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domingo, febrero 18, 2024
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Ciclovía en el abandono

A unos meses de haberse puesto en funcionamiento la zona ciclista sobre Bulevar Benítez, ésta luce desolada y en desuso. Por su parte, en un sitio más propicio, sin afectar a terceros, en la canalización del Río, se tiene más concurrencia en la Ciclopista

El carril exclusivo para el uso de bicicleta que se ubica en el Bulevar Federico Benítez y parte de la Zona del Rio, por la prolongación de Paseo de los Héroes, sigue causando polémica; son pocos los ciclistas que realmente utilizan tal espacio que fuera acondicionado para este medio de transporte.


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La obra, gestionada durante la administración de Carlos Bustamante mediante un proyecto del Instituto Metropolitano de Planeación de Tijuana (IMPLAN)  y finalizada en el actual gobierno de Jorge Astiazarán, costó alrededor de ocho millones de pesos y fue ejecutada con recursos federales del Programa Nacional para la Prevención del Delito (PRONAPRED).

A diferencia de proyectos de este tipo que han sido creados en otras regiones del país como Ciudad de México o Guadalajara,  la Ciclovía ha provocado más problemas que beneficios a la ciudadanía. Durante varios recorridos realizados por ZETA en diferentes horas y días, se aprecia la indiferencia de usuarios y la falta del impacto en la población que el Ayuntamiento esperaba.

Y es que en el trayecto de nueve kilómetros que comprenden este circuito, con carriles de 2.50 metros de ancho, es común ver lo solitario que luce, con pocos utilizando la vialidad. Por el contrario, se puede observar que los carriles ya no tienen señalamientos y algunos de ellos ya se encuentran deteriorados. Además de basura que obstruye la circulación a las bicicletas y la falta de autoridad en la zona, debido a que los automovilistas pueden estacionarse sin problema alguno sobre la Ciclovía. Principalmente son los choferes del transporte público, así como los locatarios y visitantes de los negocios que se ubican en este tramo de la ciudad los que invaden el carril exclusivo, ya que al adecuarse al uso de bicicleta, se eliminó el estacionamiento.


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En la canalización, sí hay orden

En la canalización, sí hay orden

Otro problema son los bloques de concreto colocados para la separación de los carriles, ya que han provocado algunos accidentes al recibir impactos de los autos que transitan en la congestionada zona.

“Es un proyecto bueno, una obra positiva, digo, qué bueno que lo hicieron, porque era una necesidad de los ciclistas y les dieron su lugar. Pero también se hizo en una zona conflictiva y nunca consultaron a los ciclistas. Además tienes que mantenerla para que la inversión sea buena y esto último no se ha hecho”,  señaló Miguel Ángel Báez, presidente del grupo Ciclopista, el de mayor antigüedad y número de integrantes de ciclistas en Tijuana.Báez recalcó que la falta de uso de este espacio se debe principalmente a que no existe una atención adecuada sobre el espacio por parte de las autoridades, lo que no brinda una seguridad para el ciclista.

“El problema número uno es que no se le da mantenimiento, limpieza, no se respeta el reglamento que dicta no estacionarse sobre los carriles, ya que cuando transitamos por esa zona nos topamos con carros obstaculizando nuestro camino, por la falta de autoridad. Por ejemplo, en las afueras de la zona de la Central de Abastos siempre hay autos estacionados ahí. Asimismo, el transporte público invade nuestro carril para subir y bajar pasaje, y la autoridad no hace nada porque no está presente. La verdad hace falta crear un reglamento oficial que regule a los ciclistas y automovilistas en la Ciclovía”, consideró.

Mientras la Ciclovía carece de mantenimiento y uso, hay otro espacio para los ciclistas que acaba de ser reactivado por el propio Ayuntamiento. Se trata de la Ciclopista, espacio que fue construido durante el trienio de Jorge Ramos y que se ubica en las inmediaciones del canal de la Zona del Río, el cual abarca desde el puente peatonal del centro comercial Plaza Río, hasta el puente que se encuentra entre el Hospital General y la Unidad Deportiva CREA, sumando una distancia de casi dos kilómetros.

Luego de estar descuidado y sin mucha utilidad, el sitio para pedalear ha sido reactivado y recibe mantenimiento por parte del Instituto Municipal del Deporte (IMDET), motivando a los usuarios a volver.

