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jueves, octubre 3, 2024
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Emoción e historia en cada guiso

Comparte “MasterChef México” la grandeza del país en cada plato. Honestidad es la clave para gestar el fenómeno dominical de TV Azteca que despertó el interés por la gastronomía en los hogares. Cien millones de televidentes al mes avalan el formato inglés en su versión mexicana, arrojando aprendizaje y aprecio por la cocina

“La fama de la gastronomía es un boom mundial de los últimos 15, 20 años. La gente tomó la cocina no como una necesidad, sino como un gozo, descubrir que a través de la cocina uno puede encontrar nuevos espacios para disfrutar en los lugares que visites, y es así que la gastronomía se entendió con el turismo”, afirmó la chef nayarita Betty Vázquez, jurado del fenómeno televisivo “MasterChef México” que llega a su segunda temporada (en formato adulto), el cual preside junto a los reconocidos cocineros Adrián Herrera Díaz y Benito Molina Dubost.

“Se generó una inquietud por cocinar en casa, por aprender a apreciar el plato caliente”, afirmó Vázquez a ZETA, con quien platicó sobre la nostalgia que se vive cada domingo frente al televisor: “La nueva generación de abuelas y mamás ya no quisieron serlo de tiempo completo, por diversas circunstancias, y con la rapidez que se vive, ya no hay tiempo para estar en casa esperando a la familia con el plato caliente. Más que una necesidad, hay una nostalgia por regresar a la cocina, por el que las familias puedan comer bien y organizadamente sin complicaciones”.

— A la par existe un fenómeno por comer sano e interés por cocinar…

“En los sesentas se dio el fenómeno por comer sano, cuando no manejábamos refrescos, ni embutidos, creo que la vida rápida de los últimos años han puesto al país en el primer lugar de obesidad. Si las familias son organizadas, no tendríamos que ser gordos. La reflexión es voltear atrás, y ver lo que hacían nuestras abuelas, porque la gordura viene de 30 años para acá, del consumo indebido de refrescos y comida rápida, porque el pretexto es que no tenemos tiempos, pero lo que no tenemos es una mente organizada, y tiempo distribuido”, explicó Vázquez, uno de los ingredientes principales en la promoción de la Riviera nayarita.

Los nuevos participantes del reality de cocina

Los nuevos participantes del reality de cocina

Cabe destacar que la jueza de “MasterChef México” es oriunda de Tepic, pero hija adoptiva del puerto San Blás, donde se ubica El Delfín, su cocina (dentro del Hotel Garza Canela) desde hace 36 años, en el Estado del que se jacta de tener la bendición de contar con todos los climas, y por ende, todos los productos de los llanos, costa, planos, lagunas, ríos y mar; así como la historia gastronómica de un pequeño puerto, orgulloso de su pescado zarandeado, tatemado, sus ostiones, aguachiles y ceviches.

— ¿Qué encuentras en “MasterChef”, siendo un producto televisivo?

“El programa es de diversión, si le abonas que te deja algo de enseñanza, y unión familiar, porque algo que ha logrado es unir a la familia a través de la televisión, es como una telenovela, pero la gente cocina y te platica sus problemas, porque cada quien tiene sus personalidades, pero creo que la gente se identifica con el programa porque los personajes son reales, no hay nada ficticio. Yo soy cocinera, no soy actriz. Cuando me habló la televisora les dije que no sabía actuar, que iba a decir lo primero que se viniera a la mente, que diría lo que me gusta y lo que no, creo que la ganancia de este programa es que la gente se identifica con los jueces, con los participantes, porque somos gente real. Qué gano yo: un compromiso con esta plataforma, estoy atenta a lo que veo, pruebo, porque cada palabra que diga tiene que ser asertiva, primero porque es lo justo, y creo que es de las cosas que el televidente agradece, que uno hable con honestidad”, respondió quien se define  por la constancia.

“El público debe confiar en mí porque yo pruebo los guisos, y los que se enamoran de los personajes son los televidentes. Yo me guío por los platos, no por los comentarios y entrevistas, esa es la honestidad de ‘MasterChef’, para mí son los platos y punto. La ganancia es que cada plato representa compartir la grandeza de México, porque los grandes platillos se dan en casa, no en los restaurantes”, agregó.

