En 1992, Disney llevó a la pantalla grande la huelga de voceadores de 1899 en Nueva York, pero el verdadero éxito de esta historia se tendría en Broadway, cuando en 2012 la confrontación de estos muchachos atrapados en la guerra de titulares de Pulitzer y Hearst fue recreada con la música de Alan Menken, las letras de Jack Feldman, la dirección de Jeff Calhoun y la espectacular coreografía de Christopher Gatelli.
Ahora, con todo el equipo creativo original reunido, “Newsies” ha vuelto a los escenarios y este fin de semana el turno le toca al Teatro Civic de San Diego, donde el musical en gira se estrenó el martes 31 de mayo ante un lleno total.
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La rebelión de los jóvenes repartidores de periódicos lidereados por Kid Blink ahora recae en la figura de Jack Kelly (Joey Barreiro), un adolescente que sueña con salir de la ciudad y disfrutar una vida mejor en Santa Fe, Nuevo México.
Jack es carismático, tiene un gran carácter y sus dotes de liderazgo lo llevan a un destino muy distinto cuando Pulitzer sube los precios de distribución de su diario, lo cual merma la economía de los chicos que en las calles de la “Gran Manzana” promovían su diario.
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Víctimas de la gran depresión que comenzó en 1929, los chicos se organizan no sin sus temores, pero dispuestos finalmente a soportar la represión de un magnate y un tirano de la información como lo fue en su momento Hearst.
Así pareciera difícil contar estos sucesos en un musical, pero el trabajo realizado por los multipremiados Menken, Calloun y Gatelli es un verdadero deleite, con temas como “Carrying the Banner, “Seize the Day” y “King of New York”.
Ahora Menken y Feldman han escrito “Letter from the Refuge”, tema interpretado por Crutchie (Andy Richardson), un adolescente “newsie” que es atrapado y enviado a un hospicio como consecuencia de la sublevación. La interpretación de esta balada representa una de las pocas pausas de este grandioso espectáculo que presume una ingeniosa escenografía, buenos diálogos, una narrativa bien llevada y sobre todo, una coreografía explosiva pocas veces apreciada aun en el género musical.
Qué manera de bailar de este numeroso elenco, con solistas que literalmente vuelan con su agilidad y su impecable técnica demostrando su destreza en acrobacia, ballet clásico e incluso tap, principalmente.
De principio a fin el musical es una experiencia llena de energía donde al público le faltan ojos para apreciar todo lo que en escena se desarrolla con estos artistas con pocos años y mucho talento y profesionalismo, confirmando una vez más que no cualquiera figura en la marquesina de Broadway.
Desde el “newsie” más pequeño, Ethan Steiner, hasta la voz femenina que armoniza el canto, ésta obra es un festín para los sentidos, no hay mejor manera de sinterizar lo que una puesta en escena ofrece en dos actos que así recuerdan la lucha que emprendió y ganó el supuesto eslabón más débil de un periódico.
