“No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”.
–Voltaire.
Repugnante y grotesco fue el carnaval que el pasado 6 de diciembre, llevó a cabo la dictadura morenista. So pretexto de conmemorar los siete años de su entronizamiento en el poder, es decir, en la gerencia gubernamental que le adjudicó la oligarquía.
Nada diferente a los que realizaba López Obrador. Igualito a los detestables circos que armaban los anteriores sátrapas del PRI y del PAN.
Borreguil festín que la autocracia confeccionó, ex profeso, para tratar de borrar los violentos ataques espontáneos que, semanas atrás, las masas populares le habían propinado. Por ejemplo: el airado abucheo que le asestó la gente damnificada de Veracruz, el pasado 12 de octubre; enseguida el 15 de noviembre, el repudio violento, estruendoso y masivo en pleno centro de la Ciudad de México. Y el 25 de noviembre, la arremetida que le atizó el magisterio oaxaqueño. Cabe la pregunta: ¿Dónde fue a parar el 85 por ciento de popularidad de la que tanto presumía la sátrapa judía Claudia Sheinbaum?
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El mitin de borregos del pasado 6 de diciembre, no tenía otro fin más que mostrar el arrastre de la mafia de la “4T”. Lucir su fuerza en la plaza pública, exhibir de forma tangible que su gran popularidad no es ficticia. Fanfarronear que pueblo y gobierno son la misma cosa, vociferar que el pueblo es ahora el que manda y alardear que los “600 mil simpatizantes” que se arremolinaron en la Ciudad de México para vitorearla, era prueba irrefutable de su gran reputación.
Nada nuevo bajo el sol; arreo de rebaños desde varios estados para certificar sumisión al monarca. La “entrega”, las reverencias, el “entusiasmo” y el paradoxismo mostrado por sus disque simpatizantes, aunado a los gritos “¡no estás sola!”, sustituyendo al otrora “¡es un honor estar con Obrador!”, formaron parte del abigarrado y decadente show. ¿Acaso no es el mismo libreto que utilizaron los criminales sátrapas del PRI y del PAN?
Libreto que los actuales dictadorzuelos coloniales de la “4T”, como podemos observar, se lo han aprendido de memoria. Y lo llevan a la práctica con maestría. Corregido y aumentado según los entornos.
En lo medular nada ha cambiado. La nueva gerencia del capital, esto es la “4T”, ha conservado la misma escenografía de sus antecesores.
¿Volverá la autocracia morenista a mostrar su tour de force, su “grandiosa popularidad” cuando se cumplan ocho años de su entronizamiento, y después cuando se cumplan nueve, y luego 10, 11, etc., etc.? Sin duda alguna, lo volverán a hacer, una y mil veces, mientras detenten el poder. Tal y como lo hicieron los vendepatrias del PRI y los del PAN. Como lo hizo Porfirio Díaz hasta el último día de su régimen absolutista.
Arremolinar a un gentío sobornado o coaccionado y lucirse abrazándose con ellos, haciendo gala de su inexistente popularidad ha sido una táctica muy usada por los opresores del pueblo. Si a Hitler y a Mussolini les funciono esa faramalla, ¿por qué no a Sheinbaum?
El sermón leído por Sheinbaum frente al hatajo de corderos, no fue más que una copia fiel de los discursos melifluos de los sátrapas anteriores. Tan patrioteros como los de Echeverría y de López Portillo. Los grandes maestros de López Obrador y de muchos “expriistas de la “4T”; así como de la “experredista” Sheinbaum.
Pasemos a escuchar algo de lo que publicó el periódico La Jornada, portavoz de la dictadura militar morenista: “Miles de personas de diversos estados…manifestaron su apoyo… en un ambiente de fiesta… con música y bailables…ondeando banderas de México mientras escuchaban el estruendo bullicioso de una banda tradicional oaxaqueña”. (La Jornada. Domingo 7 de diciembre de 2025).
El reportero “no vio” las tortas ni los refrescos que se repartieron entre los “simpatizantes”, mucho menos reportó el pase de lista a los asistentes, ni detectó a los pastores que custodiaban las manadas de los diferentes establos; verbigracia la borregada del SNTE, del IMSS, de la CROC, del PT, de la CATEM, etc. Ni señaló los retenes policiaco-militares, ni las vallas de fierro colocadas para mantener en “orden y en paz” la pantomima de marras.
Solamente, el corresponsal de La Jornada se dio cuenta de la “rebosante” alegría del entusiasmo y el regocijo con que las masas exaltadas iban a brindarle pleitesía a la dictadorzuela.
Ruin y manipuladora es la prensa reaccionaria de la “izquierda socialista”; La Jornada y Canal Once. Nada diferente a la prensa abiertamente reaccionaria y fascista como Televisión Azteca, Televisa, y los diarios El Universal y el Reforma. Tanto los unos como los otros, voceros y feroces; cancerberos de la maldita burguesía imperialista.
En su alocución, Sheinbaum aseguró algo que al principio señalamos. Escuchemos a su reconocido portavoz: “La derecha con su palabrería antimorenista trata de derrocar al gobierno. Pero no podrán, afirma, porque la “4T” es un gobierno donde el pueblo manda no un instrumento de unos cuantos”. (La Jornada. Ibídem).
En otras palabras: desde que la “4T” fue entronizada en el poder gubernamental los 135 millones de trabajadores y pobres de México, no un puñado de capitalistas, son los que mandan. Lo cual significa que bajo el actual régimen morenista los proletarios y los burgueses valen y pesan lo mismo. Explotadores capitalistas y obreros explotados, somos iguales. Hartos y hambrientos somos hermanos. He ahí a que extremo de ridiculez llegan los lacayos de la burguesía.
