14.8 C
Tijuana
martes, febrero 20, 2024
Publicidad

El equilibrio de Andrés Manuel

En dos ocasiones su derrota electoral ha sido punto de desencuentro. La primera vez, en 2006, cuando perdió por .56 frente a Felipe Calderón, y su solicitado recuento voto por voto, dado el cerradísimo resultado, se tomó a broma, se minimizó y nunca se llevó a cabo. La duda de un certero triunfo, habría de obligar a Calderón a obtener primero una legitimidad en Tribunales, y posteriormente con la decisión de hacer del suyo, el sexenio de la guerra contra las drogas. La segunda ocasión fue en 2012, cuando sus votos se vieron avasallados por la campaña financiera que emprendió el Partido Revolucionario Institucional a partir de tarjetas con dádivas económicas, en especie, y con promesas de más dinero. Esta vez, seis puntos de diferencia y más de cuatro millones de votos bastaron para tirar al PAN a la tercera posición, pero le impidieron llegar a Los Pinos. Durante los últimos doce años, Andrés Manuel López Obrador ha contado con el apoyo de millones de mexicanos. La primera vez votaron por él 14 millones 756 mil 350 personas, la segunda, 15 millones 896 mil 999. No es, pues, una figura que se pueda decir que no tiene el respaldo social. Incómodo para quienes ostentan el poder, atractivo para los menos favorecidos, apoyado por empresarios, políticos y hombres y mujeres de negocios, “El Peje” -como le llaman popularmente- tuvo un desequilibrio en su salud durante esta semana. En mitad de la madrugada, a las 2:30 am del 4 de diciembre, AMLO sintió un fuerte dolor en el pecho y una terrible dificultad para respirar. Solo con su familia, esposa e hijos le llevaron caminando a un hospital de la Ciudad de México, donde López continúa su lucha social contra los abusos del poder. No llegó a infarto, dicen quienes estuvieron fuera de la habitación que le asignaron a López Obrador. Médicos y familiares decidieron a las seis de la madrugada y después de reflexionar el resultado de análisis, imágenes y gráficas, que una intervención era lo adecuado. Una de sus arterias estaba tapada en un 80 por ciento. Antes que la situación pasara a mayores, debía repararse. Para eso utilizaron una malla. Literalmente la introducen en la arteria y la expanden para hacer a un lado el obstáculo y permitir un fluido continuo. Después de eso, el reconocido líder de la izquierda mexicana fue sacado de cuidados intensivos y trasladado a una unidad de cuidado estable. Lo más probable es que muy pronto Andrés Manuel López Obrador regrese a la vida pública de protestas, toma silenciosa, manifestaciones pacíficas y debate de ideas e ideales. No ha podido López, aun con el apoyo de millones de mexicanos, acabar con el bipartidismo en México. Incluso su partido de origen cuando se afilió a la izquierda le ha traicionado. En las negociaciones del poder por el poder, acabando con ideologías, pluralidad y diversidad, el PRD se ha unido a quien ha sido necesario para sobrevivir en peso político y en centavos presupuestales. Lo mismo al PAN, como fue el caso reciente en Baja California, que al PRI, como se evidenció en las Cámaras legislativas federales cuando los representantes del Sol Azteca y los priistas sacaron adelante la reforma fiscal que impuso a la frontera un IVA del 16 por ciento, tasó otros productos y servicios, y complicó la rendición de haberes y gastos. El Partido de la Revolución Democrática le dio el tiro de gracia a la economía fronteriza a cambio de dádivas en millones de pesos para los estados donde su partido gobierna. A cambio de posiciones y aprobación de menores iniciativas. El PRI de Enrique Peña Nieto no negoció o utilizó a los amarillos, prácticamente los compró. Pero cuando a los perredistas ya no convino el acuerdo, se salieron del Pacto. Reniegan ahora de lo que ellos personificaron en el pasado: que el PAN y el PRI sacaron la Reforma Política para aprobar la Reforma Energética. Pero el PRI es así, negocia con el PAN, negocia con el PRD, y logran su cometido. Andrés Manuel López Obrador y algunos políticos que continúan en el PRD, son los que en el ámbito nacional, reniegan y denuncian la promiscuidad política-económica que representan -dependiendo el tema y la necesidad- el PRI con el PAN, el PRI con el PRD. Algunos periodistas, algunos líderes de opinión, algunos politólogos o analistas, también expresan su sentir respecto a esta provechosa situación del partido en el poder para negociar ocurrencias y hacerlas leyes, que no siempre benefician al mexicano. López Obrador es parte del equilibrio democrático en México. Aunque haya perdido dos elecciones, aunque a veces se crea mesías, aunque sea la oposición desvalida, aunque quiera hacer otro partido, es una figura necesaria. Además, no hay otro… por el momento.


Publicidad


Autor(a)

- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas