A tres semanas de que el narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada García cayera en manos de las autoridades estadounidenses junto con Joaquín Guzmán López, hijo del encarcelado capo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, líderes del Cártel de Sinaloa, las dudas sobre la captura no se han aclarado y, por el contrario, una carta, presunta autoría de Zambada, fortalece la teoría de la traición y ha enrarecido el ámbito político al involucrar en el asunto al gobernador sinaloense Rubén Rocha Moya, quien es exonerado anticipadamente desde la Presidencia de la República.
Mientras eso ocurre en el terreno de las versiones, Estados Unidos solicitó cancelar la orden de detención provisional con fines de extradición expedida desde 2003 en contra del “Mayo” y en 2018 en contra de Joaquín “El Güero Moreno” Guzmán. Así lo informó Andrés Manuel López Obrador, quien desde la Presidencia de la República sigue lamentándose por no contar con los detalles de la forma en que se registró la detención de ambos personajes en el país vecino y no contar con datos respecto a cómo marchan las investigaciones.
“Ellos argumentan que como ya los detuvieron allá en Estados Unidos, pues ya no hace falta la extradición, como es lógico, pero hay que ver qué resuelve la Fiscalía General de la República en el país sobre lo que está investigando, que ya dio a conocer en un boletín todos los posibles delitos que se cometieron en este caso. Entonces, todavía vamos a esperar y ojalá y la Fiscalía informe lo más pronto posible”, dijo el mandatario en la conferencia mañanera del 15 de agosto.
LA CARTA
El sábado 10 de agosto, Frank Pérez, abogado de Zambada García, dio a conocer una carta presuntamente redactada por su cliente, en la que el capo asegura que no se entregó y no fue voluntariamente a la Unión Americana, sino que fue emboscado el 25 de julio último por Joaquín Guzmán López, quien le pidió asistir a una reunión para mediar en un conflicto entre el gobernador sinaloense Rubén Rocha Moya, quien estaría presente, y el diputado y ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Héctor Melesio Cuen Ojeda, asesinado esa noche.
En la supuesta misiva, “El Mayo” narra que en la reunión se le dijo que estaría también Iván Archivaldo Guzmán Salazar y que se trataba de la disputa por la sucesión de la UAS. Al trasladarse al rancho y centro de eventos Huertos del Pedregal, a las afueras de Culiacán, observó en el lugar “una gran cantidad de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos”. En la reunión vio a Cuen y le saludó brevemente. Agregó que le acompañaban cuatro escoltas, entre ellos “José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo”.
Después, señala la carta fue atraído a una sala oscura por Joaquín, donde fue emboscado por un grupo de hombres que lo tiró al piso, le pusieron una capucha oscura en la cabeza, lo ataron y esposaron para subirlo a una camioneta, dándole malos tratos y llevarlo hasta un avión privado, donde Joaquín le quitó la capucha y lo ató a un asiento. Sólo iban en la aeronave Joaquín, el piloto y Zambada. Tras dos horas y media o tres, llegaron a El Paso, Texas, donde agentes estadounidenses lo detuvieron “sin consentimiento y contra mi voluntad”.
El documento expresa que la versión oficial del tiroteo en el que murió Héctor Cuen la noche del 25 de julio, en una gasolinera, es falsa, pues lo mataron “… a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron”. Pidió que se sepa la verdad de su caso y la muerte de Cuen, quien era su amigo, y la desaparición de Heras y Chaidez, al tiempo que también hace un llamado “… a los sinaloenses a la mesura y mantener la paz en nuestro estado. Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos”.
LAS REACCIONES
El primero en deslindarse del tema fue el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien negó tener complicidad y relación con Zambada durante un evento público en el que acompañó al Presidente López Obrador el mismo día que se dio a conocer la supuesta carta del capo. El domingo 11 de agosto, la FGR informó a través de un comunicado que abrió una carpeta de investigación por la presunta comisión de los delitos de vuelo ilícito, uso ilícito de instalaciones aéreas, violación a la legislación migratoria y aduanera, secuestro y traición a la patria con motivo de la captura del líder del Cártel de Sinaloa.
En la conferencia mañanera del lunes 12, López Obrador calificó como un “acto de mucho valor civil” el hecho de que el gobernador sinaloense desmintiera los presuntos dicho de Zambada García y aseguró que esa carta también busca afectarlo a él. “Me pedía mi punto de vista, me consultaba que si cómo veía yo esta situación, que estaba consciente, eso también lo dijo y es real, que no era nada más involucrarlo a él, sino involucrar al titular del Ejecutivo, a ya saben quién, y seguir con la misma campaña de narcopresidente”.
Claudia Sheinbaum, Presidenta Electa, validó la defensa del propio Rocha y dijo que no es casualidad la difusión de la carta el mismo día en que “estuvimos en Culiacán con el Presidente”.
Por su parte, la Fiscalía General de Sinaloa difundió un video que respalda la versión oficial y presuntamente corresponde al ataque contra Héctor Melesio Cuén Ojeda, que también era líder del Partido Sinaloense (PAS). En el video con fecha 25 de julio, a las 21:57 horas, se observa una camioneta llegar a una gasolinera. Un sicario baja de una motocicleta que venía siguiendo a la víctima, abre la puerta del vehículo a la fuerza, se escucha una detonación y huye. La camioneta se retira del lugar.
Pese a todas las versiones, persisten dudas respecto a si Zambada fue capturado, se entregó o fue traicionado, pues a la fecha no ha habido una reacción violenta en los territorios que el capo controlaba, ni en los que existen disputas con otras células del mismo Cártel de Sinaloa, lo cual pone en duda la versión de la traición.
Personajes como Mike Vigil, ex agente de la DEA, dudan de la autenticidad de la carta atribuida a Zambada, sobre todo por su baja escolaridad, la intención de mediar en un conflicto ajeno a sus intereses y acudir con escasa seguridad a un evento riesgoso. “Si Zambada escribió esa carta, le deberían dar el Premio Nobel de Literatura”, dijo en entrevista con la periodista Carmen Aristegui.