“Cuando dos rufianes riñen, algo bueno reporta a las gentes honradas”.
–Expresión de V. I. Lenin.
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Se enojaron las comadres. Eso fue lo que evidencio la reciente protesta pacifista, inofensiva y franciscana, que llevo a cabo un grupo de habitantes del poblado Maclovio Rojas de Tijuana, B.C.
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¿A qué se deberá esa inquina de la banda del multimillonario “doctor” e “ingeniero” Jaime Bonilla contra el susodicho grupo de colonos que capitanea Casandra Hernández? ¿Por qué el Partido del Trabajo (PT) dejó en la estacada a los manifestantes que manipula la pillastre Hernández? ¿A qué se debió que los cerca de 100 mil afiliados con que cuenta el PT en Baja California (según Blázquez Salinas el compinche número uno de Bonilla) no hayan acudido a respaldar a sus otrora admirados camaradas?
Como es sabido, en las anteriores manifestaciones (bloqueo de la vieja carretera a Tecate, cierre de la planta de Pemex de Rosarito, y la primera vez que taparon la calle al aeropuerto) Bonilla y sus secuaces se habían mostrado muy “solidarios” con sus aparentes “compañeros” del Maclovio. Desde su gigantesco consorcio radio-televisivo (PSN), sus mercenarios pericos, a voz en cuello, aupaban a los manifestantes. A Casandra Hernández la elevaban por las nubes. La llenaban de elogios. Y Hernández devolvía los halagos. Con creces. Varias veces fue entrevistada en las tétricas instalaciones del consorcio hitleriano PSN. Mimada y puesta de ejemplo. Tórrido era el romance entre Bonilla y la referida camarilla del poblado Maclovio Rojas.
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Hoy, en cambio, ni uno solo de los 100 mil miembros del PT (según las cuentas del Gran Capitán del cacarizo Blázquez Salinas) se hicieron presentes en el bloqueo al aeropuerto. Tres días (del 10 al 13 de marzo) de permanente bloqueo a la calle que lleva a las instalaciones del aeropuerto del imperialismo español, o sea a la propiedad del Grupo Aeroportuario del Pacifico (GAP), no lograron absolutamente nada. Lluvias, ventarrones e intenso frio por tres días consecutivos sufrieron los manifestantes. Y ni tan siquiera una palabra de aliento (agua, comida y cobijas ni pensarlo) para su protesta fue pronunciada por la miserable turba de bandoleros que comanda el cacique dueño de la fábrica de mentiras PSN. Al contrario, durante todos esos tres días de protesta sólo denuestos recibieron los colonos. Bonilla se unió a la más apestosa y negra reacción que lanzaba venenosos escupitajos contra los protestantes. El nazifascista con careta de “socialista” hizo causa común con los nazifascistas sin careta, o sea, con los lobos carniceros del CCE y de la Coparmex. A saber, con la flor y nata de los más crueles explotadores del proletariado. Abiertamente el cacique unió su voz a la de los furiosos lobos carniceros que exigían que los protestantes fueran desalojados a punto de patadas, garrotazos, gases lacrimógenos y balazos. Al puro estilo del sanguinario priista, Gustavo Díaz Ordaz.
El pasado día 16 de marzo el Jefe de los guaruras de Bonilla, el cacarañado Blázquez Salinas, arremetió, con saña, contra los colonos que tapaban la calle al aeropuerto. Escuchemos: “Se les paso la mano a los del Maclovio…afectaron a todo mundo…lamentable el bloqueo…estaban cobrando peaje…afectaron toda la vida de la ciudad”. Y remata sus invectivas con alabanzas a los malditos kaibiles policiacos: “Yo no vi represión…la policía no tuvo necesidad de reprimir”. ¿A que le llamara represión este imbécil? ¿Acaso a que llegara un escuadrón de la muerte del Estado burgués y asesinara a los manifestantes como lo hicieron, en días recientes, con el activista pesquero, Sunshine Rodríguez, en Mexicali?
Ahora veamos lo que publico, hace pocos días, el Semanario ZETA de la ciudad de Tijuana: “El secretario de Gobierno, Alfredo Álvarez, no descarto en algún momento el uso de la fuerza pública… Este mensaje, combinado con la presencia activa del Ejercito Mexicano durante la mañana del miércoles, llevo a los manifestantes a decidir abandonar los campamentos”.
Ni para el cacarizo Blázquez Salinas, ni para su patrono Bonilla, esto no es represión. Plantarse un pelotón de guachos frente a unos inermes manifestantes empuñando pavorosos fusiles es una abierta represión. Digan lo que digan los malditos y reaccionarios burgueses. El desalojo fue llevado a cabo manu militare; o sea, a punta de fusil. Ah, pero deberían haber sido masacrados para que entonces si poder decir que hubo represión.
Y es con esta basura fascista que Casandra Hernández y sus seguidores se abrazaban y se besaban. No hace mucho.
Preferible, mil veces, luchar solos que en alianza con estos miserables alacranes burgueses que alardean, hasta por los codos, ser de “izquierda y socialistas”. También Hitler y Mussolini presumían ser “socialistas”.
¿Volverá la líder y sus compañeros del Maclovio a abrazarse y besarse con el “doctor” y con el cacarizo? ¿Regresaran a revolcarse de nuevo en el hediondo chiquero que encabeza Bonilla? No lo dudamos ni tantito. Pesan más en la balanza los ruines intereses comunes que los unen que los que los separa. Hernández es una mujerzuela sin dignidad. Con una ideología pequeñoburguesa. Avariciosa y ruin. Dispuesta a “triunfar” a todo trance. Sin importar a cuantos tenga que pisotear, traicionar y aniquilar. Sus anteriores arrumacos con Bonilla son pruebas tangibles de su perversidad. Al parecer, a Hernández ya se le “olvido” que el copropietario del PT ha sido denunciado –Vox populi, vox Dei- de haber sido quien ordenó el asesinato de la periodista Lourdes Maldonado. Una prueba más de la clase de lacra que es Hernández.
La clase trabajadora y las masas pobres deben tener conciencia de que en las filas de la lucha popular no deben tener cabida liderzuelos pacifistas. Apaciguadores de la ira popular. Todo miserable esquirol con careta de gente honrada debe ser expulsado oprobiosamente del Movimiento. Si esa clase de liderzuelos continúa manipulando la lucha, nunca los pobres podrán vencer a sus enemigos. Y serán derrotados una y otra vez.
La historia de la lucha de clases nos ha enseñado que sólo el combate enérgico, valeroso y violento; y dirigido por líderes resueltos y valerosos, dispuestos a vencer o a morir por la Causa de los pobres, ha logrado que los pueblos derroten a sus opresores. Los cobardes son seres despreciables. Prestos a traicionar en cualquier momento.
Con inofensivas e ingenuas manifestaciones o plantones dirigidas por timoratos, que temen ser reprimidos y puestos tras las rejas, jamás se ha logrado nada. A no ser migajas. Arrastrándose y con súplicas a la tiranía, conseguirán mucho menos que nada.
Audacia, audacia y más audacia es la condición sine qua non para poder vencer al enemigo.
Ciertos estamos que el grupo que dirige Casandra Hernández, como lo indicamos anteriormente, regresara al apestoso redil del todopoderoso multimillonario de la “4T” Jaime Bonilla. “Limara asperezas” con el criminal. Y, los abrazos y besos, momentáneamente interrumpidos, volverán a reanudarse. Pronto seremos testigos de la dulce reconciliación de este par de depreciables bandoleros.
Atentamente,
Javier Antuna.
Correo: [email protected]
