Dos grandes cilindros metálicos –dos tambos pegados en los extremos– cubiertos con retazos de tela, en alusión al método utilizado por “El Pozolero” para desintegrar cuerpos en ácido, fue instalado la mañana del pasado miércoles en la explanada cívico del Centro de Gobierno, en Mexicali. Sobre éstos una gran leyenda: Impunidad.
El monumento fue colocado por los familiares de personas desaparecidas, quienes encima del memorial acomodaron bordados con los nombres de Pierre Meza, Erick Díaz, Hugo Fonseca y Diego Hernández, entre otros.
“En Baja California la violencia alcanzó niveles de horror, a los asesinatos masivos se les juntó una artesanía de la desaparición. Los cuerpos de personas asesinadas pasaban por una producción de desintegración a través de la ‘cocina’, un pequeño lugar techado donde en uno de los tambos ensamblados como éstos, borraban el rastro de nuestros desaparecidos. A través de esta intervención exigimos memoria, verdad y justicia. Esta terrible y dolorosa técnica existe gracias a la impunidad y a la indiferencia social”, fueron las expresiones de los familiares.
“Aquí estamos presentes todavía, buscando a nuestros hijos, es un símbolo de todo lo que ha estado pasando”, expuso Imelda López, quien desde hace varios años busca a su hijo Pierre Meza.
“Es un monumento a la impunidad. Son dos tambos que siempre te recuerda lo que es ‘La Gallera’, que es donde deshacía ‘El Pozolero’ a muchos de nuestros familiares o conocidos o ciudadanos. Estamos aquí para decirles a las autoridades que las desapariciones sigue”, sostuvo Irma Leyva, madre del ex agente de la Policía Ministerial Diego Hernández, desaparecido en Mexicali desde enero del 2007.
A su vez la investigadora Paola Ovalle explicó sobre el evento:
“La idea es utilizar los tambos metálicos –que era un dispositivo para las desapariciones–, pero no hacerlo de una manera tan morbosa. Para ellas era importante poner los nombres y las telas de colores como una forma de cuidar lo que para ellas siempre piensan que pudo haber sido uno de los destinos de sus hijos”, refirió la investigadora de la UABC.
Ovalle ha estado involucrada en un proyecto denominado RECO, cuyos objetivos son recordar, reconstruir y reconciliar y la idea es que por medio de expresiones –intervenciones, las llaman a este tipo de arte en el espacio público– realizan ejercicios de duelo social.
“Por eso es la importancia que sea como un dispositivo muy fuerte, el que exista una técnica que es tan cotidiana pero que se sigue utilizando no solo en Baja California sino en varias partes del país.
“Son dispositivos de reflexión pero sobre todo de duelo social, de que las víctimas no estén solas”.
