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domingo, febrero 25, 2024
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Intelectuales reclaman por violencia

Dos acontecimientos opuestos en México acapararon la atención de medios nacionales e internacionales entre el jueves 2 y el domingo 5 de octubre de 2014. Primero, en esas fechas se desarrollaba el Hay Festival Xalapa en el Estado de Veracruz, bajo la dirección de Cristina Fuentes La Roche, con más de 70 personalidades del arte y la cultura internacional; y por otra parte, se avivaba el cuestionamiento en los medios nacionales e internacionales hacia el Ejército por el fusilamiento de 22 jóvenes en Tlatlaya, Estado de México, además de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Tixtla, Ayotzinapa, del Estado de Guerrero. Si bien es cierto que el Hay Festival Xalapa se desarrollaba en un ambiente festivo por la cantidad de personalidades congregada en la “Atenas Veracruzana”, también era imposible distanciarse de la violencia en el Estado de México y en Guerrero. “Es horrorosa la cosa de Iguala, esta cosa insoportable de Iguala, no puede pasar en un país como México lo de Iguala, simplemente no puede ser, no puede ser que desaparezcan los estudiantes, tenemos internet, tenemos teléfonos, tenemos periódicos, somos un país con libertades civiles. No puede ser que estas cosas pasen, que un policía tenga ese poder, no es posible”, decía Álvaro Enrigue en entrevista con ZETA. El ganador del Premio Herralde de Novela 2013 por su obra de largo aliento titulada “Muerte Súbita” (Anagrama, 2013) y del Premio Ciutat de Barcelona de Literatura en Lengua Castellana en el mismo año, declaraba: “Vivo muy angustiado, quisiera que no fuera así, quisiera que todos estos narcotraficantes se largaran de mi país, yo no los quiero, ni al gobierno ni a los otros; que hagan bien su trabajo en el gobierno, que los ladrones se vayan, que dejen de robar, ¡basta! Creo que la sociedad tiene que encargarse de esto”. El escritor reveló que hace unos años se hartó de vivir en México debido a la inseguridad y que actualmente imparte una cátedra sobre literatura en Nueva York; desde allá comparte su visión sobre la prensa extranjera en torno al tétrico caso de México: “Parecería que la prensa extranjera ha decidido, hasta cierto punto, voltear la mirada del problema mexicano; es decir, creo que hay la decisión consciente en los medios internacionales de creerle a la campaña de relaciones públicas del PRI, y dejar de atender el problema de la guerra interna que padece México”. No obstante a su residencia en Estados Unidos, el ganador del Premio Iberoamericano de Novela “Elena Poniatowska” 2014 reconoció: “La población civil sigue sufriendo como si fuéramos una país en guerra, sigue habiendo secuestros, sigue habiendo desapariciones, sigue habiendo noticias escandalosas de abuso policíaco y noticias escandalosas de abuso civil de parte de los grupos de narcotraficantes que yo no sé qué se creen. Yo no sé de dónde sale esa autoridad para decidir sobre la vida y la muerte de los otros solamente para ganar un poco de dinero, la más banal y ridícula de las razones”. A pesar del nuevo capítulo de la tragedia mexicana, Álvaro Enrigue (México, 1969) manifestó sentimientos opuestos: “Tengo esta decepción que creo que tienen todos los ciudadanos de México y esta fe en que la historia va a curar este problema, eventualmente la curva de violencia tiene que descender, los que están haciendo mal se morirán de viejos porque nadie los meterá a la cárcel, o los meterán a la cárcel cuando ya son inocuos como Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y Héctor Beltrán Leyva; en algún momento se tienen que hartar, los narcos colombianos se hartaron de matar gente, los narcos mexicanos eventualmente encontrarán que pueden hacer mejores negocios como encontraron los narcos gringos también”. Finalmente, el también autor de obras como “La Muerte de un Instalador”, “Hipotermia”, “Vidas Perpendiculares” y “Decencia”, pintó un panorama que muchos mexicanos comparten: “Hay ahí un problema del pacto social (Estado) mexicano que tenemos que resolver o irnos todos. Mi fantasía es ésa: que un día se despierte Peña Nieto y que esté nada más Beltrones, los narcos, Madero, los del PRD, que estén nada más los políticos y los