Violeta Barrios de Chamorro, quien en 1990 se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia de Nicaragua y del continente americano, falleció la madrugada del sábado a los 95 años de edad en Costa Rica, según informó su familia a través de un comunicado oficial.
“Doña Violeta falleció en paz, rodeada del cariño y del amor de sus hijos y de las personas que le brindaron un cuido extraordinario, y ahora se encuentra en la paz del Señor”, señala el mensaje familiar. Chamorro había enfrentado múltiples problemas de salud tras una embolia cerebral en 2018 y, más recientemente, complicaciones por un tumor en la cabeza. Desde octubre de 2023 residía en Costa Rica, acompañada de sus hijos exiliados: Cristiana, Pedro Joaquín y Carlos Fernando Chamorro Barrios.
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Presidenta entre 1990 y 1997, su mandato marcó el fin de una década de guerra civil en Nicaragua y el inicio de un proceso de reconciliación nacional. Proveniente de una familia ligada al periodismo y la resistencia contra la dictadura somocista, Chamorro también tuvo una activa participación política tras el asesinato de su esposo, Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa, en 1978. Este hecho detonó la caída de la dictadura de Anastasio Somoza.
Antes de su incursión en la política, Violeta Barrios de Chamorro vivió en Estados Unidos y, a su regreso a Nicaragua, trabajó de cerca con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, al cual posteriormente se distanció por diferencias ideológicas. En los años 80 tomó la dirección de La Prensa, y en 1990 ganó las elecciones presidenciales frente a Daniel Ortega, entonces líder del sandinismo y actual presidente del país.
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De acuerdo con la agencia Reuters, su elección representó un hito para América Latina, al demostrar la posibilidad de una transición democrática en una región marcada por conflictos armados y autoritarismos.
En el comunicado, su familia indicó que los restos de Chamorro serán trasladados a Nicaragua solo cuando su “legado patriótico pueda ser honrado en un país libre y democrático”.
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Su hijo, Carlos Fernando Chamorro, actual director del medio Confidencial, ha sido uno de los periodistas más perseguidos por el régimen de Ortega, heredando la vocación y la lucha por la libertad de expresión de sus padres.
