Será en febrero o marzo de 2026 que podrían ser exhumados los cuerpos que se encuentran en las fosas localizadas en el predio conocido como La Gallera, donde Santiago Meza López, alias “El Pozolero”, exterminó alrededor de 750 personas disolviéndolas en sosa cáustica, esto de acuerdo con el presidente del Movimiento Unidos por los Desaparecidos de Baja California, Fernando Ocegueda.
“Cada año viene una persona de la Fiscalía General de la República y mete una varilla en una de las esquinas para ver si lo que estaba en condición de líquido se convirtió en estado sólido. El año pasado todavía le faltaba como 40 o 50 centímetros que están en calidad de sangre, es donde caía toda la sangre, los cuerpos, huesos, todo lo que Santiago Meza deshacía en la parte superior. Cada año viene esta persona y checa, me dijo que en un año más íbamos a hacer las gestiones para poder exhumar, no sé si las dos fosas, o cuando menos vamos a empezar con una”, compartió Fernando Ocegueda.
Respecto a si existe certeza de que se pueda extraer ADN de los restos que ahí se encuentran, dado que son más de 700 y de que fueron sometidos a una sustancia química corrosiva, Ocegueda explicó que aún así guardan la esperanza de poder extraer suficiente muestra genética de aquellos huesos que no hayan sido alcanzados por los químicos.
“Esos ADN’s fueron pasados por sistema químico, quemados hirviendo en sosa cáustica, y después baseados en esas fosas, yo calculo que podremos sacar, quizás, un 1% de ADN de esos huesos a los que no les haya llegado el ácido, para poder tener una identidad. Pero es una esperanza, que tal si puede ser mi hijo el que en su momento pudo estar ahí y me entrega un diente de él o un pedazo de fémur, yo con eso sería feliz”, expresó el presidente del movimiento.
Para aumentar la posibilidad de obtener ADN de los restos que se encuentran en dichas fosas, Fernando Ocegueda detalló que buscarán traer un nuevo sistema implementado en Suiza de recuperación de huesos con células madre, el cual según dijo ayudaría a recuperar la parte interna de los huesos, donde se ubica la muestra genética para poder extraerla e identificar las víctimas, aunque para ello deberán hacer gestiones y apelas al gobierno.
“El Pozolero” del CAF
El responsable de exterminar a 750 personas en un par de fosas en el predio de La Gallera, ubicado en el Ejido Maclovio Rojas, en Tijuana, fue Santiago Meza López, alias “El Pozolero”, quien ingresó al Cártel Arellano Félix (CAF) en enero del año 2000, para cuidar una bodega donde se almacenaba marihuana, pasando después a la tarea de deshacerse de los cuerpos de las víctimas del grupo delictivo. Su jefe inmediato, al principio, fue Marco Antonio García Simental, alias “El Cris”, quien utilizaba el falso nombre de Mario Alberto López Rivera, hermano mayor de José Manuel, Eleazar y Teodoro García Simental, alias “El Teo”(recluido desde 2010 en el penal Altiplano en el Estado de México), quien se convirtió en su ultimo jefe.
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Fue en el año 2012 que familiares de personas desaparecidas de Baja California encontraron, luego de varios años de búsqueda, el predio conocido como La Gallera, donde hallaron tambos y un conducto que conectaba con dos fosas, en las que se calculó había alrededor de 17,500 litros de cuerpos humanos disueltos en sosa cáustica, razón por la que no se pudo obtener una muestra de ADN para identificar a las víctimas, por ello la Fiscalía General de la República (FGR) determinó esperar algunos años para que esos líquidos se solidificaran convirtiéndose en una masa que permita abrir las fosas y comenzar la extracción de los restos.
La detención
La detención de Santiago Meza López se registró el 22 de enero de 2009 junto con otro individuo por parte de elementos del Ejército Mexicano en el complejo turístico Baja Seasons, en el municipio de Ensenada, cuando los militares fueron advertidos que en el lugar se celebraba una fiesta en la que se encontraban presentes integrantes del CAF. Narcotraficantes y pistoleros pudieron observar desde la cabaña donde convivían, cuando una unidad militar pasó sobre la autopista y dio vuelta en el retorno de la playa La Salina, lo que los puso en alerta para huir del lugar a bordo de camionetas por la playa y luego sobre la autopista hacia Tijuana.
