Iván Alejandro Vega sufrió un accidente la madrugada del martes 29 de julio, que lo llevó a requerir atención en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), debido a que se había amputado parcialmente el pulgar derecho.
Llegó a las 2:34 horas a la Clínica 26 del IMSS en Cabo San Lucas, sin embargo, familiares denuncian que pasaron más de 24 horas para que recibiera la atención médica que requería.
Para las 21:10 horas de ese mismo martes, Iván Alejandro seguía en la espera de la sutura de su pulgar derecho, es decir, casi 24 horas después, con el temor de que esto pudiera afectar su condición y perdiera el dedo completo.
Emanuel García Vega, primo de Iván, habló con ZETA y confirmó que fue hasta las 9:00 horas del miércoles 30 de julio cuando por fin procedieron a operarlo.
No obstante, denuncia que desde la llegada de su familiar a la clínica se enfrentaron a un escenario desconcertante, en el que si bien el coordinador Jorge Arturo Cota López refirió que estaban muy saturados de trabajo y sin disponibilidad de dar la atención médica que requería Iván, el trato fue inhumano, según sus propias palabras.
“Me dijeron que estaban muy saturados, que no contaban con el personal para dar atención correcta. Quisimos llevárnoslo a una clínica privada por miedo a que perdiera el dedo, pedimos que subrogaran, pero se negaron”, compartió.
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Emanuel comenta que Iván fue víctima de negligencia médica, por lo que buscarán interponer una denuncia ante la instancia correspondiente, sin descartar acercarse a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
“Si esto no va a quedar aquí, lo considero una negligencia. No le dan valor a las personas, es lamentable que no se den cuenta, que al derechohabiente lo traten como a un perro animal”, dijo.
“Perdió medio dedo. Si hubiera sido una atención rápida hubiera podido conservar el dedo, si hubiera tenido atención pronta y eficaz”, agregó.
Recalcó que no buscan nada económico, sino que el personal del IMSS tenga más criterio ético y profesional, que no otorguen un trato inhumano a los pacientes.
“No hay IMSS-Bienestar, uno viene no por gusto, viene por necesidad y aquí tienen a los pacientes sufriendo, muriendo y sin ganas de hacer las cosas bien, si no pueden que subroguen el servicio a otras unidades médicas. El tiempo es vital para que no pierda el dedo Alejandro y los doctores bien a gusto cotorreando en la clínica. Ojalá nos escuche la señora presidenta Claudia Sheinbaum”, declaró otro familiar de Iván a ZETA.