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miércoles, mayo 15, 2024
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Otra lista (para quedar igual)

Pasándose de listos, en un hecho inédito, diputados del PRI controlados -todavía, pues entonces Chris López no había tomado las riendas del tricolor- por René Mendívil, denostaron la lista que desde el Tribunal Superior de Justicia les hicieron llegar para la selección de un Magistrado que integre ese poder. Aliado con Enrique Acosta Fregoso, apoyado aun cuando por otros intereses, por el diputado Juan Molina, e incluso por algunos panistas que fueron lampareados, Mendívil se encargó de que ninguno de los cinco aspirantes que aprobaron los tres exámenes -una en el formato original, cuatro en una segunda evaluación- obtuviera la mayoría de votos (17) para ser nombrado Magistrado. La grilla política, electoral, judicial y de partido la inició Mendívil incluso antes que la lista llegara al Congreso, cuando solo una de 25 originales aspirantes había pasado los tres exámenes, el teórico, el práctico y la presentación. Se trató de la jueza Lourdes Molina, de quien Mendívil dijo, era recomendada del Secretario de Finanzas, Antonio Valladolid, y del hijo del director de El Mexicano, Eligio Valencia Alonso. Esa presunción, no necesariamente una realidad, fue suficiente para que el diputado priista denostara la capacidad de la jueza y forzara, junto con sus diputados afines, impulsar a dos aspirantes que aprobaron en la reevaluación: Víctor Flores y Marcelino Zepeda. Los otros dos aspirantes, de plano, no tenían ni oportunidad desde el punto de vista del legislador. En un escenario político, de una elección interna de partido, de una selección de jefe de sector o de representante de partido, la estrategia de Mendívil sería adecuada, finalmente en los institutos políticos no están los más capaces ni los más preparados, sino los mejores conectados, los que tienen más relaciones y están cerca del poder central; pero cuando se trata de la selección de un representante de uno de los tres poderes que integran el Estado Mexicano, la actitud pandilleril asumida por el priista refleja la pobreza en las representaciones populares y los intereses ajenos a la justicia y la equidad, que debieran imperar en las decisiones de un Congreso cuyos miembros fueron electos para representar a los gobernados, no para defender causas personales o intereses particulares. Debido al poco compromiso que los diputados encabezados por Mendívil tienen por el derecho y el recinto camaral, por primera vez una lista fue regresada al Tribunal. Y no refleja este acto un escenario de competencia feroz entre aspirantes capaces que, de tan preparados, dividen opiniones, sino una lucha feroz desde el Poder Legislativo para controlar al Poder Judicial. “La decisión en el Congreso se politizó”, dijo acerca de la acción de regresar la lista al Tribunal Superior de Justicia, Jorge Armando Vázquez, Presidente de dicha instancia y titular del Poder Judicial en Baja California. Pero como la medida fue legal… Vaya, los diputados actuaron con el interés que si no ganaban a la primera cualquiera de sus dos candidatos, mejor tronaban el proceso, para lo cual estaban facultados, ahora en el Tribunal deberán reponer el proceso en general. Hace unos días, otra vez se publicó la convocatoria dirigida a los especialistas del Derecho para que se inscriban y participen en la selección de un Magistrado para el Tribunal Superior de Justicia de Baja California. Para llevar a cabo el proceso y la integración de una nueva lista. En el Poder Judicial tienen 30 días, ni uno más. En ese lapso recibirá las nuevas solicitudes, supervisará validez de documentos, entrevistará a los postulantes, realizará el examen psicométrico, el de valores, el de conocimientos, el práctico, la entrevista y quienes aprueben todos, sus nombres serán integrados a los cinco de la lista que fue rechazada por el Congreso del Estado. De esa nueva lista, cuyo orden se integrará en primer lugar a quien más puntaje tenga, considerando todos sus méritos y resultado de exámenes, y de ahí el resto de los participantes, los diputados deberán votar otra vez y otorgarle a uno los 17 votos necesarios para convertirse en Magistrado. Pero si los diputados, como fue el caso del jueves 5 de noviembre de 2015, no se ponen de acuerdo y truenan una vez más la votación para que ninguno alcance la mayoría, la Ley indica que de esa segunda lista, en automático, al no haber acuerdo entre los legisladores, se nombra Magistrado al primero de la lista y punto. ¿Y quién está hasta el momento en primero de la lista? Marcelino Zepeda, uno de los dos candidatos de René Mendívil y Enrique Acosta. Es decir, no lo aprobaron en la primera ocasión y si en la segunda no se ponen de acuerdo, será Magistrado y ya. A pesar que en la evaluación original no aprobó el examen práctico.  Por supuesto, el primer lugar de la lista no lo tiene asegurado el juez de Ensenada, falta ver que de los nuevos aspirantes alguno obtenga una mejor puntuación, o los números de los que ya fueron seleccionados se muevan. Pero la estrategia del priista ha funcionado -de no moverse la tabla- para en la segunda ocasión, ahora sí, ubicar en el Poder Judicial a un aliado (con respeto para el juez Zepeda, a quien han arropado los priistas). Entonces legará Mendívil, un Poder Judicial infiltrado por la política y la negociación, justo antes de renunciar a la diputación para dedicarse de lleno a su aspiración -ya frustrada en tres ocasiones- de ser candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Tijuana.


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