A los diputados de Baja California les solicité en la edición No. 2646 de ZETA regularan eso, pero ni siquiera contestaron. Veo que no les importa la ciudadanía. El cabecilla vive en una vecindad a 75 metros de mi propiedad, en la cual al parecer introducen todo lo que roban en la ciudad, y los ministerios públicos de robos no solicitan orden de cateo.
México no fue, no es ni será la excepción. Aunque muchos se mantienen reacios a siquiera informarse, el gobierno de Porfirio Díaz fue uno de los primeros que detonaron la inversión extranjera en territorio nacional, así como la presencia de productos nacionales en otros países, particularmente en Europa y Estados Unidos; además, Díaz extinguió las aduanas interiores.
Así, nuestros personajes con máscaras impuestas por cánones de instalikes sufren ya sea olvidando su HUMANO o tratando de reaprender el camino hacia la fortaleza íntima y genuina de cada uno.
A ellos solo les interesa que su personal se mueva, que trabaje, que dé resultados, que genere más ganancia para su empresa o negocio. No quieren gente pensante. Se les olvida que la ética y los valores suman mucho para hacer ambientes sanos y armónicos favorables para trabajar mejor y motivados.
Hace una semana me dice la Dra. Claudia, jefa de Traumatología y Ortopedia de la Clínica 58 en León, Guanajuato, que lo que se buscaba era un proveedor de prótesis nacional, pero que no resultó la calidad y ya nuevamente se buscó a un proveedor de prótesis extranjero.
La administración de Vianka Santana se ha convertido en una herida abierta para el Centro Cultural Tijuana, una infección que se propaga con cada decisión negligente.
Es una frase muy de moda en México. ¿No pasa nada? Claro que pasa. Se rompe un vidrio, ocurre un choque, una caída; sí hay repercusiones físicas y materiales.