 

Fenómeno de la televisión abierta

“Conocí el programa hace cinco años en Canadá, de inmediato supe que sería un hit cuando llegara a México. Nunca pensé que irían a buscarme a Nayarit para invitarme a participar en él. El formato viene de Inglaterra, que es de donde supervisan que no se le cambie nada, pero nosotros lo hemos enriquecido como mexicanos. Usamos platillos internacionales, pero nos basamos en la comida mexicana. ‘MasterChef’ es un programa bien producido. Los tres jueces tenemos asumidos los papeles, se hacen 60 días de casting, se buscan personajes que sepan cocinar y no solo que sean agradables para la televisión. Es difícil que cuando todo se hace bien las cosas salgan mal. Es un fenómeno porque era tiempo de un programa así en la televisión mexicana”, subrayó la nayarita, quien asegura, es la misma en la pantalla que en su casa.

— Los críticos dicen que es más la gente que quiere salir a cuadro que cocinar…

“En la primera temporada nadie sabía a qué iba, más que a cocinar. Con ‘MasterChef Junior’ hubo mucha transparencia, honestidad y mucha cosa buena, es cierto que para esta edición los participantes saben a qué van, pero nosotros hacemos hincapié en la cocina. El domingo saldrá alguien del programa porque estaba desconcentrada por pendientes en su casa, cuando tienes que ir a cocinar, olvidarte de las cámaras; por nuestra parte buscamos cambiarle la vida a alguien que tiene ganas de ser cocinero, y que nunca ha trabajado en el medio”.

— ¿Se puede hablar de evolución y de no repetirse en “MasterChef” y “MasterChef Junior”?

“Nosotros somos cocineros de trayectoria profesional. Hablar de evolución es moda, hace diez años las espumas, este año es volver a las raíces. Nosotros vamos evolucionando conforme a la cocina va evolucionando, el programa evoluciona conforme al formato, pero los concursantes se renuevan, vas a ver los mismos jueces, pero no los concursantes, y ahí vas a ver la renovación del proyecto. Cada persona te hace decir cosas diferentes, las cosas se dan porque así deben de ser, el proyecto es de impacto porque tú ocupas identificarte con alguien, porque hay tanta gente que defiende ciertos personajes porque se identifican con ellos. Son concursantes complemente diferentes a los anteriores”.

Solo 18 pasaron a la etapa final

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— Recalcas la identificación, ¿qué hay de los platos?

“En cada plato hay una historia y diversas emociones. Yo como juez, empiezo a crear una historia en cada plato cuando el concursante me presenta su guiso. Por mi parte quiero saber qué hay atrás, si tú me platicas a dónde te remonta ese plato, muy independiente de los ingredientes, de la preparación, habla de lo que está haciendo como cocinero, además, no puede haber un plato que no te remueva emociones. Mi plato favorito para desayunar son huevos estrellados, y para comer un caldo de pollo o una sopa de fideo, porque me criaron esos sabores. Platos interesantes, muchos en mi vida, pero recuerdo pueblos, ciudades, países más por lo que comí que por lo que vi. Entonces, sí necesito que los participantes me platiquen qué hay detrás de sus platos, qué los mueve, y que me cuenten la historia que sustente el plato. Distingo los sabores que me traen recuerdos tristes, o los sabores que me emocionan”, expuso Vázquez, quien confiesa haberle gustado más trabajar en “MasterChef Junior” por la transparencia de los niños: “Además de que me desarman, los niños escuchan más que los adultos, tienen menos egos, no tienen prejuicios, son más inteligentes que lo que uno piensa, y pueden aprender más que los adultos”.

Cabe destacar que el programa fue grabado en Colombia por el equipo técnico y humano entrenado para el formato, pero es la sensibilidad mexicana la que pone el sabor al formato británico.

“Lo interesante de haber grabado en Colombia es que nos sustraen de la problemática de casa, del país, te concentras en lo que te debes de concentrar, tiene doble sentido. Fácil, pero difícil porque extrañas casa. Hacemos la primera parte en México, luego hacemos de un jalón el resto de los programas en Colombia con productos mexicanos, se vuelan cerca de 35 toneladas de alimentos, de chiles, especias. Hay un aprendizaje muy grande al enfrentarte a otra cultura, es cansado, pero al final tienes la posibilidad de tener en la mesa 18 platillos y poder aprender de ellos, de cada lugar de donde vienen”, concluyó.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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