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viernes, febrero 23, 2024
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Mediocre

La aprobación de cuatro reformas legislativas (telecomunicaciones, educativa, hacendaria y transparencia), se convirtió en el único capital político rescatable y explotable durante el primer año de la administración del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Un progreso anual mediocre, considerando que estas transformaciones a los ordenamientos legales mexicanos (solo dos fueron estructurales) no tendrán impacto real en la mejoría de las condiciones del país, hasta que se concreten las leyes secundarias. En términos legislativos, el aniversario del gobierno peñista fue coronado con la expiración del promocionado Pacto por México, ante una muy calculada salida del PRD. Ladinos, los líderes del partido del Sol Azteca, acusan al PAN de acordar en lo oscurito para la futura aprobación de la Ley Energética, como si ellos no hubieran hecho lo mismo con la votación de Ley Hacendaria que arrasará la economía de las frontera norte mexicanas. Para colmo, esta semana sancionan una reforma electoral incompleta con la que solo buscan favorecer a los partidos, y aprueban la relección en un país donde el 91 por ciento de los ciudadanos considera que el 72% de los políticos son “extremadamente” corruptos, y otro 18%  piensa que son corruptos a secas, esto acorde a cifras del Barómetro Global de la Corrupción 2013/Transparencia Internacional (TI). Por cierto, y en contraparte, PAN y PRI desecharon a su conveniencia en la reforma política, la revocación de mandato. Pero éste ha sido el nivel de la política mexicana promovida en el año 2013 por el gabinete del Presidente de la República: oscurantismo, demagogia y autoritarismo, que han sido solapada, cobijada y en algunos casos aplaudida por el resto de los partidos que hace un año conformaron el Pacto por México. El combate a la crisis económica y a la de inseguridad, como problemas torales de los mexicanos, ha sido durante este primer año del priista la gran decepción. La imposición de la opacidad informativa con el objetivo único de mejorar la imagen pública del país, sin  modificar las políticas de gobierno o promover soluciones de fondo en el tema de seguridad, ya le fue cuestionada el Presidente Peña, incluso por los organismos internacionales de derechos humanos. Están los 19 mil 016 homicidios violentos  cometidos entre el 1 de diciembre de 2012 y el 31 de octubre de 2013, los cuales han sido registrados por organismos no gubernamentales, como institutos de Ciencias Forenses en los estados, que se han dedicado a contabilizar los muertos de manera independiente para combatir las cifras engañosas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que para promocionar  un discurso de “inseguridad a la baja” y mejorar la percepción ciudadana, reclasificó algunos de los homicidios y publicó la existencia de únicamente 17 mil 068  ejecutados en el mismo período, contra los 18 mil 181 asesinatos perpetrados en los últimos once meses de gobierno del panista Felipe Calderón. Asimismo, están las deficiencias admitidas abiertamente por el propio Secretariado Ejecutivo  a través de las cifras publicadas que evidencian un incremento de 24.9% en las denuncias de secuestros, y del 12% en el tema de extorsión. Agregue el Lector, la retirada del Gobierno Federal como “cabeza” del combate al narcotráfico en los estados (a través del Ejército), seguida del crecimiento de la violencia en dineros estados del país, como Guadalajara, Monterey, Guerrero, Estado de México, y los rebrotes en Michoacán  o Chihuahua. Y el mayor fracaso, la ingobernabilidad acuerpada en la proliferación de grupos ciudadanos de autodefensa creados en nueve, diez o trece de los estados mexicanos -el número depende de la fuente de información-, justificados en la incompetencia, incapacidad y/o complicidad manifiesta por los tres órdenes de gobierno con los diferentes grupos criminales. No menos importante es el fiasco en lo económico, fundamentado en la imposición de medidas hacendarias agresivas, centralistas, unilaterales e inequitativas, que solo han dado paso a una profunda desaceleración. La Secretaría de Hacienda ha modificado su estimación de crecimiento anual en cuatro ocasiones en menos de un año; de 3.9% bajó a 3.5 porcentual, el descenso continuó a 1.8, otro pequeño bache y llegamos al 1.7; la más reciente estimación que quedó en 1.3%. En las casas, hace rato que el incremento del salario mínimo del 3.9%, fue superado por el crecimiento de los precios de la canasta básica, 4.8% tasa anual, según reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en julio 2013, así que de los 53.3 millones de mexicanos pobres, 25 millones ni siquiera tienen acceso a los alimentos de esa canasta. Además, acorde a números del mismo INEGI, en 2013, el desempleo creció de 5.01 a 5.29% en México. En el país existen 2.7 millones de desempleados, y de los que tienen un trabajo, el 57.53% labora en la informalidad. Al final no se consolidaron recuperaciones en ninguno de los rubros que más importan a los mexicanos. “Si se trata de un maratón, apenas llevaríamos siete de sus 42 kilómetros”, expresó el Presidente Enrique Peña Nieto, autocomplaciente respecto a su primer año de gobierno; siguiendo la analogía presidencial, ello significaría que la problemática nacional registraría una mejora del 16.6 por ciento, lo que no ha sucedido. El mandatario también planteó un nuevo compromiso- aunque tiene cientos de promesas firmadas en campaña pendientes-: aseguró que 2014 será el “año de la eficacia”, aunque no mencionó a partir de cuándo.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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