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miércoles, febrero 21, 2024
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Los Madero, funestos y traidores

A Francisco I. Madero se le consideraba un loco, peor que a Peje ahora. En contra de la verdad obvia de que ninguna de las robo-luciones había traído nada bueno a México y que sus líderes invariablemente habían traicionado las promesas de las mismas, según lo afirmó el mismo Madero en “La Sucesión Presidencial de 1910”, empezó él la robo-lución desde San Antonio, Tejas (Salvador Borrego, “América Peligra”). Madero arrastró consigo a una bola de soñadores atolondrados con argumentos por demás cretinos. A Vasconcelos le dijo que se requería “mucha sangre” de mejicanos para resolver los problemas del país (Ulises Criollo). Dicha robo-lución nos costó entre la cuarta y tercera parte de nuestra población total. Vasconcelos dice que fue a la Revolución no porque México estuviera mal con Don Porfirio, sino que estaba bien pero que podía estar mejor tras una matanza robo-lucionaria. El pobre tonto de Aquiles Serdán se atrincheró en su casona, en Puebla, con la esperanza que “el señor Madero” llegara de San Antonio, con sus roba-vacas y comunistas, a rescatarlo. Arrastró a toda su familia al desastre. Si en la actualidad tuviéramos dicha robo-lución nos costaría unos siete millones de muertos: la mayoría por hambre, la mayoría de ellos niños. Y unos veinte millones de exiliados. El resultado neto de la robo-lución anti-mejicana fue una mayor tiranía liberal-comunista, impuesta por la Finanza de Nueva York. En aquella época era muy conocido que el presidente Wilson era el patrono de dicho genocidio. Él era títere de Rockefeller. Madero ganó gracias a los oficios del embajador Henry Lane Wilson, que amenazó a don Porfirio con intervención militar si no dejaba el poder, además que su titiritero, Jacques Yves Limatour, le dijo que los “top dogs” de Nueva York ya no lo querían. Ellos lo pusieron; ellos lo quitaron. Cuando Madero entró en la Ciudad de Méjico, la gente decía que era otra invasión gringa: las armas, la vestimenta: todo, menos los changos, eran made in U.S.A. En el poder Madero no sólo traicionó todo el ideario de su robo-lución. Ignoró el problema agrario creado por la “Reforma” de Juárez, por ello Zapata y Orozco se levantaron. Su familia cayó en la capital como langosta; su hermano Gustavo creó pandillas de porros, en la mejor tradición liberal-izquierdista. Por ello fue ejecutado por el Ejército, que vio que Madero era algo así como una aberración de presidente –algo así dijo Bernardo Reyes; con su comportamiento indigno rebajaba la dignidad de la Presidencia. El mismo Venustiano Carranza preparaba un levantamiento en su contra cuando se le adelantó Huerta (Ver “Salvador Abascal, Madero, Dictador Infortunado”, Editorial Tradición). Lo que no imaginó Madero es que sus propios amos en Nueva York lo sacrificarían. Cuando fue asesinado, el pueblo decía: “Se echaron al chaparro”. El bisabuelo de Pancho I., Elizondo, traicionó a Hidalgo en Acatitas de Baján; así se congració con el gobierno virreinal y pudo salvar la herencia de sus antepasados judíos, llegados a Méjico con patente firmada por el secretario de estado de Felipe II, Antonio Pérez, que resultó ser agente de la Finanza Internacional, basada en Londres. La atroz ignorancia de los panistas eligió a Gustavo Madero a la presidencia de su partido. Ya se había eliminado a los más distinguidos panistas: a Mouriño, a Abascal, a Aguilar Zínzer, a Lujambio y a otros “accidentados” y enfermados. Álvaro Madero, cuando entró como presidente municipal sustituto de Chihuahua, en 2010, cuando Carlos Borruel se lanzó a la candidatura para gobernador, quemó los archivos policiacos de los malandros de la ciudad. Gustavo y su grupo de infiltrados sabotearon la campaña de Josefina. Dejó fuera del Senado a Carlos Nava y a Bravo Mena. En el Pacto por Méjico colabora con la izquierda PRI-PRD para hacer de Méjico una dictadura del anti-Cristo. Como Ernesto Cordero no estaba de acuerdo con aprobar cualquier ley de esa camarilla del Pacto por Méjico, fue removido. Con eso que Peñita nos quiere “dar” para todo, al rato nos pondrán “chips” en la mano derecha o en la frente, si queremos hacer transacciones de cualquier tipo. La tecnología está muy avanzada y podremos desechar la credencial del IFE. Ya el sistema vergonzoso de “seguridad” privada está acostumbrando a las nuevas generaciones a que ultrajen su dignidad y sean vigilados y acosados constantemente. Este sistema de acoso, que es de la vigilancia más estúpida, por analfabetas con secundaria abierta, está ahuyentando al turismo. Ver “Salvador Borrego” y “Editorial Tradición” en La Red.   Carlos Trujillo Chihuahua, Chih.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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