Cada año ingresan a México 800 mil cabezas de ganado ilegal desde Centroamérica, generando una lucrativa ganancia para las redes delictivas de 320 millones de dólares, que pone en peligro la sanidad del hato nacional, denunció César Rafael Ocaña, el especialista en análisis agroalimentario.
El también director de la consultora NexusAgronegocios refirió datos del informe de InSight Crime (2022), para señalar que la producción ganadera nacional está en riesgo por el ingreso de ganado ilegal a precios reducidos y de dudosa condición sanitaria porque está abierta la frontera sur sin una gestión adecuada.
Debido a un brote del gusano barrenador detectado en Chiapas y Centroamérica, por primera vez en 30 años, el gobierno de Estados Unidos suspendió la importación de carne mexicana, y aunque ya se anunció un protocolo para reanudar las exportaciones, que incluye preinspecciones y cuarentenas con tratamiento, los protocolos en el sur no han sido modificados significativamente, salvo medidas sanitarias para el control de la mosca que origina el gusano barrenador.
“Este descontrol afecta la rentabilidad de los ganaderos mexicanos, paraliza las exportaciones y presiona los precios a la baja, beneficiando únicamente a intermediarios y engordadores industriales” afirmó Ocaña, y urgió a implementar políticas sanitarias consistentes, que protejan a los productores nacionales, restauren la confianza de los mercados internacionales y fortalezcan la economía de nuestro país.
Las exportaciones de los ganaderos del norte hacia Estados Unidos se realizan bajo estrictos protocolos sanitarios y representan un mercado de alrededor de mil millones de dólares anuales, con cifras que oscilan entre 900 mil y 1.3 millones de cabezas, dependiendo de la fuente.
De ahí que consideró que, los gobiernos federal y estatales, así como las uniones ganaderas regionales deben reforzar acciones para detener el ingreso de ganado ilegal; implementar controles sanitarios rigurosos en los puntos críticos; reforzar el esquema de trazabilidad del ganado con el SINIIGA y mantener la reactivación del programa de erradicación del gusano barrenador en la frontera sur.
“El tiempo apremia. Proteger la sanidad animal y la economía de más de 800 mil ganaderos requiere decisiones firmes e inmediatas. La ganadería mexicana depende de ello”, expresó Ocaña, en un comunicado difundido este 26 de diciembre de 2024.