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domingo, febrero 18, 2024
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“Poesía Reunida” de Rosina Conde

Aunque Rosina Conde tuvo “prohibida la escritura” en la década de los 70, eso no fue impedimento para que buscara su propia voz literaria, tanto en teatro y narrativa como en poesía. De manera tal que, cuenta Rosina a este Semanario, luego de más de tres décadas escribiendo poesía, ahora propone “Poesía Reunida”, volumen publicado este año por “Desliz Ediciones”. Precisamente, la autora llegó al XII Festival de Literatura del Noroeste (FELINO) celebrado del 12 al 15 de noviembre en las instalaciones del Centro Cultural Tijuana (CECUT) con su “Poesía Reunida”, título que presentó al lado del escritor y profesor de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) Humberto Félix Berumen. En “Poesía Reunida”, Rosina Conde  (Mexicali, 1954), propone toda su obra poética, desde sus primeros títulos como “Poemas de seducción”, pasando por “Textículos de amor gozoso”, “De soslayo”, “Bolereando el llanto”, “Aguardando tu retorno”, “Canción de Eva” y “Pasajes de la Ciudad (canciones)”, hasta “Los Huerfanitos” que, a diferencia de los anteriores, agrupa poemas que no fueron publicados en ningún poemario o plaquette, sino fueron dados a conocer en antologías, revistas, compilaciones y en internet. “Reuní todo lo que estaba publicado, bueno o malo, te soy honesta, para qué ocultarle al lector mis defectos; cuando escribo cuentos mis personajes tienen defectos y tienen virtudes, tienen aciertos, tienen deslices de los que a lo mejor después se arrepienten, entonces yo decidí reunir aquí todo lo que había publicado; o sea, mis poemarios inéditos no están incluidos aquí”, aclara Rosina. “Están tal cual, no les cambié nada”, advierte Rosina Conde al reportero a propósito de que algunos autores prefieren omitir sus primeros poemas o incluso modificar en la edad madura los versos de la juventud. “Tuve prohibida la escritura” Cuenta Rosina Conde al reportero de Semanario ZETA que su predilección por la poesía viene de lejos, por lo menos desde su niñez, gracias a la influencia de sus padres Jorge Guillermo Conde y Laura Mabel Zambada Valdez: “Mi madre escribía poesía, mi padre era compositor; a mis hermanos y a mí nos enseñaron a hablar con poemas, así fue como nos enseñaron a hablar, recitando, repitiendo y aprendiéndonos de memoria poemas; de hecho, mi papá cuando éramos niños nos hacía canciones, por ejemplo, él tenía una canción muy famosa que se grabó en los años 50 y que se repitió, incluso fue famosa en los kínderes, en las escuelas primarias en Argentina, una canción que se llama ‘El sapito’, que grabaron los hermanos Reyes en los años 50, luego se grabó en España, Argentina; esa canción la escribió para nosotros”, rememora la escritora bajacaliforniana radicada en el Distrito Federal. Rosina llevaba la métrica arraigada gracias a sus padres: “Yo empecé con métrica y rima, desde chiquita”. Pero luego, recuerda que emprendió el vuelo a finales de 1971 para ingresar en 1972 a la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde profesionaliza su vocación literaria: “Cuando llegué a la Facultad, llegué al taller de poesía de Hernán Lavín Cerda donde empecé a leer mis poemas, mis compañeras me empezaban a decir: ‘Oye, Rosina, la poesía medida y rimada ya está pasada de moda, eso es decimonónico’, que lo pertinente, lo más moderno, lo que me correspondía de acuerdo a mi generación pues era el verso libre, entonces yo tuve que aprender a escribir en verso libre, afortunadamente no he perdido la facilidad o la habilidad para medir y rimar; de hecho me es mucho más fácil escribir con metro y rima que en verso libre, o sea, el verso libre lo tengo que pensar más”. Cuando se le pregunta a Rosina qué empezó escribiendo, si narrativa o poesía, no duda en contestar al reportero: “Empecé escribiendo teatro, bueno, cuando decidí escribir, lo que pasa es que mi primera obra de teatro era una obra en verso influida por los dramaturgos alemanes que estaban escribiendo en verso, entonces empecé a escribir teatro en verso; mi primera obra de teatro en verso me la rompieron en un arranque de celos en una etapa que tuve prohibida la escritura, entonces empecé a trabajarla de memoria. De hecho, los ‘Poemas de seducción’ (incluidos en ‘Poesía Reunida) son los poemas que rescaté de memoria de esa obra de teatro que estaba yo escribiendo”. — ¿En qué época te prohibieron la escritura? “Por eso terminé con esa relación, estoy hablando de los años 70, obviamente”. Lo demás es historia porque a Rosina Conde le importó un bledo la prohibición y ahora propone “Poesía Reunida” donde convergen más de tres décadas de producción lírica, una poesía diáfana, elocuente y muy apegada a la cotidianidad. “Estamos viendo un principio del 68” Tal como en su obra, Rosina Conde no es ajena a la época ni al contexto social que le ha tocado vivir, también es sensible a los lamentables acontecimientos recientes en el país como los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, estado de Guerrero, desde el 26 de septiembre. “Estoy muy indignada, esto no es más que un pequeño botón de lo que está sucediendo en todo el país; afortunadamente lograron escapar dos de los normalistas, que fueron los que lo dieron a conocer, pero a lo mejor si no hubieran escapado esos dos morros no sabríamos nada; y así como desaparecieron estos 43 estudiantes están saliendo fosas de otros lugares, están apareciendo otros que ni nos habíamos enterado, o sea, el problema es que estamos viendo un principio del 68, como que son los síntomas que se empezaron a ver en ese movimiento que desencadenó en el 68”, sentenció Rosina Conde. A los normalistas de Ayotzinapa (Canción por Rosina Conde) Sólo quiero un octosílabo Para articular mis versos Pa cantarle a los muchachos Porque no tengo consuelo Ya la vida se me escapa Al pensar en lo grotesco De este hecho en Ayotzinapa Que me hiela hasta los huesos.   Son cuarenta y tres hermanos De los que nada sabemos Cuarenta y tres normalistas Cuarenta y tres por lo menos Ya que estos son los visibles Que se suman a los muertos De una estadística absurda Que empezara en el desierto   Sólo quiero un octosílabo Pa cantarle a los maestros A estos maestros en ciernes Que confirman lo dispuesto Por una violencia abyecta Que rechaza el padrenuestro Que motiva el genocidio Que nos impone el silencio   Un silencio de ultratumba Que nos lleva al matadero Que desgarra los sentidos La cordura y el cerebro Porque ellos son una muestra De lo que al rato seremos: Un tumulto en estampida Una bala en movimiento   Sólo quiero un octosílabo Pa gritar mi desconsuelo


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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