Desde la inclusión de Candelario Arcega Aguirre, el Cande, en la lista de sanciones de la Oficina para Activos en el Extranjero (OFAC por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, se anticipó la caída de por lo menos un funcionario del Ayuntamiento de Tijuana. De Enrique Díaz, titular de la Dirección de Administración Urbana, la DAU, poderosa dependencia encargada de autorizar usos de suelo, edificaciones, construcciones, divisiones de predios y delinear la imagen urbana de la ciudad. La cuestión es que tan importantes decisiones no recaían precisamente en la oficina de la presidencia que ocupa Ismael Burgueño, el alcalde, sino en personajes externos que impusieron a Enrique Díaz; por ejemplo, el Cande, a quien este último ha servido desde la administración de Araceli Brown en Rosarito. Durante los meses de desempeño de Díaz en la DAU, las quejas fueron tan recurrentes como anónimas por parte de constructores: piden miles de dólares para autorizar usos de suelo, permisos de construcción o de división de predios. Algunos incluso fueron atendidos por los terceros ajenos al Ayuntamiento fuera de las oficinas oficiales, para informarles del costo de los permisos y licencias. Y aun cuando esto era del conocimiento del alcalde, nada se hizo al respecto… hasta que Estados Unidos sancionó al Cande, y ahora la Secretaría de Hacienda y Crédito Público también le ha congelado las cuentas. En ese contexto de investigaciones sobre actos criminales en dos países, sobre quien dicen es el patrón de Enrique Díaz, éste fue despedido del Ayuntamiento de Tijuana. En su lugar ha llegado un desconocido de la administración pública, cuya labor más reconocida es la de ser “agente inmobiliario”: el desconocido Fernando Sánchez Muñoz. Dicen, tampoco fue designado por el alcalde Burgueño en tan importante responsabilidad, sino por la secretaria de Desarrollo Territorial, Urbano y Ambiental, Virginia Vargas González. El desconocido, de lo poco que se sabe es que tiene carrera en Ensenada, donde los dominios del Cande, y del polémico empresario Fernando Salgado, son también una realidad. Ahora sí que al alcalde le tienen secuestrada la DAU.
Desconocido

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