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martes, mayo 7, 2024
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Emergen del capullo

Simulando el recorrido migratorio de la mariposa monarca, el ahora trío mexicano de rock, La Gusana Ciega, produjo su octavo material discográfico en Canadá, para luego publicarlo en su santuario azteca, acumulando hasta hoy su primera nominación al Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum de Rock y la culminación de la promoción del mismo álbum en marzo próximo, en el Auditorio Nacional. “San Miguel”, “Tiempos para Amar”, “Perder o Jugar”, “No Necesito Nada”, “Sobre Final”, “No te Puedo Olvidar”, “Tú Volverás”, “Más Grandes”, “En  Abril” y “Escapar de Noche”, son los títulos que conforman la última producción de La Gusana Ciega, que en el marco de la séptima edición del festival Fusión Arte, de CESUN Universidad, aprovechó para presentarla en Baja California. La banda conformada por Daniel Gutiérrez (guitarra, voz), Germán Arroyo (batería) y Luis Ernesto Martínez (bajo, coros), platicó con ZETA respecto a la experiencia de por vez primera grabar un álbum de la mano de un productor externo, lejos de casa, con cambios en la composición, el acometido de mantenerse vigentes en la industria y el posible gramófono como reconocimiento a su trabajo. — ¿Por fin la Gusana Ciega se convirtió en mariposa? “El disco lo hicimos en Vancouver, Canadá, y el estudio donde grabamos se llamaba Monarca, luego entendimos que el proceso de hacer el disco allá, y traerlo para acá tenía mucho que ver con la migración de la mariposa monarca que viaja de allá a México. Nos gustó visualmente lo que podíamos hacer con el disco”, relató Luis Ernesto. — ¿Como si después de tanto tiempo emergieran del capullo?      “Creo que cuando estábamos en el título del disco, pensábamos en algo que pudiera redondear el sentimiento de la grabación, la temática, los detalles, y nos venía a la mente la cuestión de la mariposa monarca, incluyendo todos esos símbolos y que el gusano eventualmente se transforma en mariposa; sentíamos que este disco representa ese momento de la banda, el proceso de grabación, el nivel de composición, y cosas que nos hacen sentir muy seguros. En efecto, salimos del capullo, como si nos salieran las alas. Es maravilloso”, expresó por su parte Daniel, líder de la agrupación. — ¿Qué supone haber registrado sus últimas composiciones en Canadá? “Primero, que fuimos por primera vez al hielo (risas). Creemos que supone una suma de  experiencias, pero haber conocido a Howard Redekop fue una bendición, hizo un excelente trabajo. Ir a Vancouver a encontrarnos con el productor, era algo que estábamos buscando. Nos gustaban algunos de los grupos que él había producido. Lo que estábamos buscando era alguien que nos ayudara a hacer un upgrade, un elemento externo, y corrimos con buena suerte”, indicó Germán. — Musicalmente se notan cambios, ¿es madurez musical o experimentación? “Hay canciones en las que le dimos más peso a los pianos que a las guitarras eléctricas, pero son temas que así trajo Daniel a la mesa, composiciones en piano, pero no todo el disco es así. Sin embargo, nos gusta mucho ir experimentando con la música que creamos. “En este disco, uno de los cambios es que tratamos de que hubiera más espacios, menos líneas de guitarra. Hay canciones de otros discos que tienen hasta 12 guitarras en un mismo track”. — Se palpa una Gusana Ciega más orgánica… “Es parte de eso, tuvimos una especie de lineamiento, que se grabara lo que se pudiera tocar en vivo, sí grabamos algunos arreglos, pero había una consigna de dejar esos espacios para que se escuchara el cuarto de la batería, el reverb de la guitarra y los efectos de voz, porque cuando tienes tantas cosas puedes generar una textura muy padre, pero impide escuchar los detallitos. Nos gustan que se escuchen los ruidos de los amplificadores, y sobre todo, logramos con Howard pre producir el disco dos meses antes, y hacer cambios en grupo, probar cosas en vivo, lo que le dio esa vitalidad orgánica que se escucha en las canciones, y esos cambios se notan quizá por el hecho de tener un productor que toma esas decisiones creativas que ponían un poco tenso al grupo”, explicó Daniel. — Un disco se prepara para sonar en vivo, ¿es el caso de “Monarca”? “Sí, no sólo fue una banda en una sesión en vivo, logramos arreglos para esos espacios de la voz. Algo que siento que fue interesante a nivel de composición, es que veníamos de estar tocando en festivales grandes, de mucha gente, yo tocando en ellos sentía que necesitábamos algunas canciones épicas, y a la hora de componer hay un par de canciones en el disco que sí parecen eso, más coreables, para tener a 10 mil personas cantando. Teníamos como canciones de club, y necesitábamos energéticas, coreables en el estadio, que funcionaran en esos momentos”. — ¿Es quizá esa suma de cambios, la construcción de su camino al Grammy? “No nos queda más que pensar que sí, que es un disco grabado en Canadá, con un productor, que cambiamos el método, pero uno hace un disco sin saber qué va a pasar, pero yendo para atrás, creemos que sí han sido buenas decisiones seguidas, y lo único que te podemos asegurar es que no ha sido nada fácil. La nominación llega en un muy buen momento, además, es un muy buen disco”, coincidió el trío mexicano. Ante unos mil 500 asistentes, La Gusana Ciega regaló su música por espacio de 90 minutos en las inmediaciones de Plaza Pueblo Amigo, en Tijuana, donde comprobó su vigencia entre los fronterizos que se dieron cita el sábado 7 de noviembre, días previos a la celebración de la ceremonia del Grammy Latino, en  la que están nominados.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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