En los tiempos en que fue asesor de la entonces procuradora Perla Ibarra Leyva, allá en el sexenio infame del último panista en el Estado, Francisco Vega de la Madrid, la mala fama siempre caracterizó a El Castellanos, como se referían a José Alberto Castellanos González. De él no solo se quejaban agentes de la entonces PGJE, también narcos, quienes incluían su nombre en mantas amenazantes, acusándolo de favorecer a ciertas células criminales en perjuicio de otras y no propiamente de la procuración de justicia. Pero allende los señalamientos criminales, El Castellanos transitó de los gobiernos panistas a las administraciones morenistas. Con habilidad se incrustó en el primer ayuntamiento de Morena en Baja California, después se le perdió la pista, aunque una persona con su mismo nombre, José Alberto Castellanos González, cobró 19 mil 911 pesos como asesor del diputado Ramón Castorena Morales en 2023. Pero el miércoles 23 de octubre, cuando reapareció aparentemente cuidándole las espaldas a Alejandro Arregui, ex priista ahora moreno y secretario del Trabajo y Previsión Social de Baja California. Ese día, el funcionario de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda acudió a las instalaciones de la empresa Prime Wheel en Tijuana, y ahí se le vio al Castellanos atento a los pasos de Arregui. ¿Será que ya se acomodó otra vez en el poder bajacaliforniano? No sería de extrañar con la cantidad de azules que se pintan de guinda, ni con la impunidad que se carga en este Estado.