narcos; y todos los que trabajamos todo el día, para que nuestros hijos estén bien, nos hayamos largado a otros países”. Margo Glantz: “México está muy distante de ser un país idílico” Margo Glantz comúnmente es bastante sonriente, pero a la hora de hablar del ignominioso caso de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Tixtla, Ayotzinapa, no había cabida para la alegría cuando expuso a ZETA: “Me da una gran tristeza sobre todo por mis nietos que son maravillosos, ¡qué país les dejamos! Yo ya me estoy yendo, pero mis nietos no. Yo lo que creo es que cada vez va a ir peor”. La narradora que llevaba al Hay Festival Xalapa su nuevo libro autobiográfico, titulado “Yo También me Acuerdo” (Sexto Piso, 2014), comparó la tragedia de Iguala de 2014 en el sexenio de Enrique Peña Nieto con la de Tlatelolco de 1968, en tiempos de Gustavo Díaz Ordaz: “Estamos a 2 de octubre, un 2 de octubre peligrosamente parecido al 2 de octubre del 68 por la cantidad de estudiantes en la calle y por todo lo que ha pasado en Iguala, por todos los que han desaparecido, por los muertos que mató la Policía también en Guerrero, Tlatlaya, y esa cosa de triunfalismo porque toman a un narco, como pasó con Calderón también”. La intelectual de 84 años de edad comparó el sexenio de Felipe Calderón con el de Enrique Peña Nieto y no encontró diferencias, salvo el cambio de arenga triunfalista: “Guerrero está espantoso. Ha cambiado la palabrería, el discurso se ha alterado, el discurso ya no es de guerra, al contrario, es un discurso donde se plantea que se ha pacificado el país, lo que es un discurso totalmente falso, un discurso idílico, porque México está muy distante de ser un país idílico, cada vez se está convirtiendo en un país más difícil de manejar”. Finalmente, lamentó la inanición de Ejecutivo federal: “El Presidente Enrique Peña Nieto aparece con su carita de rorro, con su copete como lo pintan los caricaturistas, muy bien vestidito, con sus corbatas de diseñador y sus esposas de diseñador, pero no hace nada”. Sergio González: “En todas partes están surgiendo focos de descontento social” Otro de los escritores que durante el Hay Festival Xalapa manifestó a ZETA su coraje por las matanzas y otras barbaries en el sexenio de Enrique Peña Nieto, fue Sergio González Rodríguez, quien cargaba con “Campo de Guerra” (Anagrama, 2014), título ganador del 42 Premio Anagrama de Ensayo. “Vivimos en un Estado de simulación, no es un Estado de derecho, es lo que yo cuestiono; mi propuesta es entender estos fenómenos de otro modo: no hablar de un Estado fallido, sino de un Estado alegal, un Estado que funciona por sus disfuncionalidades. Es una contradicción, pero así es”, refirió. En “Campo de Guerra”, Sergio González (México, 1950) desarrolla una visión global del problema del narcotráfico en México y propone conceptos como “an-Estado”, “a-Estado” o “Estado alegal”, y lo relaciona con los fusilamientos de Tlatlaya: “Desde luego, el prefijo ‘a’ es un uso gramatical que tiene que ver con un Estado que está fuera y contra de la legalidad, y es muy importante entender el concepto en relación a los propios hechos del Estado mexicano, donde el Estado es capaz de transgredir sus principios constitucionales y seguir simulando que tiene un Estado de derecho, no se cumple la constitución, no hay respeto a los Derechos Humanos: acabamos de ver el episodio del Ejército en Tlatlaya, donde se ejecuta a 22 personas, esto es un incumplimiento absoluto de la Constitución, donde señala, el primer precepto, el respeto a los Derechos Humanos. “Alegal quiere decir ‘a’, prefijo que viene de fuera y contra la legalidad; entonces, así funciona el Estado mexicano: va simulando que hay democracia, va simulando que hay un orden social, va simulando que los delitos o los homicidios se reducen. Esto es falso, basta el conteo que hace el Semanario ZETA para contradecir las cifras oficiales”. A su vez, lamentó sobre la perorata peñista: “Tenemos un escenario que por un lado se cambia el discurso y ya no estamos en guerra, buscamos pacificar al país, y en la práctica no sucede así, sigue incurriéndose en este tipo de usos y abusos de fuerzas armadas”. También puso en la balanza las gestiones calderonista y peñista: “Yo creo que pasamos de un estado explícito de la guerra contra el narcotráfico a lo que