Por este medio hago estas letras al consejo editorial de ZETA, dígase Adela Navarro Bello, César René Blanco Villalón y demás equipo que hacen aparezca este Semanario cada semana, y de la misma manera a un público vasto de lectores de ZETA en todas sus secciones, para pedir una disculpa generalizada por el contenido de la carta publicada en la edición 2639, la cual generó revuelo y problemas a primeros, segundos y terceros, a la sociedad en general.
No fue mi intención generar esa inconformidad, mas es de sabios reconocer una falta, un error, que habrá de reestructurar mis textos escritos y demás inquietudes a futuro.
Por eso, una vez más, mil disculpas a todos, quedando a su disposición plena.
P.D. Personal de Leopoldo
ZETA, Semanario de información y análisis. Así se ha conocido por años, libre como el viento. Así lo conocí yo, y pedí permiso en 1994 a Adela Navarro Bello de ser partícipe con mi escrito. Y dijo sí.
De ninguna manera la disculpe que hice hará cambiar mi visión hacia el gobierno en turno, en otros rubros y más generales; ah, claro, habrá más precauciones con temas espinosos, que causen admiración, revuelo y enojo.
Ya son casi tres décadas de escritos. ZETA tenía 14 años iniciado, era adolescente; el tiempo pasa, da madurez, y ZETA ya es Semanario maduro. De igual manera un escritor, que querrá seguir participando con este Semanario, pero con más delicadeza, temple, madurez que nos da la vida. Gracias.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.