Los parlamentos en ocasiones parecen circos, en referencia a lo que el pensador mexicano Agustín Basave Fernández del Valle expresaba: “Por eso me gusta ir a los zoológicos, para ver lo fácil que es ser animal y lo difícil que es ser hombre (persona)”.
El otro déficit es de tipo político. Marcelo Ebrard nos queda a deber. Se trata de aquel político que muy joven se desarrolló acompañando al ya ausente Manuel Camacho Solís.
Entre defectos y virtudes, creo que Porfirio purga su tiempo como priista, nomás por haber renunciado al PRI y formar otro partido. Por interpelar a Miguel de la Madrid en su último informe. Por acompañar a Fox en la transición del 2000. Por señalar con energía las traiciones de Andrés Manuel.
De cara al 2024 el dato entonces, para mí preocupante, es la abstención como la padecida el domingo en EDOMEX. Ese es el principal enemigo y algo más. El terrible papel que hasta ahora han jugado los liderazgos partidistas, particularmente Marco Cortés y Alito, quienes no atinan a leer su responsabilidad histórica.
Es cómico seguir las razones por las que la ministra Loreta Ortiz, el ministro Zaldívar y la alumna de derecho Yasmín Esquivel, defendieron la “constitucionalidad” de la ley que incorpora a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Luego de darse a conocer el fallo en contra del ex Secretario Genaro García Luna en la Corte Federal Brooklyn, NY, en Los Estados Unidos de América, de inmediato comenzó la carnicería, los linchamientos y graves facetas de mentiras y verdades a medias.
El senador Germán Martínez dijo en una entrevista que Juan Marcos Gutiérrez, cuando fue subsecretario en sexenio de Calderón, les advirtió: “Aguzados con García Luna”. Gutiérrez, columnista de ZETA, le responde
En las últimas cuatro semanas, el régimen autoritario y trasgresor de la Constitución -es decir, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, autor de lo que yo llamaría las mayores deformaciones de la época democrática de México- nos ha recetado una doble dosis de aberraciones jurídicas.
El día miércoles 10 de agosto pasado la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal resolvió (en decisión divida de 4-2) tener por no interpuesto el Juicio Electoral en contra de la reincorporación de Jaime Bonilla como Senador. En esencia, consideró que era más importante averiguar quién había interpuesto la demanda y si tenía facultades para demandar, que estudiar -como auténtico Tribunal de Constitucionalidad- si la reincorporación viola o no el Artículo 125 constitucional.