Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México acumulará un crecimiento económico de 5.9% (0.98% promedio anual); el segundo más bajo de América Latina, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El crecimiento económico de 2019 a 2024 también es el más bajo para nuestro país desde el sexenio priista de Miguel de la Madrid (1983-1988).
En el actual gobierno tampoco hubo un buen desempeño en el crecimiento per cápita, ya que al terminar la gestión de AMLO será de 8 mil 800 dólares a precios constantes, lo que significa un alza marginal desde 2018.
Esto como consecuencia de que el país tardó dos años en salir de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, al no implantarse políticas anticíclicas, consideraron especialistas.
En el periodo ya referido, la economía de Argentina tuvo el peor desempeño en la región, al acumular una caída de -1.4% (-0.23% promedio anual) En contraste, la economía de República Dominicana tuvo el mejor desempeño, con un crecimiento acumulado 23.2% (3.86% promedio anual).
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En su reporte regional, la Cepal recortó su pronóstico económico para México de 2.5% a 1.9% para 2024, debido a la desaceleración en Estados Unidos. Para el próximo año, el organismo multilateral previó un crecimiento de 1.4% del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano por la reducción del déficit en el país.
La Cepal proyectó que América Latina y el Caribe crecerá a una tasa promedio del 1.8%. “La región se mantiene estancada en una trampa de bajo crecimiento acompañada de un mal desempeño de la inversión y una baja productividad laboral, a lo que se suma el poco espacio interno para implementar políticas macroeconómicas de reactivación y la incertidumbre global”.
Por otro lado, indicó que el “cambio climático tendrá efectos perjudiciales sobre el crecimiento y el empleo”. Si no se implementan políticas de adaptación y mitigación podrían perderse 43 millones de empleos (10% de la fuerza laboral) de 2024 a 2050, debido a que la región presenta un elevado nivel de dependencia de actividades económicas como la agricultura, la minería y el turismo, que son vulnerables a los efectos del cambio climático.
“El esfuerzo inversor que se requiere para compensar la pérdida de producto que provocaría una intensificación de los efectos del cambio climático supone incrementar la tasa de inversión más de un 5% anualmente. Esto no parece una tarea sencilla en una región cuya tasa de inversión es de las más bajas a nivel mundial y prácticamente no ha cambiado desde 1990”.
Para incrementar la inversión es “imprescindible” ampliar el espacio fiscal. Para ello, se necesita avanzar hacia estructuras tributarias progresivas que permitan incrementar la recaudación, y adoptar políticas para reducir los niveles de evasión y elusión fiscales, señaló la Cepal.
