Reducción de daño, prevención y tratamiento de salud sexual y reproductiva, son algunos de los objetivos de PrevenCasa, ubicada en la Zona Norte de Tijuana. Personas en situación de calle, usuarios de drogas y migrantes, obtienen ayuda de la asociación civil, que presta los servicios en un inmueble entre las calles Mutualismo y 5 de Mayo del primer cuadro de la ciudad. Trabajan a partir de proyectos y convenio con otras organizaciones civiles e instituciones académicas como la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y la Universidad de San Diego. Diariamente, entre 150 y 200 personas reciben servicios de salud dentro de esta unidad médica. Con nueve años en funcionamiento, la clínica realiza exámenes de hepatitis, sífilis y VIH, además de promover programas como el de reducción de daños, donde se intercambian jeringas limpias por usadas -generalmente a los usuarios de drogas- para reducir el índice de infecciones de trasmisión sanguínea. En los últimos días, vecinos del lugar han manifestado molestia por dicha actividad, pues acusan que gente “viciosa” se queda en la zona para ahí mismo inyectarse las drogas. “Estos adictos dejan tiradas sus jeringas usadas en el suelo, lo que puede ocasionar que un niño por descuido la tome y pueda llegar a infectarse”, acusó una residente por escrito ante ZETA. Alejandra, colaboradora de PrevenCasa, comentó que la mayoría de las personas que ahí se asisten residían en “El Bordo” hasta antes del desalojo, razón por la que ahora se encuentran en el área. “Esto es una clínica de prevención a la comunidad, estamos haciendo el trabajo lo mejor que se pueda, pero de nosotros no depende lo que los usuarios decidan hacer afuera”, señaló. Al respecto, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), informó que no existen quejas ante la dependencia sobre la presencia de indigentes en esa parte del Centro de Tijuana; en el mismo sentido respondieron la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
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