Entre cañones con poca visibilidad, pero con una buena humedad como los ubicados en las faldas del Cerro Bola en Valle de Las Palmas, los recónditos pero productivos cerros del poblado de Cerro Azul y zonas serranas de La Rumorosa, autoridades han registrado el aumento de plantíos de marihuana.
Una vez cosechado el producto de la planta, ésta es procesada y empaquetada para ser traficada a Estados Unidos en su mayoría, y otra parte ser distribuida en territorio mexicano, incluidas las zonas rural y urbana de Tecate y los municipios de Tijuana, Rosarito y Mexicali, donde la hierba es comercializada según la calidad obtenida a partir de la pureza o razas de la misma.
La cosecha también es utilizada para trabajarla con wax, sustancia aceitosa obtenida de la extracción de la cannabinoides que, mezclada con butano y la propia marihuana, se utilizada principalmente en cigarrillos electrónicos.
“En su mayoría las drogas se venden por dosis o lo que el cliente quiera mezclar, por ejemplo, una bolsita de marihuana lista para el consumo, dependiendo la calidad, puedes comprarla en 50 pesos, si ésta es mota corriente, te dan un poco más. Hay de todo: para el vicio, para los que le dan un uso médico, la llamada ouji, la mezclada con wax, entre otros, hablando de marihuana. Ya si buscas algo más es depende de la sustancia, la más cara siempre en rangos es la coca, esa es de quinientos pesos para arriba; 100 gramos de mota son aproximadamente 120 pesos, ya si es con wax estamos hablando de 400 hasta 500 pesos, mientras que una bolita pequeña de coca del tamaño de un chicle grande de bolita, alcanza hasta los 900 pesos, también el precio varía dependiendo de la pureza”, explicó un informante a ZETA.
El martes 20 de agosto, autoridades informaron la localización y destrucción de un plantío ubicado en la zona del poblado de La Rumorosa, gracias a una denuncia ciudadana que proporcionó la localización. Consistía en un predio de mil metros cuadrados que albergaba 6 mil plantas de marihuana de entre 50 centímetros y 1.90 metros de altura, todas hidratadas por un sistema de riego instalado a base de goteo. Las plantas fueron arrancadas y quemadas al momento por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Fuerza Estatal, incluso sin informar a agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) o algún otro agente federal.
“Constantemente hacemos despliegue de agentes que se introducen en áreas identificadas como de alta posibilidad para la instalación de plantíos de marihuana, con el objetivo de identificarlos y erradicarlos, los elementos pasan días explorando las zonas, hablemos del área que comprende a Testerazo y Valle de Las Palmas, que por sus zonas de difícil acceso, se pueden instalar plantíos que tienen un camuflaje con la misma naturaleza del lugar, particularmente en las faldas del Cerro Bola, donde existen cañones con caudales que en temporadas húmedas son fuente de hidratación natural para los sembradíos que se instalen, ahí hemos ya detectados diversas áreas que albergan estas plantas en su mayoría marihuana y que sugieren además un riesgo para quienes gustan de realiza actividades como el senderismo en espacios abiertos, como el localizado en esa área y que pudiera derivar en el encuentro entre quienes cuidan estos sembradíos e instalan sus campamentos y los deportistas; o simplemente en una ruta alterna ser descubierta por algún paseante, y por evitar que la información se difunda puede sufrir alguna agresión directa”, expuso a este Semanario un mando adscrito a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comisionado al municipio de Tecate.
TESTIMONIO DE UN ESCLAVO DEL NARCO
Mientras investigadores estatales refirieron que en 2021 se localizó un plantío entre los poblados de Cerro Azul y Valle de las Palmas, además de un laboratorio sintético que albergaba no sólo a trabajadores en su mayoría adheridos a la célula criminal del Cártel de Sinaloa, quienes proveían la seguridad para el lugar, sino a hombres como mujeres que eran captados en rancherías y transportados en autobuses simulados con la promesa de trabajar en actividades de campo como la recolección de verdura o el corte y empaque de fruta, terminaban siendo trasladados a esta zona, donde eran obligados a cuidar, cortar y realizar actividades en beneficio del cártel y sin paga alguna.
Tal es el caso de Joaquín, de 45 años, quien fue engañado y trasladado hasta el plantío, donde era obligado a trabajar hasta 20 horas diarias en condiciones extremas bajo el sol y sin alimentos, hasta que logró escapar cuando los cuidadores salieron, reduciendo su presencia en el lugar a dos masculinos. “Eran siete hombres y dos mujeres los que todos los días verificaban que se hiciera lo indicado, alguno nos mandaba a la revisión de las plantas, nos daban de culetazos si no poníamos la atención que ellos querían, a veces por el sol o por sed y hambre, uno ya no sabía que andaba haciendo, hacíamos lo posible para que ninguna de ellas se quemara, pues decían que eso baja su calidad”, relató.
“Otros más nos obligaban a cocinar y eso estaba más feo porque la piel se te quema, el cabello se cae, los ojos arden. El día que me subí al camión iba contento porque tenía días sin trabajar, ya hacía falta dinero en la casa y mi señora también había quedado de venirse a recolectar tomatillo, que es lo que nos dijeron que haríamos ahí en Valle de las Palmas. Yo vivía entrando a Ensenada, pero ese día Pedrito, mi hijo más chico, amaneció con calentura y una tos fea, entonces, gracias a Dios mi mujer se quedó a cuidarlo si no, no sé qué hubiera sido de mis hijos. Pensé que ahí moriría, vi caer a varios que se los llevaron y ya no regresaron, incluso atestiguamos cómo obligaron a dos compañeros a hacer un pozo en donde nos dijeron nos meterían ya muertos si nos poníamos renuentes”, agregó Joaquín.