Al arribo de los militares, que llevaban a cabo el programa de Combate Integral al Narcotráfico 2007-2012, en coordinación con la Policía Federal Preventiva, encontraron que dos de los vehículos que escapaban quedaron atascados en la arena y en el estacionamiento de unas cabañas en arrendamiento estaba otro automotor, por lo que procedieron a su revisión.
En una camioneta estaba sentado en el lugar del conductor, Meza López, mientras que el copiloto abandonó la unidad al ver que llegaban los soldados, pero fue capturado tras una corretiza. De acuerdo con el parte informativo de los aprehensores, el Pozolero portaba un chaleco antibalas y una fajilla color verde en la cintura, con dos granadas de fragmentación en el interior.
En el automotor relacionado con Santiago, los militares aseguraron en el lado derecho del asiento un fusil HK91 con su cargador abastecido de 20 veinte cartuchos calibre 7.62 X 51 mm. y tres cargadores más, dos de ellos con 20 cartuchos cada uno y otro con 16 proyectiles del mismo calibre. El otro detenido portaba un chaleco antibalas color negro, con dos placas de Kevlar adheridas, y en el asiento trasero fue localizado un fusil Barret calibre 50 milímetros, con un cargador abastecido de diez cartuchos útiles y otro cargador con ocho cartuchos, todos del mismo calibre, que se encontraba en el piso. Por ello se dieron las imputaciones a Meza por dos delitos: portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y la posesión de cartuchos.
En otro vehículo con placas fronterizas estaba un individuo con un chaleco antibalas, en el asiento del conductor, con una carabina DSA ZM4 abastecida con un cargador de disco con 91 cartuchos calibre 5.56 milímetros. En el asiento del copiloto estaba una mujer menor de edad, de 16 años, quien manifestó ser sexoservidora y que la habían contratado para que brindara sus servicios en la fiesta. En la parte posterior, atrás del asiento de la acompañante, se encontró un arma tipo ametralladora MP5 con dos cargadores, uno de ellos adherido al arma y abastecido con 30 treinta cartuchos del calibre nueve milímetros, y el otro cargador con 26 veintiséis cartuchos. Esas personas también fueron detenidas.
Al ser cuestionado por los aprehensores sobre la actividad a la que se dedicaba, Santiago Meza López expresó “que era ejecutor o ‘pozolero’, y al preguntarle a qué se refería, manifestó que metía los cuerpos de las personas ejecutadas a un tambo con agua y sosa cáustica, dejándolos aproximadamente 24 horas o más, hasta que se desintegraban por completo; asimismo manifestó trabajar para Teodoro García Simental, el Teo: que por dichos trabajos le pagaba 600 dólares a la semana, que llevaba aproximadamente nueve años trabajando con la organización y que llevaba un aproximado de 300 personas ejecutadas”.
“El Pozolero” declaró que las personas que llevaban los cuerpos de las personas muertas “siempre tenían escoltas tipo patrullas, que contaban con camionetas tipo panel, donde metían los cuerpos humanos; que el declarante iba con dos personas y dos personas más estaban esperando en el lugar donde tenían una olla con los aditamentos para hacer ‘pozole’ en el lugar conocido como ‘La Gallera’. También dijo que desconocía el origen de las víctimas y que “siempre los cuerpos humanos los llevaban muertos; no les veían el rostro, ya que todos éstos traían una máscara de cinta adhesiva de plástico gris, y cuando los metían a la olla o a los tambos con sosa cáustica en agua, sólo les cortaban la cinta por la nuca, sin quitársela totalmente”.
En la tétrica narración del hombre al que le pagaban 600 dólares semanales por los cuerpos deshechos, de los que invertía 400 dólares en insumos para tal fin, hay un pasaje en el que asegura que cuando iba al mandado, además de los materiales de trabajo, compraba cuatro o cinco cabezas de ajo y un litro de aceite comestible. Antes de iniciar la disolución de cadáveres en la mezcla química, Meza ponía a freír los ajos: “Cuando estaba caliente el aceite, empezaba a humear, y el olor del ajo era más fuerte que el de la sosa cáustica que salía cuando se estaban ‘cocinando’ o ‘pozoleando’ los cuerpos humanos”.
Tras su detención “El Pozolero” estuvo recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso 1) Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México y posteriormente, el 4 de agosto de 2020, fue trasladado quien estaba internado en el Cefereso 18, en Ramos Arizpe, Coahuila.
Sin embargo, después de que un Tribunal de Apelación incrementó de 10 a 15 años una condena en contra de Santiago Meza, se declaró compurgada la pena y a la fecha no se le localiza en ninguno de los centros penitenciarios del país.
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