Política Breve y de Emergencia
Publicidad
De nuevo y precisamente por su posición geográfica la ciudad de Tijuana está recibiendo flujos migratorios extraordinarios de personas que buscan pasar a los Estados Unidos. Ahora un indeterminado número (se especula que podría llegar a los 7 mil) de personas de origen haitiano llegaron y siguen llegando hasta la frontera con la intención de solicitar asilo político y ser recibidos legalmente en el país del norte.
Publicidad
Por sus características raciales es muy evidente su presencia por las calles de la zona centro y en los alrededores de la garita de San Ysidro, se les ve transitando por albergues, cuarterías, pequeños hoteles y hasta el Desayunador Saleciano donde se les dan alimentos, como a los otros miles de migrantes que llegan y que tienen pocos o nada de recursos.
Llegan en grupos de veinte y cincuenta, la mayoría por vía aérea, vienen de Brasil donde estuvieron trabajando temporalmente gracias a la actividad económica que generó la organización de la Olimpiada, pero el trabajo se terminó y alguien corrió la voz entre ellos que era posible ser recibidos como perseguidos políticos y encontrar asilo, solo tenían que decir que eran ciudadanos africanos.
A su país ya no quieren regresar, las condiciones de pobreza de la nación del Caribe es extrema, sobre todo después del terremoto del año 2010; prefieren correr la aventura de una posibilidad delante del gobierno norteamericano y aguantar condiciones de precariedad por su imposibilidad de establecerse formalmente. Llegaron legalmente a México, con una autorización temporal para realizar trámites en otro país, se antoja lógico el que haya una mente maestra detrás de este flujo y la orientación específica para llegar hasta Tijuana.
Aunque las autoridades de migración los están recibiendo, no es materialmente posible recibirles a todos al mismo tiempo e iniciar un trámite de asilo, grupos de 50 se reciben diariamente y la gran mayoría son rechazados en su solicitud, si bien porque no son ciudadanos africanos específicamente del Congo (como algunos argumentan) o porque las condiciones de pobreza de Haití no son justificación legal para ser admitido como asilado en Estados Unidos.
El drama de los haitianos está lejos de terminar con su llegada a Tijuana, si son rechazados seguramente serán deportados, al mentir sobre su país de origen corren el riesgo de ser precisamente enviados a la nación de su argumentación, en teoría no podrán permanecer en México al vencerse su permiso y lo más probable es que sean deportados hacia Haití.
La atención a las necesidades básicas de estas personas está generando ya verdaderos problemas. Las organizaciones civiles que comúnmente atienden a migrantes necesitados y a personas en situación de extrema pobreza, están siendo rebasadas en su capacidad, son muchas las personas y muchos los días que ha sido necesario atender a estos migrantes. No hay infraestructura y no hay recursos suficientes para algo así. Lo más preocupante es que pareciera ser una crisis apenas inicia.
Urge que las autoridades atiendan el problema de forma integral, deteniendo el engaño del que son víctimas los migrantes al creer que todos serán asilados, apoyando a las organizaciones civiles con recursos extraordinarios para poder cumplir su cometido, estableciendo albergues con condiciones adecuadas y suficientes, repatriando a quienes decidan o deban regresar a su país, gestionando la atención multilateral del problema para impedir lo que podría ser una peligrosa crisis humanitaria.
Que la historia lo registre.- En un grupo de líderes de la comunidad comentando sobre el triste drama de los haitianos, la siempre noble actitud del tijuanense cuando de migración se trata salió a la luz. ¿Por qué no los dejamos aquí? Tenemos empleo y evidentemente son gente buena y valiosa.
Botón rojo.- Alguien debiera avisarle al gobierno federal que la “migración hormiga” de ciudadanos haitianos llegó a un cuello de botella y que nos vamos a ahogar.
Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas.
