El juez Kavanaugh apenas se ha acomodado con su nuevo asiento vitalicio en la Corte Suprema, pero el señor Trump parece estar preparando para pedir un gran favor de su hombre. ¿El juez emitirá un voto decisivo? Esto importará mucho a los mexicanos en la región fronteriza. En Washington, el 20 de octubre el Sr. Trump dijo que está trabajando para poner fin a la ciudadanía por nacimiento automática para bebés extranjeros nacidos en los Estados Unidos. Se refiere a los bebés de los migrantes. Si lo hace, el Sr. Trump de la noche a la mañana podría poner fin a la práctica fronteriza de las madres embarazadas del sur de la frontera que viajan para obtener la ciudadanía estadounidense para sus hijos dándoles la luz en los EE.UU.
Es necesario un poco de información legal sobre este tema para entenderlo, así que por favor, tengan paciencia conmigo. Actualmente, Estados Unidos es uno de los treinta o más países del mundo (principalmente en el norte y el sur de América, incluido México) que otorga automáticamente la ciudadanía a cualquier persona nacida en su territorio. Esta práctica se conoce por su nombre legal de “jus solis” –“el derecho del suelo”–. Contrasta con la práctica de la mayoría de los países del mundo que ofrecen la ciudadanía sólo a los descendientes de sus propios ciudadanos, una práctica conocida como “jus sanguinis” –“el derecho de sangre”.
Hasta hace poco, los eruditos jurídicos de los Estados Unidos acordaron universalmente que “jus solis” está garantizado por la Enmienda 14 a la Constitución de los Estados Unidos. Esta enmienda de 1868 fue un ataque al racismo estadounidense después de la Guerra Civil. En ese momento, los racistas estadounidenses querían expulsar a los afroamericanos de los Estados Unidos después de que terminara la esclavitud, alegando que los afroamericanos no eran ciudadanos. La Enmienda 14 confirmó que los eran.
El Sr. Trump y algunos de sus asesores legales ahora cuestionan la interpretación de esta enmienda, diciendo que el Presidente podría poner fin a “jus solis” por orden ejecutiva.
El Sr. Trump cree que una orden ejecutiva sobre este tema será popular entre sus partidarios principales. Pero más allá de la cuestión electoral, ¿hasta dónde quiere ir el Sr. Trump? ¿Desea eliminar “jus solis” incluso para los hijos de residentes legales permanentes de los EE.UU., limitando la ciudadanía únicamente a los hijos de ciudadanos? ¿Un hijo de un ciudadano estadounidense y un extranjero nacido en los Estados Unidos sería un ciudadano estadounidense? ¿Acabarían algunos niños sin ninguna ciudadanía? ¿Se aplicarían otras reglas?
Aquí es donde el nuevo juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh, altamente partidista del Sr. Trump, cobra importancia. En caso de que el Sr. Trump intente poner fin a “jus solis” por orden ejecutiva, habrá batallas judiciales inmediatas. Si bien no sabremos dónde se encuentra el Tribunal hasta este asunto, una cosa está clara: es probable que esta Corte Suprema de ahora sea el mejor foro en una generación para un esfuerzo republicano a eliminar este derecho estadounidense de “jus solis” de nuestro marco constitucional.
En este contexto, una de las primeras protecciones legales importantes perdida con la presencia del juez Kavanaugh en el Tribunal Supremo podría ser la forma en que los extranjeros obtienen la ciudadanía estadounidense. Aquí, localmente, el final de “jus solis” sería el final de una antigua tradición de Baja California de ir al norte a nacer. Si bien “jus solis” podría no ser la primera víctima importante de la adhesión del Sr. Kavanaugh a la Corte Suprema, es una posibilidad clara.
Andrew S.E. Erickson es un orgulloso ex residente de Tijuana, ex diplomático de los Estados Unidos, con Maestría del Colegio Nacional de Guerra, y un fuerte creyente de la importancia de las buenas relaciones entre mexicanos y estadounidenses.