“Cuando empezamos la administración era un tema recurrente para atender, ya que el espacio lucia muy deteriorado e inseguro. Pero ahora nos enfocamos en regresar a este espacio y ponerlo en forma dentro del programa de ‘Recuperación de Espacios Deportivos´. Por medio de patrocinios comenzamos a limpiarlo, pintarlo y colocamos señalamientos, pero como es una zona federal no podemos invertir en algo que no le corresponde al Ayuntamiento, así que poco a poco la reactivamos. En este momento, creo que se encuentra en muy buen estado, ya logramos asegurar la zona sin indigentes, ya que contamos con seguridad durante todo el día, con rondines de una patrulla municipal”, comentó Komar Rivera, director del IMDET.

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Al no contar con alumbrado, se recomienda sea utilizado hasta las cinco de la tarde, siendo entre las dos y cuatro cuando mayor cantidad de personas se concentra en este sitio, que además es bien visto por corredores y caminadores.

Respecto a la Ciclovía, Rivera manifestó que se trata de un tema de movilidad y no deportivo: “Desgraciadamente nosotros no tenemos una cultura vial, ni como peatones ni como automovilistas. Creo que por ahí tenemos que empezar,  respetar a los demás. El espacio está ahí, y la falta de uso de la Ciclovía se debe simplemente a la falta de cultura”.

Por su parte, Miguel Ángel Báez, de Ciclopista,  reconoció que el IMDET  le ha puesto ganas a la Ciclopista.

“Nosotros como grupo (Ciclopista) lo retomamos, tratando de ponerlo en forma pintándole colocándole letreros. Ahora las autoridades lo han retomado y lo han puesto en uso nuevamente, eso ha provocado que regrese la gente a este espacio”, resaltó Báez, quien dirige al grupo Ciclopista, el más longevo en la ciudad, con más de 15 años y 600 miembros activos que participan en paseos urbanos los miércoles y los domingos, a las siete de la noche y ocho de la mañana, respectivamente.


 

Empatía sobre ruedas

El tijuanense Roberto Gallegos y su pareja, Annika Wachter, de origen alemán, suman poco más de cuatro años de viajar por el mundo en bicicleta, ciclo-viaje que iniciaron en septiembre de 2011 en Alemania, y que continuaron por Malasia, China, Australia, Nueva Zelanda, Hawái, Alaska,  Estados Unidos y Tijuana; aventura que promueven como una forma para desarrollar el potencial enfático, el cómo la bicicleta puede convertirse en una nave para conectarse con otras realidades, culturas y gente.

Gallegos y Wachter alimentan el portal www.tastingtravels.com con sus experiencias en los pueblos, personas y culturas con las que conviven al viajar en bicicleta, a fin de promover los ciclo-viajes como un modelo para cultivar empatía, pues argumentan, la mayoría de los males en el mundo se desarrollan a falta de ella: “Queremos que la bicicleta sea un medio para que como seres humanos nos conectemos con otras realidades, y desarrollemos la empatía”, citó Gallegos a ZETA, para complementar que para realizar este tipo de viajes no se requiere de alguna capacidad atlética superior.

Foto: José Agustín Reyes Díaz de León/Roberto Gallegos

Foto: José Agustín Reyes Díaz de León/Roberto Gallegos

Ser curioso por los demás, aprender a escuchar y leer expresiones corporales, emprender nuevas  actividades, establecer conversaciones y volverse vulnerable ante los demás, son algunos de los hábitos que desarrolla un ciclo-viajero como Roberto y Annika, quienes el miércoles 27 de enero presentaron la charla “Ciclo-viaje: Un Modelo para Fortalecer la Empatía” en el CEART Tijuana; plática que desean llevar de Tijuana a Cancún, luego a Cuba y culminar su viaje en Alemania, con la idea de inspirar a más personas a salir a explorar su entorno a nivel local, regional, nacional e internacional.

Gallegos enfatizó que pedalean un promedio de 50 a 80 kilómetros por día, que por lo regular buscan un lugar donde dormir, comer y bañarse, han conseguido patrocinadores en el mismo viaje, logrado visas de trabajo en Lao, han laborado en Nueva Zelanda como lava-trastes o haciendo pizza para continuar su aventura; además de encontrarse con diversos viajeros, desde mochileros, motociclistas, familias completas en bicicleta, y personas de 17 a 65 años haciendo tours por el mundo, su país o la región. (ZETA/ Roberto A. Partida Sandoval)

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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