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domingo, abril 7, 2024
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Policía desacreditable

Ni los cursos ni la certificación de control de confianza sirven cuando algún policía se encuentra bajo los influjos del alcohol y otros enervantes. El último episodio fue el que protagonizaron la noche del 22 de noviembre cuando un comandante y tres agentes de la Policía Estatal “acreditable” en la casa marcada con el número 153 de la calle Laja de la colonia El Progreso de La Paz, privaron de la libertad a un ladrón de autos. Los agentes que forman parte del cuerpo de élite de la Policía Estatal Preventiva,  quienes iniciaron operaciones a partir del 1 de agosto acabaron con la noción de que eran “incorruptibles”, y de paso, evidenciaron lo siguiente: 1.- El escaso aprendizaje que lograron y el sentido de responsabilidad social que tienen, cuando se prepararon durante casi un año en los mejores campos de entrenamiento policiaco y militar, porque a la primera borrachera, perdieron la cabeza y no supieron controlar sus emociones. 2.- No existe control en el manejo del armamento, porque cuando fueron detenidos por sus propios compañeros, tenían en su poder armas cortas y largas que se supone deberían de estar almacenadas en el banco de armas, ya que se encontraban fuera del horario de trabajo. 3.- Tampoco existe control en el manejo de las unidades oficiales, ya que cuando fueron sometidos tenían en su poder una patrulla de color blanco y sin insignias que está asignada al Grupo de Operativos Especiales de Seguridad (GOES). Lo más grave de todo es que el problema comenzó por una supuesta dosis de droga, cuando el comandante de Operaciones Especiales, de nombre Juan Carlos Casanova Posadas, y los agentes Édgar Jason Rodríguez Gómez, Francisco Fabián Jaime Meza y Armando Macorro González, solicitaron a un presunto narcomenudista vender “una madre”, y como se negó, porque “lo estaban confundiendo”, entonces fue retenido en contra de su voluntad en la vivienda de uno de los policías implicados, según quedó asentado en la averiguación previa número LPZ/711/AMP8/2012. En la denuncia penal la víctima, de nombre Dwinger Misair Rosales Manríquez, relató que ese día llegó a la casa de su amigo Isaac Avisaís Lazcano Victoria, acompañado de su novia, y se estacionó atrás de la patrulla, cuando repentinamente salió una persona vestida de policía y le pidió que se bajara del carro y se colocara frente a la patrulla. “En eso salieron otros dos agentes armados, y entre los tres me metieron a la casa, y me piden que me siente en un sillón, y cuando levantó la cabeza veo que tenían una caja de balas en la mesa y unas pistolas y varios cartones de cerveza y noté que estaban tomando, porque tenían varios botes abiertos”, explicó. El joven de 21 años afirmó que un policía le dijo: “Véndenos una madre de droga, y yo le conteste que yo no vendía droga, y entonces me ordenó que me tomara una cerveza, y yo le dijo que no, y entonces, me puso una pistola en la cabeza, y me dijo textualmente tómatela, y me la tomé”.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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