En ocasiones, incluso se les presiona para que den detalles que no recuerdan o puede interpretarse su silencio como una mentira. Esta circunstancia de tratar con adultos que le son desconocidos y que no parecen amables ni amigables, no sólo va a debilitar la calidad probatoria del dicho del menor; y lo que es más importante también, es que llegue el mensaje a los menores que están siendo examinados de que no son creídos ni escuchados.
Cuando un menor de edad es llamado a una sala de un juzgado penal a fin de que rinda su declaración, es el momento preciso cuando el derecho penal, siempre duro, áspero y poco sensible, tiene que encontrar un equilibrio en el afán de la búsqueda de la verdad con una necesidad de proteger a quienes son frágiles por su edad y que pueden ser sensiblemente, vulnerables para recibir daños que sean sumamente difíciles de reparar en su propia vida.
Debemos de ser cuidadosos en nuestro país para que no cualquiera se siente en la silla que le corresponde a un juez o a un magistrado, sin que pierdan el piso y que sigan escuchando el canto de las sirenas del electorado en una mala decisión política, que fue una venganza brutal y temeraria contra el Poder Judicial de la Federación
Muy desafortunadamente, los menores de edad que han sido objeto de esta violencia en su contra, no solo tienen que enfrentar a sus agresores sexuales, sino que en muchas ocasiones tienen que lidiar con la incredulidad de los servidores públicos de las Agencias Especializadas en Delitos Sexuales.
La mayoría de la sociedad concibe al derecho penal como una forma de justicia social, de prevención de delitos y consecuentemente de protección para la mayoría de la sociedad.
Las mujeres reciben menos apoyo porque se tiene la idea de que una vez en libertad se le seguirá ayudando económicamente, a diferencia de los hombres que una vez que sean liberados, seguramente se convertirán en proveedores y este concepto de utilitarismo entre hombres y mujeres las convierte en más vulnerables en un ciclo profundo de exclusión.
Hoy en día resulta sumamente obligado reflexionar sobre el sistema penitenciario y el sistema penal, sobre un fenómeno alarmante y cruel, que es el encarcelamiento de las mujeres en nuestro país.
Decíamos en la colaboración anterior que las cárceles en México no rehabilitan; actualmente son espacios en donde se ejerce la violencia, el hacinamiento y el control por parte de los grupos de delincuentes al interior de la prisión.
Es precisamente la reincidencia la que pone de manifiesto la falta de eficiencia en el sistema de justicia penal, pero no sólo analizado desde el enfoque social, legal, sino ahora en el plano económico.
A los 23 años, debido a sus ideas filosóficas poco ortodoxas -como negar la inmortalidad del alma y rechazar la interpretación literal de la Biblia- fue excomulgado por la comunidad judía de Ámsterdam. La excomunión fue severa, y ni siquiera se le permitió ser leído ni ayudado por sus antiguos correligionarios.