar en noviembre.
Las opciones tal vez nunca fueron tan diferentes: continuar con un gastado y supuesto supremacismo o un Estado que vea por una inmensa mayoría, harta de la desigualdad. El gobierno arquetipo del capitalismo -desde hace años considerado salvaje- aunque oculta el nombre de este sistema económico-político-social-moral, enfrenta masas de ciudadanos que le perdieron el miedo a la palabra “socialismo” que matizan y combinan con una forma democrática.
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Sabemos del proceso histórico que en milenios hemos transitado; así, vamos de la barbarie a la civilización, del esclavismo a la libertad, de la discriminación a la igualdad. Hoy, 2020, vemos como vergonzoso y absurdo cómo es que pudimos vivir y asumir como natural la compra-venta de personas, la insostenible desvalorización de las mujeres, la ridícula convicción de que hubiera personas con linaje “divino” (que disponían de personas y países).
Estuvieron -y están- tan arraigadas en nuestras mentes estas ideas, que pese a persistir en estas fechas tales aberraciones, nos resistimos a desecharlas totalmente.
¿Quo vadis USA…? ¿A dónde vas, Estados Unidos de América?
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*¿Crees que mantendrás la forma de organización económica que gran parte de tu población, así como gran parte del mundo, la sabe como un monumento a la pobreza programada para que continúe la riqueza exagerada de una pequeñísima minoría?
*¿Ya no te creen tus hijos que eres el campeón de la libertad, cuando la que más te importa es la del mercado?
*¿Seguirás siendo el glotón irresponsable del planeta?
*¿Cómo piensas engatusar nuevamente a esos millones de tus ciudadanos conscientes y bienintencionados, que saben que debe haber una distribución más justa de la riqueza y que ya planean cómo hacer los cambios necesarios, de manera cuidadosa y gradual?
Tus contradicciones sociales, económicas, políticas y morales son, desde hace años, superlativas e históricas; aún más que muchos países, ricos y pobres. ¿Sabes que lo sabemos?
Desde décadas atrás, se mencionó que tu sociedad es de las más preparadas para vivir en un sistema más racional y humano, pero tu democracia es falsa. La libertad de tus personas es aparente, en muchos casos. Todo ser del planeta merece una mejor suerte; todo ser del planeta merece respirar un ambiente solidario y ser feliz.
Los cambios sociales han sido desesperadamente lentos, hasta hoy. 2020 no es 2008 ni 1946; esta actualidad es insólita. Los jóvenes nos empujan y hasta reclaman cómo pudimos aceptar este desorden mundial. Probablemente, en noviembre de 2020 tus votantes impongan un giro que te llevará un tiempo asimilar; probablemente sigas siendo -en esencia- el mismo, con algunos cambios cosméticos.
¿Quo vadis USA?
Tal vez el temor a lo nuevo o impredecible mantenga tu estado de cosas, pero la ruta de la historia seguirá yendo del error al acierto. Aceptémoslo, la era de la razón se acerca.
Caminamos hacia allá.
Atentamente,
Salvador Tavares Luna.
Tijuana, B.C.
