La jefa de gobierno, Clara Brugada, ha sido la mensajera de la línea que por meses había delineado la Presidenta Claudia Sheinbaum para acabar de la manera más autoritaria y arbitraria con las corridas de toros y con ello cercenar la libertad con mayúsculas.
Aunque los antitaurinos lo ignoran y estas líneas tienen como propósito ilustrarlos sobre los orígenes de la fiesta taurina, ésta tiene sus raíces en la cultura ibérica, de manera muy específica en la Península Ibérica, en donde se han encontrado evidencias de la existencia de espectáculos taurinos desde la época romana.