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viernes, febrero 16, 2024
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El súper delegado II

Jesús Alejandro Ruiz Uribe se convirtió en el segundo súper delegado en Baja California. El primero fue Jaime Bonilla Valdez, quien solicitó licencia como senador de la República para asumir la encomienda a la que renunció a mediados de marzo (no ha precisado fecha) para convertirse  en candidato de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) al Gobierno del Estado de Baja California.

Desde el 3 de abril le llegó el nombramiento al ex diputado local, pero ya era encargado de despecho desde que Bonilla renunció al cargo. Aunque ciertamente no es tan proclive a los medios de comunicación como el anterior, Ruiz Uribe acepta que lo suyo ha sido concentrarse en el trabajo. Por eso no se le ha visto en las primeras planas, ni despotricando contra el secretario general de Gobierno, contra el gobernador o los alcaldes. Bueno, el bajo perfil que está manteniendo en su calidad de funcionario federal, y la ausencia de agenda política personal, tienen más concentrado a Jesús Alejandro en el trabajo que en otra cosa.


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De hecho actualmente se está realizando en el análisis y el plan de austeridad en todas las que fueron delegaciones federales, para ver cuáles sobrevivirán al recorte. Debido al procesamiento de esta política del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no se han nombrado encargados de las oficinas federales en algunos estados, como es el caso de Baja California, donde únicamente las dependencias regionales como Conagua, Seguro Social, Conapesca, Registro Agrario Nacional o Liconsa, tienen titular.

En total se dieron 180 días en el Gobierno de la República para hacer la transformación en las oficinas federales en los estados, plazo que se cumplirá a mediados de junio, donde entonces sí, el súper delegado Jesús Alejandro Ruiz Uribe podrá iniciar con los nombramientos de las ex delegaciones que queden (algunas desaparecerán). De acuerdo a lo pactado en el gobierno de López Obrador, las designaciones se harán considerando la opinión del súper delegado y la del secretario del ramo.

Los nombramientos llegarán de manera posterior a la campaña política, de hecho es deseable que para mediados de junio ya se sepa quién ganó las elecciones y entonces el partido en el poder, en este caso Morena, los hará. Podría ser a propósito de los resultados locales, o a interés del gabinete de López Obrador.


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Lo que sí es que el momento de los nombramientos será muy oportuno para Morena, particularmente después de unas elecciones locales, las primeras -junto con Puebla- del sexenio de AMLO.

La seria personalidad de Ruiz Uribe ha favorecido la campaña de Jaime Bonilla Valdez. De eso no cabe duda, en su calidad de súper delegado federal, el hijo del profesor Jesús Ruiz Barraza no ha tomado la posición que  el candidato a gobernador asumió en el mismo cargo, de una beligerancia extrema contra el Gobierno del Estado, no sin razones, que tienen y muchas, pero es evidente que la confrontación entre gobiernos se ha relegado a la arena de la campaña política de 2019.

De hecho, respecto la relación entre el súper delegado con los gobiernos locales, se remite a dos temas básicamente: el recurso del Ramo 33, y la Mesa de Coordinación para la Seguridad Pública, esta última a la cual Alejandro Ruiz Uribe no ha dejado de asistir desde que fue nombrado encargado de despacho y ahora oficialmente coordinador federal.

En ese sentido, el roce con las autoridades municipales o estatales es inexistente. Primero porque Juan Manuel Gastélum Buenrostro ya anda en campaña y no preside el Ayuntamiento, y segundo, porque Francisco Vega de Lamadrid ha faltado a su compromiso de encabezar las mesas de seguridad, enviando de manera constante a un representante en lugar de atender personalmente el gravísimo problema de seguridad que aqueja a Baja California.

Es evidente que la personalidad del delegado federal da para marcar la relación con los gobiernos locales, si con Bonilla fue ríspida, dado que ya eran sus contrincantes antes de ser candidato, con Ruiz Uribe ha sido más que nada institucional. Sin grandes aspavientos, sin guerra de declaraciones y sin odios institucionales.

En estos días, el ex diputado se ha dedicado a trabajar en la estructura de la súper delegación y en dar seguimiento al plan de austeridad, al tiempo que se atienden los problemas particulares de las áreas especializadas de Gobierno Federal en la entidad.

De los días de trabajo a la semana, dedica dos a estar de tiempo completo y de lleno en Mexicali, donde está la sede de la coordinación federal en el Centro Cívico, particularmente en el primer piso del Centro de Gobierno federal. El resto de los días los divide en la Zona Costa, donde dice, se concentra la mayor parte de la población bajacaliforniana, y donde tiene su residencia: en el puerto de Ensenada.

Ruiz Uribe aún no cobra su primera quincena, pero su pago -asegura- será el mismo que el que tenía Jaime Bonilla: unos 87 mil pesos al mes por coordinar a las oficinas federales en Baja California.

Por supuesto que el tono que tendrá la súper delegación lo marcará el resultado de la elección del 2 de junio. De ganar Morena, significará la permanencia de Alejandro Ruiz Uribe en la coordinación federal, a menos que sea llamado -y acepte- a ser parte del gobierno estatal. Si pierde Morena, el regreso de Bonilla a la súper delegación estaría relacionado con la siguiente elección estatal.

Lo que sí, más por intereses políticos institucionales y de gobierno, en Baja California ya vamos por el segundo súper delegado, y eso que aún no terminan de reestructurar las delegaciones, ni las auditorías a los programas federales. Pero donde mandan intereses políticos electorales…

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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