Por segundo año consecutivo se celebró el festival “Porque Amamos el Rock”, cuya edición 2015 se concretó en los instrumentos y voces del desatado grupo mexicano Víctimas del Dr. Cerebro, el pop electro-rock del trío chileno La Ley, y la banda argentina que más ha visitado Tijuana, Enanitos Verdes. En el contexto de una pelea de box que acaparó la atención en la ciudad, unos 5 mil tijuanenses se unieron a la fiesta rocanrolera del sábado 2 de mayo en las instalaciones del Parque Morelos, donde las guitarras, bajo, batería y teclados dibujaron el ayer en múltiples episodios reconocidos. Los primeros en trepar al escenario insertado en las inmediaciones del pulmón del Este de la ciudad fueron las Víctimas del Dr. Cerebro, quienes comandadas por Chipotle, Rana y Abulón (padre e hijos), tres personajes de familia, se apoderaron de los presentes pese a la apatía de interactuar con la agrupación. Con temas extraídos de álbumes como “Tecnopal”, “Brujerías”, “Boutique 2000”, “Fenómenos”, “Invencibles” y “Fantasma”, los rockeros mexicanos hicieron cantar y bailar a los reunidos, a quienes maniataron con los versos de “Suena mi Esqueleto”, “Ya tus Amigos”, “La Tamalera” y “El Cadáver del Amor”. Acertado en sus comentarios, Abulón lanzó su postura sobre lo que la gente acepta escuchar como rock. Inmerso en un festival del mismo género, el vocalista aceptó que las bandas viven del recuerdo porque su público no exige evolución: “Nos hemos vuelto conformistas, y seguimos escuchando lo mismo”, apuntó. Oriundos de Ciudad Nezahualcóyotl, el combo de músicos inyectó dosis de nostalgia, pero también promovió su más reciente placa discográfica “Sobrenatural”, de la cual se desprende el tema “Bello y Deforme”, parte del repertorio de la gira “3D Monster” que se sumó a “Porque Amamos el Rock”. Luego de una pausa que se prolongó por más de treinta minutos, las bocinas del entarimado dejaron escapar las primeras notas musicales de “Día Cero” del disco “Invisible”, con el que el grupo chileno La Ley, liderado por Beto Cuevas, alcanzara la cima de Latinoamérica a mediados de los noventa. 
Firmes en presentar un recorrido musical del ayer, La Ley, conformada por Cuevas, Pedro Frugone y Mauricio Clavería desmenuzó canciones como “Mentiras”, “El Duelo”, “Aquí”, “Animal”, “Más Allá”, “Fuera de Mí”, “Histeria”, “Doble Opuesto”, “Tejedores de Ilusión” y “Cielo Market”, entre otras que los consagraron en otros tiempos. Luego de su reencuentro el año pasado, el trío ha aprovechado para girar por el continente y administrar dosis del ayer, composiciones que a juzgar por sus registros sonoros, carecen de evolución musical y distan por su reciclaje pop, tintes comerciales y melodías de estructura poco arriesgada. De pie al centro del escenario, en una noche de Luna Nueva, Beto Cuevas no se cansó de agradecer a Tijuana y de repetir sus “buenas noches” después de cada canción, regalando una velada en la que incluyó temas de sus discos “Invisible”, “Vértigo”, “Uno”, “Libertad”, “Historias e Histerias”, “Doble Opuesto” y “Desiertos”. Ilustrando sus versos en las pantallas de leds, La Ley llevó a su público a un episodio atípico en la ciudad, entretejiendo la historia y los capítulos de los personajes que aprovecharon el recital para convertirlo en un auténtico karaoke que se prolongó con la participación de los intérpretes de “Mi Primer Día sin Ti”. Como una trilogía rocanrolera, la velada del primer sábado de mayo se completó con la presencia del trío argentino Enanitos Verdes, quienes en las primeras horas del domingo arribaron al templete para ilustrar “Cordillera”, “No me Dejes”, “Cada Vez”, “Mariposas”, “Pinceladas”, “Eterna Soledad”, “La Muralla Verde”, “Guitarra Blanca”, “Lamento Boliviano”, “Luz de Día”, “Mejor No” y “El Viejo”. Marciano Cantero y los hermanos Staiti, Felipe y Juan Pablo, enamoraron de inicio a fin a los bajacalifornianos con sus baladas rockeras, mismas que han hecho su propia historia en la ciudad, a la que han visitado más en su carrera artística, y en la que volvieron a presentar temas de su última placa discográfica “Tic Tac”. Inmersos entre una población rockera, Enanitos Verdes demostró estar agradecido con el cobijo de los tijuanenses, a quienes dedicaron más de 90 minutos de canciones y melodías que revivieron su propia nostalgia y la de los presentes que pudieron observar a detalle lo que ocurrió en el escenario, gracias a la colocación de diversas pantallas gigantes. Coloreado el entorno con el clásico negro en los atuendos, “Porque Amamos el Rock” logró concretar su segunda edición, pero no consolidarse como un concepto/festival si se le compara con la asistencia del primer encuentro sonoro bajo ese nombre (convocando a 15 mil asistentes), en el que también participaron los Enanitos Verdes, además de La Lupita y La Castañeda. 
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