Vínculos con narcotraficantes, lavado de dinero, apología del delito, evasión fiscal, y autoría e interpretación de narco-corridos, potenciales causas de la restricción migratoria a Julión Álvarez, Grupo Firme, Javier Rosas, Lorenzo de Monteclaro, y Espinoza Paz, obligados a cancelar de último momento presentaciones y giras estadounidenses por la revocación indefinida de sus visas de trabajo, y/o su solicitud encontrarse en proceso administrativo
En la historia musical ningún género ha estado exento de polémicas o escándalos; actualmente en México el norteño-banda, los corridos tumbados, y la banda sinaloense están en el ojo del huracán por glorificar a personajes del crimen organizado en sus canciones, relacionarse amistosamente y/o buscar su patrocinio, hacer apología del delito, escribir e interpretar corridos por encargo, tocar en fiestas privadas de narcotraficantes, y lavar su dinero; lo que históricamente ha desembocado no en asesinato de figuras como Chalino Sánchez, Valentín Elizalde, Sergio Gómez (K-Paz de la Sierra), Sergio Vega “El Shaka”, y recientemente Grupo Fugitivo, así como restricciones y multas gubernamentales en diversas entidades por cantar narco-corridos, y hasta vetos específicos, como sucedió en Tijuana con Los Tucanes de Tijuana, quienes en el gobierno de Jorge Ramos fueron señalados por mantener vínculos con el narco.

Actualmente, se suma la intervención estadounidense con una medida simple, pero mediática: la cancelación o retraso indefinido de la visa de trabajo por razones no develadas, pero que en automático son asociadas por presuntas relaciones con narcotraficantes, realizar apología del delito mediante la autoría e interpretación de narco-corridos, lavado de dinero, y evasión fiscal, como potenciales causas de la restricciones migratorias que han obligado Grupo Firme, Julión Álvarez, Javier Rosas, Espinoza Paz y Lorenzo de Monteclaro a cancelar de último momento presentaciones y giras en suelo americano, aludiendo a “procesos administrativos que retrasan la expedición”, cuando se trata de revocación indefinida de visas de trabajo.

Aunque cabe cuestionar hasta dónde la autoría e interpretación artística puede ser restringida por razones políticas y/o de seguridad, o en dónde está la frontera entre la libertad de expresión y apología del delito, y cuándo cae en libertinaje; lo cierto es que las nuevas normativas migratorias estadounidenses son menos flexibles con el argumento de seguridad nacional, el combate al tráfico de drogas y a estructuras criminales extranjeras consideradas organizaciones terroristas, poniendo bajo la lupa a intérpretes de narco-corridos, corridos tumbados, y hasta exponentes del regional mexicano.
Los primeros fueron Los Alegres del Barranco, a quienes les fueron retiradas las visas el pasado 31 de marzo, aunque la razón sí fue externada, justificando la proyección de imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” durante un concierto en Zapopan, Jalisco, como motivo del retiro del visado. Luego ocurrió el caso de Julión Álvarez, posponiendo el 23 de mayo (un día antes) su concierto en Arlington, Texas, con localidades vendidas y escenario montado, debido a la cancelación de su visa, misma que había sido revocada en 2017, también en el gobierno de Donald Trump, además de ser incluido en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) por presunto lavado de dinero.

Bromeando al respecto, con un “sirve que descanso”, Imanol reaccionó al veto recibido junto a su hermano Poncho en las mismas fechas que Julión, con el que Los Dos Carnales no podrán ingresar a Estados Unidos, cancelando su presentación con Gerardo Ortiz y El Fantasma. Luego, el 25 de mayo sería el ícono Lorenzo de Monteclaro, quien cancelara sus shows en Arizona, Texas, Utah y California, por supuestos retrasos de su visa por encontrarse en “proceso de espera”
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El caso más sonado es el de Grupo Firme, que el pasado 30 de mayo cancelara su presentación en “La Onda Fest” (Napa Valley, California), debido a lo que denominaron “un proceso administrativo en sus visas”. Apenas un día después, Javier Rosas y su Artillería Pesada lanzaría un comunicado similar, suspendiendo temporalmente sus actividades en Estados Unidos por el proceso del visado, situación que justificó como “un procedimiento común que afecta a numerosos artistas internacionales”.

Otro caso es el que vive el cantautor y baladista Espinoza Paz, desde hace algunos años, quien no es relacionado con la interpretación de narco-corridos, pero también se encuentra en medio de dificultades para presentarse en Estados Unidos, por no contar con visa de trabajo, ni de turista, potencializando otro tipo de investigaciones y/o causas.
Evidentemente todos los artistas reiteran su esperanza de reprogramar fechas o reanudar giras, ante circunstancias que están fuera de su control, pero lo cierto es que la relación de la música regional mexicana con el vecino país se encuentra en la incertidumbre, y en medio de interrogantes como el del sociólogo Luis Astorga, quien cuestiona que “En la lógica de los censores de casi todo el espectro político actual, ¿habrá que encarcelar en algún momento a compositores e intérpretes de los corridos de traficantes? Quien compone, interpreta o escucha esa música, ¿será acusado de participar en el crimen organizado? ¿Se creará el delito de “lavado ético”?”
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