algunos especialistas, y creo yo también estoy de acuerdo, denominan guerra de baja intensidad. Entonces, hay una contradicción, porque si bien hay que reconocer el empeño de cambiar por parte del gobierno actual, en los hechos el Ejército, la Marina y otras corporaciones prosiguen tareas semejantes a las que teníamos durante la guerra contra el narcotráfico con el régimen anterior”. Para concluir, se le pidió su expectativa para los cuatro eternos años que todavía le quedan al gobierno de Enrique Peña Nieto. Su respuesta fue lapidaria: “Lo visualizo con muchos conflictos que ya estamos viendo. El gobierno se ha visto con el choque directo, frontal con la realidad, donde tienes inestabilidad, una sociedad empobrecida con la mitad de la población en pobreza extrema, concentración poblacional en pueblos urbanos donde no hay atención suficiente para las personas. Tienes reprimida a la economía, no hay empleo, el crimen organizado persiste, hay más de 20 millones de armas en México, con eso armas más de una revolución sin control alguno, en todas partes están surgiendo focos de descontento social”. Hugo Hiriart: “Hay dos gobiernos” El encargado de clausurar el Hay Festival Xalapa el domingo 5 de octubre fue el dramaturgo y novelista Hugo Hiriart, con la presentación de “El Águila y el Gusano” (Penguin Random House, 2014), en conversación con Luigi Amara. Antes de su presentación editorial, Hiriart también concedió entrevista a ZETA sobre la delicada situación del México bárbaro (emulando a John Kenneth Turner): “Mientras no se combata de frente y con toda energía la corrupción, no se puede detener ni hacer nada contra el narcotráfico, el gobierno no es el narcotráfico, el gobierno es la corrupción infinita de los policías, de los políticos, de los financieros. ¿Sabe hasta dónde va a llegar cuando se aclare eso, la colaboración con el narco? Nada más imagínese que el gobernador de Michoacán era un empleado de ‘La Tuta’, fíjese hasta dónde llega”. El autor reprobó la política de inseguridad de Enrique Peña Nieto comparada con la de Felipe Calderón: “Luego, están con la pésima política de Calderón de combatir de frente y apresar a los narcos, así no se resuelve nada, nada más se gasta el dinero a lo loco, evidentemente es una tontería, la cosa es infiltrar al narco. “Hay más de 250 mil desplazados, ése es el problema. Usted oiga hablar a un político, al Presidente Enrique Peña Nieto, al procurador, a alguien de cobro de derecho de piso, no existe para ellos; es espeluznante, no solo porque la gente tiene que irse, sino porque es una constante prueba de que no hay gobierno, porque hay otros tipos que están ahí haciendo lo que les da la gana”. Hugo Hiriart (México, 1942) ironizó sobre la libertad de narcotraficantes como “La Tuta” y el encarcelamiento de luchadores sociales como José Manuel Mireles: “Cuando sale algo eficaz como las policías comunitarias en Michoacán, que la gente se armó, entonces los reprimen, hay un montón de ellos presos, Mireles es extraordinario pero está preso y ‘La Tuta’ está en su casa tan contento; deje ‘La Tuta’, siempre ponen el nombre de alguien, debajo de ‘La Tuta’ es como un hormiguero, hay un mundo de gente; qué importa ‘La Tuta’, Usted quita a ‘La Tuta’ y al día siguiente hay otro ya. Lo que importa es que cuando se mata a una hormiga se dice ‘ya acabé con el hormiguero’”. El intelectual mexicano previó que la violencia empezará a disminuir solo cuando los políticos corruptos no tengan fuero y sean encarcelados como ocurrió en Colombia: “Mientras no tengan el compromiso con el país, que se tome la decisión de combatir de frente la corrupción, ¿por qué pudieron los colombianos y nosotros no? Los colombianos metieron creo que un cuarto del Congreso a la cárcel cuando empezaron a hacer las investigaciones”. Finalmente, el ganador del Premio “Xavier Villaurrutia” 1972 por “Galaor” (Joaquín Mortiz, FCE, 1972) y actual miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, advirtió: “El delito que más le afecta a la gente es el cobro de derecho de piso, no solamente le afecta, sino es la demostración de que hay dos gobiernos: un desgobierno que es el gobernador y el Presidente; y un gobierno que es el de los narcos”.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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