“Que tengan armas, que tengan dólares, no quiere decir que una superpotencia sea invencible. Empero, si disponemos de un pueblo políticamente consciente y organizado para una dura lucha, entonces sí, podemos afirmar que tenemos en nuestras manos la fuerza para derrotar a feroces y poderosos enemigos”.
-Enver Hoxha. Reflexiones sobre Medio Oriente (26 de mayo de 1979. P. 318).
El Estado judío-sionista de Israel no es ningún socio del imperialismo norteamericano. El régimen israelí es un feroz gorila atento a los dictados de sus amos yankees.
Las palabras de “moderación”, “tregua” y de “cese al fuego” que tanto Biden como Kamala Harris han pronunciado una y otra vez, son pura repugnante hipocresía. Pues las órdenes de continuación del fuego sobre Palestina siguen siendo ordenadas por el Pentágono gringo.
Se ha cumplido un año del incesante cañoneo y ocupación militar de la franja de Gaza. Y al parecer el siniestro engendro judío tiene la intención de proseguir llenando de cadáveres el territorio palestino.
Hasta el pasado mes de septiembre el ejército judío había perpetrado 41 mil asesinatos en Gaza. Esa es la cifra oficial. Sin embargo, la reconocida revista médica británica The Lancet publicó en julio pasado que la cifra no era exacta, pues no se habían tomado en cuenta las víctimas indirectas. Lancet estima que el número real de muertos podría ser de 186 mil o incluso mayor (aproximadamente el ocho por ciento de la población total de Gaza que se establecía en dos millones, más o menos, de habitantes). El informe atribuye la espantosa mortandad a la hambruna, a falta de refugios, enfermedades infecciosas, carencia de atención médica y agua.
¿Y qué han hecho los gobiernos del mundo para detener este horroroso genocidio? Nada, absolutamente nada. Sólo palabrería huera. Con declaraciones y lamentos nunca los malditos asesinos se han detenido. Ni tan siquiera con el rompimiento de relaciones diplomáticas. Hay que romper relaciones con los matones judíos, sí, pero aunado a eso hay que llevar a cabo una campaña activa y tonante. Con ardor. Romper tajantemente toda relación política y económica con ese régimen nazifascista. Aislar a Israel como se hizo con Pinochet y con el Apartheid racista sudafricano. Ponerlo en la picota internacional. No solamente “romper” con esa bestia y por debajo de cuerda continuar comerciando como lo ha hecho el imperialismo español del “socialista” Pedro Sánchez. Y también régimen brasileño supuestamente socialista de Lula.
¿Se atreverían a realizar algunas acciones radicales como las que hemos señalado arriba algunos de los países que alardean apoyar a Palestina? No lo creemos. Los países que se cuelgan el marbete de “socialistas del siglo XXI” -verbigracia Nicaragua y Venezuela- y que de los dientes pa’fuera lamentan el genocidio, son tan reaccionarios y desalmados como los que abiertamente aprueban la barbarie de los criminales judíos.
Los revolucionarios deben en cada país agitar a las masas populares para que arremetan airadas contra embajadas, consulados y empresas judías. Y contra industrias que tengan nexos con dicho Estado.
De la autocracia morenista, tan militarista como el régimen de Netanyahu, no se podría haber esperado otra cosa que el de mantenerse “neutral”, como si en circunstancias como éstas se pudiera ser imparcial. Su neutralidad no es otra cosa más que complicidad con los asesinos hebreos. “Paz y amor” manifiesta, de forma descarada, la autocracia de la “4T”. ¿Acaso no significa tal conducta una rastrera sumisión a los chacales de Washington? Su matraca de “México es independiente, libre y soberano” es sólo reaccionaria verborrea para encandilar a crédulos.
Las armas, municiones, equipo de espionaje, etc., que tanto el ejército judío como la tropa morenista reciben, vienen del mismo proveedor, es decir, del mismo amo. Es el imperialismo norteamericano quien abastece de material bélico a sus fieles lacayos, esto es, tanto a los kaibiles de la “4T” como a los caníbales israelíes. No obstante, el moderno, abundante y poderoso armamento de los judíos nosotros sostenemos que el pueblo palestino vencerá. Porque pueblo que lucha con tanta fe por liberar del yugo extranjero a su patria es pueblo que triunfa.
La vanguardia del proletariado del mundo tiene mucho que aprender del pueblo palestino. Su audacia, su tesón y su inquebrantable fe en el triunfo. Cosas que todo revolucionario patriota y, sobre todo, los verdaderos comunistas deben de asimilar.
Nuestro hondo repudio contra esos “comunistas” quintacolumnistas furgón de cola de la reaccionaria socialdemocracia traidora en general y de la maldita “4T” en particular. Despreciables trotskistas que han guardado silencio ante la orgia de terror y de sangre que está llevando a cabo los gringos en territorio palestino.
De lo que sí estamos seguros es que el heroico pueblo palestino no se rendirá, por más misiles que los judíos lancen sobre Gaza. Será ejemplo de cómo un país pequeño y pobre es capaz de derrotar a una gran potencia. Vietnam ya nos lo demostró décadas atrás. Palestina, hoy, nos lo está demostrando.
Atentamente,
Javier Antuna.
Tijuana, B.C.
Correo: triunfocomunista@gmail.com