Avalado el histrión mexicano Édgar Vivar con más de medio siglo de trayectoria en la televisión, cine y teatro, se incorpora a la serie cómica “Vecinos”; Diverso en su quehacer artístico, el actor, quien trabajara con Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, se mantiene vigente y alineado con los nuevos formatos, y gustos de los nuevos públicos
Al igual que a sus contemporáneos, la televisión fue para Edgar Ángel Vivar Villanueva el emisor de emociones que vio crecer y contagiar millones en el mundo a costa de comedia familiar. A 22 años de dejar atrás la icónica serie “Chespirito”, donde dio vida a El Señor Barriga, Botija, y Ñoño, el primer actor hace recuento para ZETA de su paso por la pantalla chica, desmarque de personajes, vigencia en producciones e inquietudes como ciudadano.
“Aún existe un sentido de permanencia en los programas a pesar de los cientos de contenidos existentes, sumado a la inmediatez que dan las plataformas digitales y exigen los consumidores. En ese sentido, la televisión implica que aún hay un gusto y predilección; es satisfactorio a la vez, sobre todo en esta época donde la oferta es tan grande y diversa”, compartió Édgar Vivar, quien forma parte de las temporadas 16 y 17 de la serie “Vecinos”, la cual llegó a comparar con las creaciones de Roberto Gómez Bolaños.
“Tenemos un público fiel y eso se logra a través del trabajo. Tuve como antecedente la enorme fortuna de haber estado en otro proyecto que tú conoces y que duró 25 años, y eso te habla del compromiso mutuo de parte del público, actores y producción; porque pudiendo ver otra cosa en la vasta oferta, se decantan por ver ‘Vecinos’. También demuestra que la audiencia sigue teniendo amor por la comedia blanca y familiar, la cual me tocó hacer por años” agregó el comediante de 75 años.
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Precisamente, fue con “Chespirito” que Vivar alcanzaría la fama global gracias al programa televisivo “El Chavo del 8”, sin embargo, a pesar del cariño hacia los personajes que interpretó en la afamada serie, éste señaló no ensañarse y sobreexplotarlos con los años, sino preocuparse por diversificar su trabajo.
“La televisión es un invitado infiltrado, entra a tu casa sin pedir permiso. Es de esta manera que te incorporas a la cotidianidad de la audiencia; es un arma poderosa que te hace perdurar por generaciones. Pero para mí, diversificarme era necesario, salirme de mi zona de confort; porque hubiera podido seguir haciendo lo mismo, vestirme de niño interpretando los mismos personajes y la gente me va a seguir aceptando y viendo, pero sentí que podía hacer otras cosas. Una vez que se terminó el programa y que no tenía trabajo en México, opté por irme a Sudamérica para producir teatro, incursionar en el doblaje y en el cine”, precisó.
En cuanto al rol del actor en la era moderna reflexionó: “Voltear a ver a los actores de novelas que debutan me hace recordar lo comprometido que tienes que estar con el gremio, muy competitivo, por cierto”.
“Las nuevas generaciones quieren todo a la inmediatez, hacer su primer protagónico, pero deben recordar que es una carrera de todos los días; tiene que reafirmar su labor constantemente, sobre todo tratándose de la televisión y plataformas donde es totalmente efímero: un día tienes un papel y a la siguiente semana ya estás en otro programa que lo sustituye. Ya no es como antes que podías durar años con un programa y hacer que tu cara fuera recordada. Hoy necesitas renovarte y refrendarte, porque una cosa es ser famoso, otra popular y otra el ser un artista”.
Finalmente, como ciudadano, el intérprete manifestó su preocupación por la polarización actual que enfrenta el país, confiando en que el cambio pueda venir con el pase de antorcha en el Poder Ejecutivo.
“Por primera vez en la historia de México habrá una mujer al frente del país; la visión femenina es muy interesante y hay que darle la oportunidad a los que llegan, pero sin dejar de lado el aspecto crítico. Una de las partes fundamentales que hemos dejado de lado es la participación, creo que nos corresponde a cada quien desde su trinchera el dejar un país mejor de como lo recibimos. También instruir a los que vienen y se les da el relevo”.
“Confío en las nuevas generaciones, hay más sentido común a pesar de la cantidad de desinformación que existe en redes, pero también está más abierta la oportunidad al diálogo; en ese sentido sigamos haciendo armonía y no tratar de polarizarnos más como sociedad, porque este último sexenio se nos vino con todo y definitivamente eso no ayuda”, subrayó Vivar.
