Motociclistas, rockeros, nostálgicos y apasionados de la música sesentera, tapizaron las instalaciones del Audiorama del Museo Interactivo El Trompo el viernes 1 de diciembre, cuando la magia y sensualidad de las creaciones musicales de Doug Clifford, Stu Cook, Kurt Griffey, Dan McGuinness y Steve Gunner, se abrieron camino en medio de una velada fría, en vísperas de la formación de una Luna Llena.
Coloreando la euforia de unos 3 mil 500 inquietos melómanos, Creedence Clearwater Revisited apareció en escena en punto de las diez de la noche, debajo de una lluvia de luces y una pantalla gigante a sus espaldas detallando el encuentro de la legendaria agrupación y la frontera más visitada del mundo, misma que desató su emoción de la primera a la última nota, en la que destacó la reacción en “Have You Ever Seen the Rain”.
En su mayoría, cuarentones y cincuentones de ambos lados del bordo cubrieron la cita de Creedence en Tijuana, donde el sonido exacto de los tambores de “Down on the Corner”, el atinado bajo retumbando en “Bad Moon Rising”, las cuerdas hilando “Fortunate Son” con la armónica y teclados de “Up Around the Bend”, subrayaron el ritmo de una noche festiva, clásica y nostálgica que sirvió para revisar el cancionero californiano.
“Proud Mary”, “Lookin Out my Back Door”, “Who’ll Stop the Rain”, “Cotton Fields”, “Born on the Bayou”, “I Put a Spell on You”, son algunas otras canciones que se sumaron al listado de éxitos y mini fiesta para los asistentes que gozosos bailaron, mientras otros recordaban memorables episodios de su juventud cantando a unísono el sentir de un quinteto que por vez primera hacía sonar el blues y el rock and roll en la entidad.
Con un acertado español, Stu Cook y Dan McGuinness se dirigieron en diversas ocasiones a su público para festejar la asistencia registrada, a la que brindaron un espléndido y puntual repaso de su discografía. Demostrando su vigencia, los Clearwater Revival ajustaron su conexión con tierras mexicanas, dejando más que un buen sabor de boca, una experiencia que demostró que hay público de legendarios sonidos.
Agradecidos con la respuesta de los tijuanenses, los Creedence actuaron por espacio de dos horas, en las que el punto denominador fue la conmoción de las almas que reavivaron los 60s y 70s.