Un fusilamiento en Michoacán perpetrado el domingo 27 de febrero, con alrededor de 17 víctimas, grave, brutal, sangriento, que sin razón válida es minimizado. Un hecho que para el Presidente de México parece no existir, porque no encuentran los cuerpos. El mensaje para los asesinos parece ser que cuando maten, se lleven los cadáveres y no pasa nada.
Al finalizar 2021, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador podría acumular más de 100 mil homicidios dolosos, y el mandatario continúa responsabilizando a los gobiernos anteriores; a todos, desde 1985.
En los últimos dos años y medio, casi cuatro mil personas han muerto inmersas en un contexto de extrema violencia en México, en la que atestiguaron la muerte de quienes estaban con ellas -o murieron primero- ante los ojos de quienes le acompañaban, si no es que expiraron simultáneamente.