Agradecido con Dios por darle una nueva oportunidad de vida, después del accidente automovilístico que a inicios del mes sufrió en Guadalajara, Jalisco, Alejandro Fernández llegó puntual a la cita que tenía con sus fans de Tijuana, tras siete años de ausencia. Cargado de buena vibra y feliz de ver una plaza con 12 mil fanáticos eufóricos por vivir sus “Confidencias”, Alejandro se mostró complaciente y entregó dos horas 20 minutos de historias repartidas en tres segmentos: éxitos del ayer y hoy con su orquesta, los clásicos que son interpretados con maestría acompañado del mariachi, y el homenaje que hace a su padre, Vicente Fernández, con esos temas emblemáticos del “Charro de Huentitán” que forman parte del cancionero nacional. “Cóncavo y Convexo”, “Cuando Digo tu Nombre”, “Hoy Tengo Ganas de Ti” y “Canta Corazón”, resonaron en la Plaza Monumental, que se revistió de una impecable escenografía con pantallas gigantes, luces robóticas y una inmensa cortina que proyectó imágenes del artista. “Muchísimas gracias, ¡muy buenas noches, Tijuana! Qué rico y ‘padre’ es estar aquí nuevamente con todos Ustedes. Estoy muy contento y agradecido con la vida por permitirme estar esta noche aquí con todos Ustedes, de regreso a los escenarios”, expresó “El Potrillo” con una gran sonrisa en su rostro. “Como mucha gente sabe, hace unos días me llevé un gran susto en un accidente y hoy quiero dedicar este concierto a nuestro señor Dios, por darme una oportunidad más y regalarme más momentos de poder estar aquí con todos Ustedes, haciendo lo que me gusta. Muchísimas gracias por todo su cariño de tantos años, esperamos que se la pasen increíble, que después de pasar de la Monumental Plaza de Toros para acá, se hayan olvidado de todos sus problemas, que esta noche nos la vamos a pasar increíble. Ya tenía muchas ganas de cantarles y de contarles muchísimas cosas. ¿Están listos? Tijuana, los quiero mucho, ¡gracias!”. 
Sería el tercer concierto que Fernández ofrecía después de su accidente, y aun con una costilla rota y dolor en una pierna lastimada, se entregó totalmente, arrancando la efervescencia de los presentes cuando reapareció en el escenario portando con orgullo su traje de charro para entonar temas como “Mátalas”, “Qué Lástima”, “Si Tú te Vas”, “No”, “Sin Tantita Pena”, entre otras más. Invitó a cantar con todo el corazón, brindó por la vida y con el sentimiento a flor de piel, nuevamente agradeció a su público por haber estado pendiente de su salud, por acompañarlo en esa noche especial, en Tijuana, en una ciudad a la que extrañaba. Después regalaría un set acústico: “Me Dediqué a Perderte”, “No Sé Olvidar” y “Si Tú Supieras”. Para el final de su espectáculo, dijo: “Mi veneración, mi admiración y mi cariño, para mi confidente y mi maestro. La herencia musical de mi padre para todos Ustedes”. Y acompañado de 12 mil personas cantó “Las Llaves de mi Alma”, “Acá entre Nos”, “De qué Manera te Olvido”, entre otros éxitos del “Ídolo del Pueblo”, sellando así un espectáculo en el que Alejandro Fernández se vio feliz y muy complaciente.
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