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domingo, abril 7, 2024
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Rush y su épica celebración

Los fanáticos del legendario grupo canadiense no solo disfrutaron de un séquito de canciones emblemáticas que los han colocado como una de las bandas más poderosas del rock a nivel mundial, sino que fueron testigos de un recorrido por esos 40 años en los que Geddy Lee, Alex Liferson y Neil Peart han cimentado las bases de su música. “R40” fue el título que la agrupación escogió para recorrer 34 ciudades de Norteamérica y dejar huella en cada uno de los seguidores que pudieron ver cómo Rush los transportó de un tiempo a otro, cuando el entablado que comenzó siendo una escenografía de  última tecnología, terminó con un par de amplificadores de cada lado, montados en sillas como único apoyo de audio y el talento sin precedentes de tres músicos que se apoderaron de la voluntad de los presentes, desde el inicio del show hasta su final. Fue en marzo de 1974 que Rush lanzó su disco debut, y hasta la fecha han coleccionado 21 álbumes de estudio, 10 en vivo y 11 compilatorios; obteniendo 24 discos de Oro, 14 de Platino y tres Multiplatino, posicionándose en el tercer lugar solo detrás de Los Beatles y los Rolling Stones, por la mayor cantidad de álbumes de Oro y Platino para una banda de rock. Con ese indicio en su carrera, y cargando bajo el brazo su disco número 21, titulado “Clockwork Angels”, la banda hizo un recorrido por su discografía, revistiendo el entablado con escenografía de sus diferentes giras a lo largo de 40 años, así como los instrumentos que usaban desde sus inicios hasta la fecha. Con un show agotado, Rush inició su espectáculo a las 7:50 pm, bajo los acordes de “The Anarchist” para inmediatamente poner a latir con gran intensidad los corazones de los fanáticos que vivirán la conclusión de una de las giras más representativas de la banda. Neil Peart, Geddy Lee y Alex Lifeson hicieron suyo el entablado, y con temas como “Headlong Flight” y “Far Cry”, cargaron con una revolución de sentimientos al público, mientras las imágenes de estos se proyectaban en tres pantallas colocadas detrás de ellos, y como escenografía, la cual fue cambiando en el trascurso del show, del lado izquierdo se observaban cuatro lavadoras; mientras que del derecho, un megáfono gigante contaba parte de la historia de la icónica agrupación. “Buenas noches, California, nos agrada estar de vuelta y tenemos un montón de canciones para Ustedes, celebrando solamente 40 décadas y todo gracias a ti, acompáñenos a un viaje al pasado”, saludó el vocalista Geddy Lee a sus fanáticos. La reacción en el graderío fue de tal magnitud que el inmueble retumbaba, ante los altos decibeles que emanaron de 18 mil gargantas. Dividido en dos partes, que les llamaron sets, el primero se caracterizó por presentar temas de sus últimos discos, desde los más actuales hasta finales de los 90s, con “The Main Monkey Business”, “One Little Victory”, “Animate”, “Roll the Bones”, “Distant Early Warning”, “Losing It (with Jonathan Dinklage)” y “Subdivisions”. Cabe destacar que antes de interpretar “One Little Victory”, Geddy Lee hizo una pausa para dirigirse a los fans: “Ahora vamos a tocar una canción que significó mucho para nuestra carrera”, un tema alusivo al momento difícil que pasó Neil Peart cuando perdió a su esposa e hija en distintos acontecimientos, pero casi en la misma época (seis meses de diferencia), situación que lo alejó de Rush por un tiempo y del mundo de la música, para montarse en su motocicleta y viajar alrededor del mundo. Para la segunda parte, el tren musical llevaría al público por la historia que el trío canadiense quería contar, comenzando en los 80s para culminar a finales de los 70s, que con la ayuda del personal de mudanzas que está estampado en el álbum “Moving Pictures” (1981), parte de su equipo de trabajo, iban quitando poco a poco la escenografía alusiva a aquellos años en el que la banda no usaba ciertos materiales  o parafernalia en sus shows, dejando lo más esencial. Mientras los músicos hacían lo propio en cuestión de instrumentos en el transcurso de temas como “Tom Sawyer”, “Red Barchetta”, “The Spirit of Radio”, “Jacob's Ladder”, “Cygnus X-1 Book Two: Hemispheres-Prelude”, “Cygnus X-1 Book One-The Voyage: Part 1”; para luego cederle el escenario al maestro de maestros, Neil Peart, y ejecutar como solo él lo sabe hacer, el tradicional solo de batería (una réplica de la original de 1978), acción que fue un éxtasis para los oídos de los presentes. Cada que transcurría el concierto, con menos escenografía pero con el mismo ímpetu que manifestaron al inicio del show, los canadienses continuaron el recorrido con “Cygnus X-1 Book One-The Voyage: Part 3”, “Closer to the Heart”, “Xanadu”, “2112 Overture/The Temples of Syrinx/Presentation/Grand Finale”, echando toda la carne al asador para ofrecer un cierre que quedará en la memoria de los fanáticos, pues, después de deleitarlos con los clásicos “Lakeside Park”, “Anthem”, “What You're Doing” y “Working Man”, los músicos se despidieron de una manera inusual, con Neil Peart abrazándolos; situación que el baterista jamás hace en sus conciertos, al grado que Geddy Lee comentó por micrófono: “¡Vaya, esta sí que es una sorpresa!”, ya que este, en cuanto deja de sonar el último acorde musical, abandona el escenario corriendo y sin decir adiós, muy característico de él. Sin embargo, esa noche, la del 1 de agosto, era un momento muy especial. La conclusión de una gira, y tal vez, de un encuentro que durará muchos años para que se vuelva a dar. “Gracias, Estados Unidos de Norteamérica, por estos grandiosos 40 años, espero en realidad podernos ver de nuevo”, expresó Geddy Lee a manera de despedida. Entre gritos, cánticos y una euforia desmedida, se vivió el último día de la gira de Rush, que quedará en la memoria de 18 mil testigos de una celebración épica, llena de gratas sorpresas.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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