Toda la perorata de la dictadorzuela es pura reaccionaria bazofia. En ningún país capitalista mandan los pobres, sino la clase rica burguesa. Mucho menos en un país colonial propiedad del imperialismo. No es posible que un enclave sometido al yugo extranjero sea libre, soberano e independiente (tal cosa sólo la puede asegurar un descarado vendepatrias tratando de cubrir la realidad que manifiesta). Los desplantes patrioteros de la vieja judía, en nada se diferencian de los que realizaban los anteriores testaferros de la oligarquía.
No es verdad que la derecha y el “conservadurismo” pretendan derrocar el régimen militar fascista de la “4T” (como repite con insistencia Sheinbaum). Al contrario, el quehacer primordial de la “oposición” oficial burguesa, es consolidar el enclave colonial, sirviendo de contrapeso, para mayor provecho de sus patronos; o sea, de la oligarquía financiera internacional en general, pero muy en particular, en provecho de los lobos carniceros de Washington.
La “oposición” oficial (PAN, PRI, MC, etc.) es de facto una oposición palera de la autocracia morenista.
Un régimen burgués sin una oposición leal es un régimen inestable; sin contar con una “oposición” oficial que canalice el descontento popular, la dictadura estaría expuesta, sin valladar alguno, a las recias arremetidas de un pueblo descontento. Y sólo le quedaría recurrir a sus represivas y canibalescas fuerzas armadas, es decir, al ejército y a la policía para contener la indignación popular; como sucedió el pasado 15 de noviembre en la Ciudad de México.
Que continúe Sheinbaum vociferando que su régimen pinochetista está bajo el asedio de la derecha. Que asegure que ha “rescatado” de la pobreza a miles de paupérrimos proletarios. Que alardee que los esclavos asalariados, mejor pagados del mundo, se encuentran en México. Que predique que hoy los aires de libertad y democracia se respiran en toda la nación. Que continúe diciendo que México está de moda y que va a zancadas al “primer mundo”. En otras palabras: que continúe engañando al pueblo. Los hechos tangibles e irrefutables muestran que tanto Sheinbaum como los anteriores autócratas de la burguesía son unos miserables que tienen la lengua muy larga y que le mienten al pueblo con descaro.
No existe “complot” alguno de la derecha “conservadurista” contra la autocracia morenista; eso es puro invento de la derecha en el Poder, es decir, de la “4T”.
Como si bajo un régimen totalmente militarizado fuese posible un golpe de Estado. Que absurdidad. Ni Washington lo engendraría, ni respaldaría. No lo permitiría en su principal colonia.
Todo régimen burgués requiere de paz social y no de caos. Paz que garantice la inversión de sus capitales y acrecentamiento de los mismos. Paz para explotar a sus anchas a los esclavos asalariados y chuparles, como vampiros, hasta la última gota de sangre. Paz de la bota militar sobre el pescuezo del proletariado.
Y la paz que Washington requiere es la que Sheinbaum les ha garantizado a los capitalistas gringos. Con kaibiles militares por doquier, “combatiendo” al crimen organizado.
Los halagos de Trump a Sheinbaum (“Wonder Woman”, le llama el gorila de la Casa Blanca) son muestra del contento de Trump con el régimen militar de la “4T”.
Tanto la derecha, con careta de “socialista” en el poder; como la “oposición” oficial derechista son, ambos, feroces perros de la oligarquía financiera internacional. Pero en particular, como lo señalamos arriba, del imperialismo norteamericano.
¿Habrá persona en su sano juicio que vea alguna diferencia entre el derechista-fascista Nayib Bukele y la “socialista” Sheinbaum?, ¿En que se distingue el criminal hitleriano, Javier Milei y la judía de “izquierda”, Claudia Sheinbaum?
No es claro que en lo medular no existe diferencia alguna. Tanto los unos como los otros son enemigos, a ultranza del proletariado y de las masas paupérrimas; anticomunistas y títeres del imperialismo.
El hecho de que unos usen careta “socialista” y otros no, para nada cambia su naturaleza reaccionaria y vendepatria. De epígonos enanos de Adolfo Hitler.
La labor de los verdaderos marxista-leninistas, es la de atizar el odio de las masas proletarias y populares contra el régimen de la “4T”. Con enjundia.
De ninguna manera, ningún comunista honrado debe de desligarse de los Movimientos populares radicales; luchas que la reacción y el gobierno señalan peyorativamente de “vándalos”, “derechistas”, “violentos”, “terroristas”; etc., etc. Al contrario, los revolucionarios proletarios, deben tratar de asumir la dirección de los movimientos espontáneos, para convertirlos en una insurrección consciente contra el Estado burgués.
Abajo los falsos comunistas del FPR, PCM, CNTE, y otros de la misma calaña que de marxista-leninistas, no tiene ni pizca. Son en realidad compinches del régimen militar de la “4T”.
Para los marxista-leninista-stalinistas, está muy claro que los peores “vándalos”, “violentos” y caníbales están en las altas esferas del poder burgués. Y los peores criminales derechista-fascistas, son los de la “4T”.
Los cadáveres vivientes del PRI y el PAN, no son más que paleros del régimen morenista. Fantasmas con los cuales Sheinbaum trata de espantar a las masas ignorantes.
Atentamente,
Javier Antuna.
Correo: [email protected]