“Un día casi al caer la noche y sin saber cuántos días tenía ahí, vi que se marcharon varios, dijeron que irían por alimentos y químicos casi todos, sólo se quedaron dos y aproveché el momento cuando vi que uno se estaba quedando dormido, corrí y corrí no sé por cuánto tiempo, pero cuando salió el sol, vi la carretera y logré que un tráiler me diera raite, ese señor me salvó la vida”.
El testimonio de Joaquín es difícil, asegura que por miedo no fue con las autoridades para decir lo que estaba pasando, sólo hizo unas llamadas desde teléfonos públicos para reportar que en dicha zona había un campamento, pero no sabe si le creyeron. “Aún vivo con miedo, ni siquiera voy para esos lados por temor a que me reconozca alguno, que me busquen, ya no vive uno igual”, concluyó.
TAMBIÉN ASEGURAN NARCOLABORATORIOS
De 2021 a la fecha, al menos cinco narcolaboratorios y plantíos han sido localizados y destruidos en esa zona.
Conforme a reportes de autoridades locales, la producción de marihuana en Tecate se ha duplicado en comparación a 2021 y 2022, para ello algunos no sólo captan a trabajadores en Baja California, sino que traen cocineros, agricultores, cuidadores, incluso sicarios para asegurar los plantíos desde sus estados natales, siendo Sinaloa, Jalisco, Nayarit, Michoacán y Guerrero los principales estados que proveen a los cárteles en la frontera.
En Tecate han sido identificados por integrantes de las Mesas de Seguridad, operadores de cárteles como el de Sinaloa, de la fracción de Ismael “El Mayo” Zambada y Los Chapitos; y del Cártel Arellano Félix, encargados de los plantíos y laboratorios, algunos señalados incluso con protección de fuerzas federales.
“Hemos detectado que agentes de diversas corporaciones, hablemos de locales, estatales y federales, brindan sus servicios de ojo ciego a los grupos criminales, es decir, saben quiénes siembran, trafican e incluso asesinan en la zona de Tecate, pero reciben un pago para voltear hacia otro lado”, explicó un agente de la FGR. “Difícilmente se logra judicializar alguna carpeta en contra de estos agentes sucios, incluso es más probable que sean alcanzados por las balas de los grupos criminales contrarios más rápido que por la propia justicia”, complementó.
La producción de la droga y la siembra en esta zona de la frontera significa una reducción de costos para los cárteles de hasta un 70%, sino es que más, señalan expertos en materia de seguridad nacional. Al contar con grandes espacios de tierra que no son viables para recorrer de manera fácil y al estar separada con grandes distancias deja abierta la posibilidad al desarrollo de plantíos que son bien cuidados en pocos meses, Tecate representa ganancia, ya que cuentan con los llamados burreros, que al estar lista la droga -ya sea marihuana, cocaína, fentanilo- alistan sus cargas y la llevan directo a Estados Unidos.
Tienen toda una frontera, conocen los caminos, la llevan a cuestas en la espalda o en autos, incluso por la propia garita ingresan vehículos y lo saben también las autoridades norteamericanas, quienes, a pesar de los protocolos de seguridad, sólo detectan un 5%.
La marihuana es considerada el primer escalón de los jóvenes hacia al camino de las adicciones. “Un 99% de los internos de los centros de rehabilitación te va contar que iniciaron probando marihuana, y créeme que socialmente esto está ya normalizado, he conocido a padres y madres que traen a sus hijos con problemas avanzados de drogadicción y que ya consumen cocaína, fentanilo, piedra, éxtasis, heroína, entre muchas más drogas, y dicen que no hicieron nada antes porque su pequeño sólo consumía mota, ‘es natural, no hace daño’, aseguran”, señaló el director de cinco centros de rehabilitación ubicados en Tecate y Tijuana.
LOS ASEGURAMIENTOS
Apenas en junio, un sembradío de 35 metros cuadrados con 102 plantas con altura de entre 30 y 60 centímetros fueron descubiertas por autoridades que integran el grupo de Reacción y Acción Inmediata en el poblado Luis Echeverría, también conocido como El Hongo.
Otro plantío más fue quemado por elementos de Sedena, a unos kilómetros de la Carretera Tecate-Ensenada, entre Nueva colonia Hindú y Valle de las Palmas a principios de agosto, incendio que derivó en forestal, debido a que las llamas se extendieron.
Asimismo, 5 mil plantas de marihuana en mil metros cuadrados de un predio en el rancho Santa Verónica fueron aseguradas en septiembre de 2023 por agentes de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana.
El mismo año, en la misma zona, fueron localizados al menos 6 plantíos más, con 27 mil plantas de marihuana y tres campamentos que fungían como base de operaciones que resguardaban presuntos narco laboratorios donde se han localizado tambos de metal y plástico, bidones, sustancias granuladas, ollas de aluminio, vaporeras, calderas, tinas de plástico, hidróxido de Sodio sólido, ácido tartácico, tambos con la leyenda precursor químico, mezcladoras, mangueras, tanques de retención de líquidos, polvo color blanco, entre otras cosas.
En junio de 2020, 420 kilos de marihuana fueron destruidos por agentes de la Guardia Nacional que descubrieron un plantío con una superficie aproximada a 140 metros cuadrados, con una densidad de seis plantas por metro cuadrado, algunas con altura de hasta 1.80 metros.