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lunes, abril 8, 2024
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Rodríguez Ríos acusa de plagio al ICBC

El director de la empresa Artificio Medios, Rafael Rodríguez Ríos, acusó de plagio al Instituto de Cultura de Baja California (ICBC), reclamando al titular del organismo, Manuel Bejarano Giacoman, por haber publicado el libro “La desalmada palabra”, de Francisco Morales (compiladores, Julieta González Irigoyen y Óscar F. Contreras Montellano), sustrayendo partes del original elaborado por el reclamante y por el cual -después de cinco años- no ha recibido pago alguno de parte del organismo cultural. El libro fue presentado en la pasada Feria del Libro de Tijuana como parte de un reconocimiento al connotado poeta Francisco Morales. Rodríguez Ríos envió un documento al director general del ICBC, donde reclama el plagio que ha sido objeto por sus derechos autorales, señalando que “de manera dolosa ha eliminado de la página del libro toda mención a mi participación en la realización de la obra”. El libro es parte de una deuda que Rodríguez asegura viene arrastrando con el ICBC desde las dos anteriores administraciones como parte de una serie de acuerdos con el ex titular, Ángel Norzagaray, y que posteriormente fueron incumplidos por su sucesor, Moisés Galindo. De acuerdo a lo señalado por el editor, el adeudo suma cerca de un millón 390 mil pesos (ZETA, 9 de marzo 2015). Por eso hace referencia en el escrito enviado a Bejarano que él tenía conocimiento de que la obra está en poder de la institución, terminada a medias, faltaba el empaste, pero el trabajo se detuvo en su momento debido a la falta de presupuesto del organismo cultural. “A sabiendas de todo ello y consciente del compromiso contractual que el ICBC tenía con mi persona y con mi empresa editorial, decidió correr la apuesta de su publicación por aparte de nosotros, desconociendo el trabajo realizado por mí como profesional de la edición y por mi empresa como proveedora de servicios editoriales y de impresión para el Instituto de Cultura de Baja California”. De acuerdo a la versión  del editor, “dolosamente se optó por la ruta del plagio”, bajo la premisa de que se buscaba justificar que se trataba de otra obra. Y aunque refiere que se eliminó el crédito del diseño de portada pero, olvidando tramitar un nuevo ISBN (Número Estándar Internacional de Libro) ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor, “lo que  no pudieron eliminar fue el rastro de mis correcciones y aportaciones editoriales presentes a lo largo del texto”.  Rodríguez menciona casos específicos como el prólogo, algunas páginas, las dimensiones, la tipografía y, en suma, solicita que la difusión y distribución del libro sea detenida de inmediato.   Bejarano responde “No corresponde a la realidad”, asume por su parte del director general del ICBC, Manuel Bejarano Giacoman, quien de entrada explica que ya se han reunido con el contralor del Estado, Bladimiro Hernández, el propio Rodríguez y él, como titular del Instituto, para buscar la forma de cubrir el monto que el editor señala que le deben. “Tratamos de encontrar una manera de que se atienda su reclamo, con base a lo que realmente existe, lo que realmente quedó aquí”, expone el titular del área de cultura en el Estado, sin embargo, “desafortunadamente carece él de documentación que soporte, contratos, facturas”. De acuerdo a Bejarano, Rodríguez ha hecho referencia de que se trató de acuerdos verbales, que había una referencia implícita de créditos, esto en la administración de Ángel Norzagaray al frente del ICBC y que luego fue suplido por Galindo. Bejarano acepta que existen algunos libros de los señalados por Rodríguez que se encuentran en la bodega del Instituto y que están buscando la manera de cómo reconocer el adeudo -con el apoyo de Contraloría- para con eso acudir a la Junta de Gobierno del ICBC y gestionar el pago. En el caso del señalamiento de plagio, Bejarano menciona que el autor Francisco Morales señaló que no había quedado conforme de lo que “se había estado trabajando”, y pidió rehacerlo, prácticamente partiendo de cero. El funcionario muestra el crédito en el libro a Editorial Artífices para el diseño de portada. “Esta portada la elaboró cuando trabajó para el Instituto de manera externa”, explica, el funcionario, e igual argumento tiene para la gestión del ISBN. Sobre otras modificaciones que se hicieron del libro, Bejarano indica fue responsabilidad del autor, Francisco Morales. En cuanto al por qué hacer un nuevo libro si ya había uno avanzado, asume: “Con la situación que ha existido y todo el jaloneo que él ha planteado, no fue lo que se consideró en su momento. Por supuesto que no hay plagio”, sostiene Bejarano en alusión a los señalamientos, e insiste que está en trámite el procedimiento para saldar el adeudo del ICBC con el editor. A su vez, Rafael Rodríguez considera absolutamente falso que el autor Francisco Morales haya sido el responsable de las modificaciones señaladas, y cuestiona que Bejarano no asuma la responsabilidad del plagio, además,  advierte que interpondrá una demanda legal. Ya envió la información a funcionarios del Fondo Regional para la Cultura y las Artes, así como del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) para que “en apego a la Ley detengan la circulación del libro hasta que el problema sea resuelto”.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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